Nuestros animales de compañía son parte de nuestra familia. Es por eso, que los cuidamos y buscamos lo mejor para ellos. Aún existe mucha desinformación sobre su alimentación, sea por la publicidad, por tradición o por publicaciones en redes sociales sin base científica. En esta nota, especialistas en alimentación para mascotas derivan mitos sobre qué deben y no comer; así como por qué es importante una alimentación con insumos de calidad.
El veterinario Luis Figari de Villarán Veterinaria explica que los malos hábitos alimentarios de los adoptantes o tutores repercute en la alimentación de los animales de compañía. La desinformación de lo que le debemos dar a nuestras mascotas es un gran problema, sobre todo porque “existen un sin número de publicaciones en internet que carecen de sustento científico”.
El especialista también hace hincapié en que “la diferencia de alimentación entre un gato y un perro es abismal. No se pueden comparar”. “Esto es básicamente por sus características fisiológicas, por ejemplo, si partimos por que los perros tienen alrededor de 2000 papilas gustativas y un gato tan solo cuenta con 900 en promedio, lo cual explica por qué los gatos son más difíciles que acepten los alimentos”, argumenta.
En la prevención está la clave
Si tienes gatos o perros en casa estos son los alimentos que no deben comer porque pueden generar daños a nivel hepático, renal o gastrointestinal.
Chocolate
Según el médico veterinario Luis Figari nunca debemos darle chocolate o cacao a nuestras mascotas, por más que este les llame la atención. “Contiene Teobromina. Esta es una sustancia estimulante presente en la cáscara del cacao que tiene propiedades diuréticas, vasodilatadoras y de relajación muscular”, cuenta.
El especialista explica que esta es una toxina que los perros y gatos no pueden metabolizar, pudiendo producir temblores musculares, convulsiones, latidos cardíacos irregulares, hemorragias internas o un ataque al corazón.
“Lamentablemente, una intoxicación por chocolate no es perceptible de inmediato, ya que los síntomas pueden tardar en aparecer entre 6 a 12 horas después de haberlo ingerido. Algunos de los síntomas son los vómitos, diarreas, malestar estomacal, fiebre, agotamiento/decaimiento, más sed de lo normal, orinan con más frecuencia, aumento del ritmo cardíaco, jadeos, dificultad para respirar. Todo esto puede desencadenarse en una pancreatitis, hemorragias internas, estado de coma y, en el peor de los casos, la muerte”, indica.
El Nutricionista de Mascotas Jesús Pisco añade que el chocolate “en humanos, se metaboliza en 2 o 3 horas, por lo que no resulta un riesgo. Sin embargo, en los perros puede demorar hasta 20 horas, por lo que sus efectos se desarrollan a mediano plazo. Esto es lo que ocasiona los problemas que pueden llevarle hasta la muerte”.
Ajo y cebolla
Jesús Pisco, quien está cursando una Maestría en Nutrición Animal en la Universidad de Guelph (Canadá), indica que el “ajo y la cebolla contienen una sustancia que la denominamos N-propil disulfuro. Esta tiende a unirse a las moléculas de oxígeno de los glóbulos rojos (sangre) del perro y gato”.
“Confunde su sistema y le puede hacer creer que sus propios glóbulos rojos son células peligrosas, a lo que el cuerpo responde eliminándolas. Así, puede ocasionar un tipo de anemia denominado anemia hemolítica”, cuenta.
El veterinario Luis Figari complementa que los síntomas que un gato o perro están pasando por un proceso de anemia hemolítica son: letargo, debilidad, reducción del apetito, encías pálidas y orina inusual (color naranja a rojo oscuro).
Huesos cocidos
Una de las prácticas más tradicionales en el Perú es darle huesos a los perros o gatos pensando que con eso los estamos alimentando. Pero esto es un gran error. Orrego-Villacorta indica que se deben eliminar los huesos cocidos de la dieta de las mascotas “porque pueden astillarse en el tracto gastrointestinal”.
Añade la veterinaria Lucero Recalde, especialista en medicina felina, que durante “el proceso de cocción los huesos pierden elasticidad y las astillas que se producen son de alto riesgo”.
Los más peligrosos son los de pollo, pero en general es momento de parar con esta práctica que provoca cortes y heridas en la boca, estreñimiento, y, obstrucciones gastrointestinales.
Sal
La sal no es algo que debamos darle a nuestros animales de compañía cuando les vamos a preparar alguna comida. De hecho, el sodio, uno de los componentes de la sal está presente en varios alimentos de forma natural. La veterinaria Lucía Orrego-Villacorta explica que todos “los animales necesitan sodio en su cuerpo pero niveles elevados pueden causar alta deshidratación y conllevar a descompensaciones severas”.
La veterinaria especialista en gatos Leire Artziniega explica que “altas cantidades de sodio pueden generar en gatos problemas renales, y ser un factor predisponente para la formación de cáculos y fallas renales severas”.
Comida de humanos
En este punto también se incluye la comida chatarra. En redes sociales, vemos videos divertidos de gatitos robando hamburguesas o papas fritas. En ocasiones, estos actos se celebran y se vuelven virales normalizando este acto irresponsable del tutor.
El veterinario Luis Figari asegura que “la comida de humanos suele causar trastornos digestivos como vómitos, alergias cutáneas, gases y gastroenteritis hemorrágica (diarrea con sangrado)”.
“Esto se debe a que los perros y gatos poseen un sistema digestivo completamente distinto al de los humanos, por lo que no están preparados para digerir condimentos, aderezos, harinas procesadas, entre otros insumos utilizados por los humanos”, añade.
Comida con harinas o gluten
La veterinaria Leire Artziniega explica que lo ideal es que “los gatos sean alimentados con comidas proteicas”.
“Las proteínas son base fundamental de cualquier alimentación en los carnívoros, usualmente las dietas basadas en harinas o gluten no cubren con los requerimientos nutricionales de este tipo de especie. A menos claro que sean harinas de carne magra, ya que en ese caso estarían aportando buena calidad proteica”, complementa.
BHA y BHT
La BHA (Butihidroxianisol) y el BHT (Butihidroxitolueno) son aditivos que evitan la oxidación de sustancias grasas y la alteración del color. Existe controversia sobre su uso. Para algunos especialistas y veterinarios no deben ser consumidos. Estos antioxidantes suelen estar en algunas croquetas y por ello se recomienda siempre leer los ingredientes de las comidas que se les compra a las mascotas.
“Su uso está permitido, y debe estar regulado ya que hay límites máximos establecidos para que no afecte negativamente la salud de las mascotas. Sin embargo, hay estudios que investigan si esto puede ser peligroso y ser causante de problemas como alergias y cáncer”, añade el nutricionista de mascotas Jesús Pisco.
Croquetas con saborizantes
Lo barato a la larga sale caro. La comida de gama baja si bien es económica y accesible, porque se encuentra en casi todas las tiendas y supermercados, no es la mejor para los animales de compañía. En nuestra anterior edición profundizamos en este tema. La veterinaria Lucero Recalde explica que las croquetas con saborizantes (y que suelen ser de gama baja) “pueden ocasionar inflamación gástrica, enfermedad inflamatoria intestinal o alergia alimentaria”.
Para ella, es clave “evitar alimentos con saborizantes o con sabores artificiales” para tener una salud óptima.
Por su parte, Lucía Orrego-Villacorta añade que las “croquetas que tienen como principal componente carbohidratos, a largo plazo generan problemas hepáticos, obesidad, diabetes, etc”. “De preferencia debemos brindar alimentos bien elaborados nutricionalmente, a los que se les conoce como premium”, complementa.
Leche de vaca
En ningún caso se le debe dar leche de vaca a un perro o gato. No es leche de su especie. “Los gatos conforme van creciendo al igual que los humanos, van perdiendo el componente principal para degradar la lactosa, la lactasa, por ende se vuelven intolerantes a esta, generando cuadros de diarreas y problemas hepáticos”, añade la especialista Leire Artziniega.
Si ya la alimentación de un perro o gato es importante, hay incluso una etapa en la que es vital: esa es durante la lactancia. Así como en humanos, existen fórmulas especiales hechas para cubrir las necesidades los bebés, en el caso de los cachorros es exactamente lo mismo.
La veterinaria especializada en neonatos Paz Bringas explica que “los gatos son intolerantes a la lactosa por lo que darles leche de vaca puede generar indigestión y mal absorción llevando al paciente a tener cuadros de diarrea”.
“Hablando específicamente de neonatos, las diarreas pueden llevar a cuadros severos de deshidratación que son muy peligrosos para un gatito bebe. Por otro lado, no solo no pueden digerir la leche sino que las cantidades de nutrientes como proteínas, grasa, aminoácidos son diferentes en vacas y gatas lactantes, por lo que los bebés no serán bien nutridos y podrían tener problemas en el desarrollo”, añade la veterinaria de Gatuario.
Otros alimentos que no debemos darles:
La veterinaria Lucero Recalde, de Iris Medicina Felina, explica que además de los alimentos que hemos mencionado existen otros que también general daño:
- Café, té, bebidas energizantes: la cafeína provoca en los felinos agitación, hasta espasmos musculares
- Uvas y Pasas: su ingestión puede generar enfermedad renal aguda, tras su ingesta se puede desarrollar vómitos, letargo, diarrea, hiporexia, dolor abdominal y disminución de la micción.
- Palta: su cáscara y hueso presenta una sustancia de nombre Persina la cual es tóxica para los gatos, causando diarrea y vómitos.
- Carne cruda: alto riesgo de contraer enfermedades parasitarias como Toxoplasma o bacterianas como E.coli y Salmonella.