“Cristina no propone una agenda judicial por estrategia, a Cristina la están enjuiciando y en el medio de un juicio sufrió un intento de asesinato”, dicen desde el entorno más íntimo de la vicepresidenta sobre el protagonismo que ganó en las últimas semanas. Por afuera de sus intervenciones en las redes sociales y frente a un tribunal, la titular del Senado está atenta al rumbo económico y por eso implementó una metodología de trabajo con Sergio Massa que incluye reuniones cada 15 días y llamados ante temas puntales. “Al que más debemos apoyar en su esfuerzo es a Sergio”, dice el Presidente en la intimidad. Es así como responde a la pregunta de cómo está hoy el vínculo con la vicepresidenta. “Hay un pacto entre ellos de fortalecerme entendiendo lo grave de la situación, mientras parte de nuestros funcionarios están en Narnia, ellos entienden que estamos saliendo del coma 4”, admite el ministro de Economía a su entorno. El Frente de Todos va a estar bien si la gestión económica finalmente comienza a mostrar resultados. “Pero aún falta lo peor”, advierten. Por eso, ninguno se apura en poner en discusión el debate económico y confrontarlo con Juntos por el Cambio.
Hay una frase que dejó Kristalina Georgieva después de la reunión con el Presidente en Nueva York que aún resuena en los oídos de Fernández: “Tres ministros, un programa”, dijo la titular del Fondo Monetario Internacional al resumir el paso de Martín Guzmán, Silvina Batakis y Sergio Massa por el área económica. Desde hace semanas, el jefe de Estado sostiene que el tiempo le dará la razón sobre el plan económico y siente esta frase como el principio de esa reivindicación. “No se está haciendo nada distinto a lo que iba a hacer Guzmán o Batakis, lo que sí hay ahora es la fortaleza política y apoyo de ese plan que a los anteriores funcionarios no se los daba ni Cristina ni Sergio”, evalúan desde el entorno presidencial. Con esto no coinciden ni la vice ni el ministro, enfocado en desarmar ahora los movimientos del exministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y del titular del Banco Central, Miguel Pesce.
El ministro de Economía se presentará el próximo miércoles en la Cámara de Diputados para defender el Presupuesto 2023. Asegura que está totalmente ajeno a la rosca política y no tiene tiempo de seguir la agenda judicial. Se encuentra con la vicepresidenta cada 15 días. Ella le da su visión, él cuenta la suya “y así vamos”, coinciden. En el medio, puede haber llamados de uno u otro por temas puntuales.
“Nadie comete el mismo error dos veces”, dice el Presidente sobre la decisión de la oposición del año pasado de dejar al Gobierno sin el Presupuesto 2022. Con un aumento del 2% del PBI, un déficit del 1,9% y una inflación del 60% para el año próximo, Massa también confía en que la última semana de octubre podrá tener la norma aprobada en la Cámara baja.
“Yo quiero ver resultados. No estoy disputando agendas, estoy pensando en cómo aprovechamos este momento”, dice el jefe de Estado sobre el protagonismo que tiene la figura de Cristina Kirchner. A Fernández le obsesiona poder avanzar con la agenda energética que el mundo está necesitando en un contexto de guerra que aún no se sabe hasta dónde llegarán sus consecuencias. Al mismo tiempo, entiende que la vicepresidenta es la protagonista y lo demostró este viernes al no tener agenda pública mientras su compañera de fórmula se llevaba la centralidad mediática y política al exponer en la causa Vialidad.
En el primer piso del Senado evaluaron la semana que pasó como una de las más positivas. “Más allá de las opiniones que cada uno tiene de Cristina se logró desarmar judicialmente los argumentos de los fiscales. Será muy difícil ahora para el tribunal encontrar pruebas para culparla”. La frase “la condena ya está escrita” empieza a quedar atrás.
¿Cómo sigue la agenda de la vice? Está detrás de la autoría intelectual del intento de asesinato pero también hablando a diario con Massa. No volverá a sus exposiciones públicas para criticar el rumbo económico, tal como lo hacía cuando Guzmán estaba al frente de la cartera. Ahora los mensajes son en privado. Aún no habló con nadie de 2023.
Para Fernández el futuro del Frente de Todos es una incógnita. Solo tiene una certeza: llegarán unidos a la elección. Al igual que su socio Massa, no sabe qué piensa Cristina para 2023 y solo puede hacer especulaciones por sus movimientos.
Fernández ya no habla de candidaturas, entendió que la decisión no dependerá de él y sabe que falta mucho para que la vice defina una estrategia electoral. CFK seguirá teniendo la lapicera con la que se completarán las nóminas de los candidatos, más allá de las negociaciones que abrirá con gobernadores y máximos referentes del peronismo.
Massa repite que puede esperar a 2027 porque sabe que es posible una candidatura de la líder del kirchnerismo. Muestra su documento y señala que puede dejar pasar un período más y llegar a candidato presidencial con 55 años. “Si me va bien, por lo menos le doy al peronismo una chance de ganar el año que viene”, dice quien en estos tres años hizo todos los deberes para ser bendecido por CFK. Con esto solo no alcanza pero sin su apoyo, no llega. El resto: gobernadores, empresarios y hasta los medios más combativos del kirchnerismo, ya lo tiene.
Aunque Cristina Kirchner no parecería ir hacia la elección de un candidato moderado, su estrategia electoral es indescifrable para muchos. El peronismo deberá esperar, incluso, para saber si el kirchnerismo avala la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Por ahora, es una posibilidad que dejan correr.
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