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Ausencia de regla no siempre es igual a embarazo. Cuando la menstruación se retrasa, nos está queriendo decir algo (hay más motivos de los que crees), y la mejor forma de escucharla es actuar. Y para ello, debes saber qué pasos seguir. Dos ginecólogas nos cuentan cómo hacer cuando las muescas del calendario te confunden.
Sabemos que la inquietud te puede haber hecho incluso soñar que estás embarazada. Tranquila. Este es el protocolo que te recomendamos seguir (en el caso de que siempre seas puntual como un reloj suizo), el que seguirá tu ginecólogo y todos los motivos que existen para que se haga esperar.
Date una semana de margen
Siete días son los que recomiendan los expertos para hacerse una prueba de embarazo. En el caso de que salga negativo, la doctora Lorena Serrano, ginecóloga y obstetra en el Instituto Catalán de la Salud (ICS) recomienda esperar entre un ciclo más y hasta tres meses para acudir a la consulta del ginecólogo.
Las claves de un buen diagnóstico
Una vez en consulta, “lo más importante es elaborar una buena historia clínica que obtendremos con una galería de preguntas que nos van a permitir llegar al fondo de la cuestión”, cuenta la doctora Serrano. “Hablamos con la paciente para buscar posibles síntomas de estrés, conocer sus pautas de alimentación y ejercicio, y si toma medicamentos (los anticonceptivos, antidepresivos, antipsicóticos, u opioides pueden afectar a la menstruación). También tenemos que mencionar algunas drogas y, por supuesto, enfermedades tiroideas de la glándula suprarrenal como lupus, diabetes…”, enumera la especialista.
Tras esa galería de preguntas, le toca el turno a los síntomas físicos: “preguntamos si tienen más vello de lo normal en la barbilla (hirsutismo), si les ha empeorado el acné… esto nos puede guiar hacia el síndrome de ovario poliquístico“, prosigue la experta.
Después de la charla, te harán una ecografía para descartar alteraciones como quistes o tumores en los ovarios o en el útero que puedan estar afectando a la ovulación.
La prueba final será un análisis de sangre para comprobar los niveles hormonales (las principales, implicadas en la menstruación, son la prolactina, la FSH -folículoestimulante- la LH -luteinizante-, el estradiol, los estrógenos -hormonas femeninas- y la testosterona -hormona masculina).
Además, “mientras esperamos los resultados, lo normal es pautar a la paciente un anticonceptivo unos meses hasta que se regule la menstruación; no podemos dejar que se quede sin regla, porque de alguna manera estaríamos induciendo una menopausia“, advierte la doctora Estefanía Moreno, ginecóloga especialista en reproducción asistida en Ginefiv Madrid.
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El estrés, la primera causa
No le damos al estrés la importancia que tiene. Vivimos pegadas a las mil notificaciones diarias del teléfono móvil como si fueran una piedra en el zapato a la que ya nos hemos acostumbrado, como ese ruido de fondo de un generador que sólo percibimos cuando se apaga. El estrés es la enfermedad silenciosa. Tanto, que está en el origen de más afecciones de las que creemos. Y una de ellas es la ausencia o el retraso de la regla.
Por suerte, en los protocolos pre-diagnóstico de cada vez más especialidades médicas se tiene muy en cuenta. “El estrés no es solo mental: puede ser físico, como el derivado de la práctica de ejercicio exhaustivo o el de una obsesión insana por la alimentación, lo que conjuntamente llamamos ortorexia“, recuerda la doctora Serrano.
Las hormonas, la segunda
Están en el origen de muchísimos desarreglos. Las hormonas son las informantes cerebrales de multitud de órganos y tejidos del cuerpo, detectando el exceso o déficit de otros mediadores neuroendocrinos para que el organismo se encuentre estable. Estas son las principales implicadas en una posible ausencia de menstruación:
- Prolactina. La eleva la lactancia, por ejemplo, pero también incluso la estimulación sexual del pezón o los besos. También puede elevarse si hay problemas en la glándula tiroides.
- FSH, LH y estradiol. Las dos primeras promueven la ovulación y estimulan la secreción de la tercera. Cuando los niveles de estas son anormales puede significar que por alguna razón el cerebro (hipotálamo e hipófisis) está reduciendo o bloqueando su liberación, con lo que se impide la ovulación y, por tanto, la regla.
¿Podría ser un síntoma de ETS?
Las enfermedades de transmisión sexual no suelen provocar retrasos en la regla, “sino sangrado en la relaciones o entre regla y regla”, dice la doctora Serrano. Así que en este particular puedes estar tranquila.
Estos son, pues, todos los escenarios con los que te puedes encontrar ante un retraso en la regla que no obedece a un embarazo. No temas, y cuenta con los profesionales expertos. ¡Ellos te darán todas las respuestas!
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