“Dadme un club inglés y moveré el mercado de fichajes“. Parafraseando a Arquímedes, así podríamos resumir muy rápidamente cómo funciona la industria del fútbol en verano y qué es lo que sostiene la rentabilidad de muchos equipos europeos cada año. Y pasa por razones obvias: tienen un mercado audiovisual que dobla al de sus competidores, de ahí en parte que la Premier League esté a años luz en ingresos por televisión; tienen un mapa accionarial que avala que algunos clubes vayan cada año a pérdida si hace falta, y su moneda la libra vale más que el euro, lo que le facilita pagar salarios más altos.
De ahí que la competición británica sea la gran llave de paso del dinero en el mercato, como lo puede ser la Bundesliga para todo el ecosistema futbolístico centroeuropeo. Y ese ha sido uno de los grandes males de LaLiga en tiempos de Covid. La idea de las llaves de paso es copyright de un director general del fútbol español, que usa ese término con la idea de que el dinero pasa por una tubería desde Inglaterra hacia España -y cualquier otro país- y a partir de ahí empieza a bajar por los distintos conductos, que son los clubes y que va de arriba abajo.
Un ejemplo claro es el de Sadiq, al que la UD Almería ha podido vender a la Real Sociedad por 20 millones aprovechando que los donostiarras se llevaron 70 millones por enviar a Isak al Newcastle United. A su vez, ese dinero ha ido en pequeñas cuantías a otros equipos que, con lo facturado, han adquirido una o varias piezas. Y así el dinero va fluyendo y retroalimentando el sistema, siempre necesitado de un primer agitador.
Ese efecto dominó es el que venían esperando los ejecutivos españoles durante los dos últimos años, pues LaLiga cogió la llave inglesa para cerrar la llave de paso nacional para contener las pérdidas durante la pandemia. Algunos clubes pedían flexibilidad para dinamizar el mercado interior ante la sequía de las exportaciones, pues no llegaba esa operación desde la Premier que abría las compuertas del dinero. Confrontados entre partidarios de la austeridad o los estímulos, lo cierto es que LaLiga es -si se elimina el efecto de la restructuración del Barça- la gran competición que menos dinero ha perdido entre 2019 y 2021.
¿Cuán importante es Inglaterra para España? Muchísimo. Los clubes españoles son los que más facturaron en el mercado internacional de fichajes entre 2010 y 2020, con 6.200 millones de dólares (1.000 millones más que Inglaterra), según datos de Fifa. Y el corredor entre ambos países es el que más dinero ha movido: 2.435,8 millones de dólares en 367 traspasos de clubes españoles a ingleses.
Una plaza de esports que vale más que un club
Los deportes electrónicos están llamados a ser -si es que no lo son ya- uno de los grandes productos de entretenimiento. Y muestra de ello es el valor de las plazas para competir en torneos como LEC, que vendría a ser como la Champions League de League of Legends, el videojuego que mejor ha trabajado la adaptación del gaming al modelo de negocio del fútbol. Es una Superliga, en la que los equipos tienen una plaza fija previo pago de una millonada. ¿Cuánto? Team Heretics, uno de los equipos de mayor relevancia en España, ha invertido 35 millones de euros en adquirir su plaza, una importante revalorización frente a los 26,5 millones que se embolsó el Schalke 04 -sí el equipo de la Bundesliga- cuando vendió sus derechos en este torneo.
¿Mucho o poco? Piensen que las valoraciones que se utilizaron en los procesos de venta de CD Leganés o Real Sporting fijaban la valoración del 100% del capital por debajo de los 40 millones de euros. Dicho de otro modo, ya se paga más por equipos de esports que por algunos de LaLiga. A tener en cuenta.