El veganismo llegó a València para quedarse hace ya más de una década. Al principio eran unos pocos los «raros» que se sumaban a este estilo de vida, pero en la actualidad cada vez son más personas quienes, movidas por unos principios u otros, se pasan al lado verde. El centro de la ciudad refleja este cambio de mentalidad y se ha llenado de locales que ofrecen gran variedad de oferta vegana.
El abanico de posibilidades, pese a lo que pueda creerse, es casi ilimitado. Quien crea que ser vegano es aburrido se equivoca. ¿Quién dijo que los veganos siempre comen los mismo? Es uno de los mitos que pesan sobre esta alternativa nutricional. Nada más alejado de la realidad. No solo de hummus, lentejas o soja viven los veganos… al menos no en su forma original. Y es que la utilización de proteínas vegetales como base de muchos platos permite crear alternativas veganas de casi todo… desde sushi (sin pescado claro), hasta hamburguesas, gambas (que no lo son) o tartas que reemplazan las grasas animales por vegetales. Todo es posible y todo en València.
No solo de hummus, lentejas o soja viven los veganos… al menos no en su forma original. Y es que la utilización de proteínas vegetales como base de muchos platos permite crear alternativas veganas de casi todo.
Decenas de locales de todo tipo proliferan en la ciudad a gran velocidad, buscando cubrir una demanda cada vez mayor. «Cuando empecé, hace once años, no había nada», recuerda Silvia, que dirige la tienda Veganizan, donde todos los productos que aguardan en sus estanterías y congeladores están completamente libres de ingredientes de origen animal. Según cuenta, fue la primera tienda de alimentación vegana en la ciudad. «La gente me decía, ‘¿en serio vas a abrir eso?, ¿estás loca?’, pero es mi estilo de vida y quise apostar por ello», rememora.
Silvia afirma: «Yo di el paso al veganismo porque no quiero un animal muerto en mi plato. Antes no era consciente que un filete de pollo era una gallina muerta». Por su parte, Marta Vidal, de 25 años, está tratando de eliminar todo producto de origen animal de su dieta, pero asegura que no es tarea fácil. «En mi casa soy vegana, pero cuando salgo por ahí no soy tan estricta porque es más complicado, y quiero ponérmelo fácil a mí y a la gente que esté conmigo», explica. Ella tomó la decisión de dejar de consumir productos de origen animal por su hermana, que ya era vegana. «Empecé a hacer recetas con ella y a leer un montón sobre lo que contaminaba la carne. Fue una decisión más por tema medioambiental que animalista, pero al final están conectados», cuenta. Y añade: «Una vez conoces lo que conlleva para los animales, el medioambiente y tu cuerpo, ves que no hay una razón única por la que lo haces, sino que es bueno por muchísimas cosas».
“En mi casa soy vegana, pero cuando salgo por ahí no soy tan estricta porque es más complicado, y quiero ponérmelo fácil a mí y a la gente que esté conmigo”
Marta considera que, aunque hay algunas opciones donde salir a comer o cenar en València, todavía son pocas y «son todas más o menos del mismo estilo, de menú o de hamburguesas».
Yeniffer Rodríguez y Carlos Granados notaron esta falta de variedad en cuanto a la oferta gastronómica cuando, hace ocho meses, se decidieron a montar Unsushi, un restaurante japonés situado en el corazón de El Carmen que ofrece tanto una carta vegana como una tradicional, «para todos los públicos». «No somos veganos, pero empezamos con esto porque nos dimos cuenta de que era demasiado importante», cuenta Yeniffer.
«La carta vegana está realizada tratando de imitar los platos tradicionales japoneses, pero adaptándolos sin ningún producto de origen animal», explica la dueña, que confiesa que actualmente tienen una mayor demanda de la carta vegana que de la tradicional. «Vienen muchas parejas o familias mixtas, es la magia de nuestro restaurante», expresa con orgullo.
A pocos metros se encuentra Khambú, también vegano, de comida rápida. Marian Cervera lo abrió hace ya siete años, primero en forma de food truck. «Creo que en València hay cada vez más opciones, pero cuando empecé no las había», recuerda. «Yo siempre he tratado de hacer activismo y, desde mi restaurante, mostrando que la comida vegana también está rica, es una buena forma de hacerlo».
Una dieta equilibrada
«Ser vegano no está reñido con llevar una dieta equilibrada», sentencia Belén Serrano, nutricionista especializada en veganismo, al preguntarle acerca de este tema. A pesar de que existen muchos mitos sobre nutrición vegetariana y vegana, lo cierto es que estas dietas pueden ser igual de saludables y equilibradas que aquellas que incluyen alimentos de origen animal. «Todo dependerá de la calidad de los alimentos y de los hábitos de cada persona», asegura.
«Una dieta vegana puede no ser sana si se abusa de procesados o no se asegura una ingesta los nutrientes esenciales. Pero una dieta con alimentos de origen animal puede no ser saludable por los mismos motivos y no suscita tanta preocupación por parte de la sociedad», defiende. El veganismo no es solo una dieta. Cosméticos, ropa y calzado, complementos e incluso refugios antiespecistas forman parte de este universo. Así lo explica Ana Pascual, organizadora de la Feria Vegana de València. «Buscamos que sea un punto de encuentro para las personas veganas y un punto de información para las no veganas», explica sobre el evento que se lleva celebrando cada octubre desde 2016. Un evento que aúna charlas, talleres y música en directo.
Tanto en la Feria como en la Ruta de la Tapa Vegana, organizada por la misma asociación en la ciudad, acude una gran parte de público no vegano. «Hay mucha gente que viene a informarse o a probar cosas nuevas, o que quieren hacer la transición pero no saben cómo», explica Ana.
“Una dieta vegana puede no ser sana si se abusa de procesados o no se asegura una ingesta los nutrientes esenciales. Pero una dieta con alimentos de origen animal puede no ser saludable por los mismos motivos y no suscita tanta preocupación”
Silvia, que regenta la tienda Veganizan, hace hincapié en la cosmética vegana: «Porque un producto no esté hecho con componentes de origen animal no significa que sea vegano, hay que cerciorarse de que tampoco esté testado en animales». De la misma manera, una persona vegana nunca compraría un bolso de cuero o un jersey de lana.
«Para mí el veganismo es la parte práctica del antiespecismo», sentencia Ana Pascual. «Es un boicot a los productos que tienen ingredientes de origen animal, así como los eventos donde se emplean animales, desde la tauromaquia o la caza hasta el circo o las carreras de galgos», añade. En definitiva, el veganismo busca un cambio progresivo en la sociedad. Catarroja acoge uno de los refugios antiespecistas de la Comunitat Valenciana. En él se da cobijo a todos los animales que así lo necesiten. Ana Pascual, acorde con su labor divulgativa en la Feria Vegana, arroja algo de luz sobre este tipo de protectoras, generalmente poco conocidas: «Allí salvan animales, no solo perros y gatos, también gallinas o cabras, todos los que lo requieran. Los alimentan y llevan al veterinario, nunca los sacrifican».
Una ciudad ‘vegan friendly”
València es, sin duda, una ciudad cada vez más ‘vegan friendly’. Sin embargo, mucho queda por hacer en comparación con otras ciudades europeas, donde las opciones son infinitas. «Aquí vas a un restaurante y no saben diferenciar entre vegetariano y vegano. Muchas veces preguntan ‘¿queso tampoco puedes comer?’», comenta Andrea Martínez, una joven vegana valenciana que vive en Berlín. «La diferencia entre Alemania y España hace cuatro años era abismal, ahora ese agujero se ha reducido muchísimo», aclara. Pasillos enteros en los supermercados, varias marcas de un mismo producto para elegir o más de dos opciones en cualquier bar es una realidad para ella. «Está demandado, por eso lo incluyen», asegura. València, bajo su punto de vista, va por el buen camino. «Es cuestión de tiempo», confía.