Cuando Juanjo López era solo un niño, le apasionaba tanto la raqueta que se apuntó a la escuela de tenis del ‘Tiro de Pichón’ -como popularmente se conoce a la Real Sociedad Club de Campo de Murcia-. Allí tuvo como profesor a un tal Carlos Alcaraz y muchos años después, cuando se convirtió en traumatólogo del Hospital Virgen de la Arrixaca, por su consulta pasó un crío llamado Carlitos. Podrá ser cosa del karma o de la casualidad, pero no cabe duda de que las vidas del doctor López y el tenista Carlos Alcaraz estaban predestinadas a cruzarse para trabajar juntos.
“El padre de Carlos Alcaraz me enseñó a jugar al tenis“, tal y como confirma el traumatólogo deportivo e infantil, Juanjo López, en conversación con EL ESPAÑOL desde Nueva York, donde se encuentra con motivo de la participación del tenista de El Palmar en el US OPEN.
“Cuando era traumatólogo le hice a Carlitos su primera revisión médica, él tenía 8 años y fue una consulta a nivel preventivo, sobre la alineación de su columna y las piernas”. A partir de ese momento, el traumatólogo entabló una relación con el tenista y su familia que en junio de este año le llevó a fichar por el equipo del número 4 de la ATP. “Llevo trabajando la parcela médica con Carlos desde hace once años y se unen el cariño a nivel profesional y personal de una relación: médico-amigo”.
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¿Por qué decidió estudiar Medicina?
Hay mucha gente que desde pequeño quiere ser médico, en mi caso, mi padre era enfermero, pero no he tenido esa vocación. Lo que sí sabía era que quería tener alguna profesión relacionada con el deporte. Como carreras posibles, tenía en mente Fisioterapia y Magisterio de Educación Física, pero al sacar unas notas tan buenas en el instituto y en selectividad, mi familia me persuadió para hacer Medicina.
Hablé con gente de la profesión y vi que había una parte muy relacionada con el deporte. Entré a Medicina sin una gran vocación con el objetivo de ser traumatólogo, es verdad que fue arriesgado porque podía haber abandonado al ser una carrera dura, larga y exigente. Por suerte, puedo decir que conforme fueron pasando los años tuve más vocación.
Esa vocación creció tanto que le llevó no solo a la especialidad de Traumatología Deportiva sino también a la Infantil…
Desde que empecé mi residencia trabajé con equipos de fútbol y deportistas para intentar ayudarles a conseguir sus objetivos porque me apasiona el deporte de alto nivel. No entraba en mis planes la Traumatología Infantil, eso se debió a que me formé en el Hospital Virgen de la Arrixaca y tuve a un referente: el doctor César Salcedo.
Me enseñó un millón de patologías y estuve en su equipo, logrando que La Arrixaca de Murcia fuese un centro de referencia nacional e internacional en ortopedia infantil. No entraba en mis planes ser traumatólogo infantil y gracias al doctor Salcedo me enamoré de esa especialidad. A día de hoy me gusta tanto la Deportiva como la Infantil.
No habla en vano el doctor López (Murcia, 1982), ya que en el año 2015 le fue otorgada la beca anual de la Fundación Gasol que los hermanos Pau y Marc conceden a aquellos traumatólogos infantiles cuyo currículum destaca dentro de la especialidad y que atesoran un buen nivel de inglés. Esa beca le permitió trabajar durante seis semanas en el prestigioso Children’s Hospital de Los Ángeles, donde aprendió una técnica de cirugía de ligamento cruzado en niños, además de conocer a las dos estrellas de la NBA.
Durante su paso por el Hospital Virgen de la Arrixaca con el equipo de César Salcedo, aquella Unidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología Infantil captó el interés de la Unión Europea por operaciones con niños para alargamientos óseos, corrección de deformidades y enclavijamiento con clavos telescópicos para osteogénesis imperfecta, una enfermedad rara conocida como ‘huesos de cristal’. ¿Qué le aportó esa unidad a su carrera?
Una experiencia brutal. Logramos que muchos traumatólogos viniesen a Murcia a formarse sobre ortopedia infantil, no a grandes ciudades como Madrid o Barcelona. La Arrixaca asumía casos de gran complejidad y la unidad liderada por César Salcedo sigue haciendo las cosas de manera espectacular. Son un referente.
¿Algún día dejará su excedencia para regresar a La Arrixaca?
A corto plazo, no. A medio y largo plazo espero regresar porque me he formado toda la vida para estar en la sanidad pública. Mis circunstancias actuales han provocado que tenga que dar un paso a un lado para tener más tiempo a nivel familiar para compaginar mi consulta particular, que es una iniciativa personal que tengo que cuidar mucho, con el proyecto de Carlos Alcaraz porque es un sueño para mí. Espero poder volver en un futuro a la sanidad pública para poder aportar a todos los pacientes estos conocimientos que he adquirido y que sigo adquiriendo.
¿Qué queda en el doctor López del chico que hace casi 20 años fue Míster Murcia?
No me arrepiento de nada de lo que he hecho porque me aportó muchas experiencias, pero si tuviese que hacer a día de hoy lo que hice en su momento sería incapaz. Yo he cambiado mucho desde que fui Míster Murcia allá por el año 2003. Aquel título me dio muchas cosas buenas, aunque también me generó encasillamiento y el perjuicio de algunas personas. El ambiente en el que me muevo hoy en día es muy distinto del de la moda.
Ese título fue algo que pasó en mi vida, me aportó cosas positivas, muy bonitas, y una gran experiencia, pero a día de hoy sería incapaz de hacerlo. Ya no queda nada del Juanjo que fue Míster Murcia: eran otros tiempos, otra edad y otras ilusiones. Lo hice, aprendí mucho y conocí a gente maravillosa, pero a día de hoy no volvería a hacerlo.
¿Tiene tiempo para practicar deporte?
He tenido unos años en los que empecé a jugar al pádel, pero he vuelto a retomar el tenis porque es el deporte que siempre me ha gustado más. También suelo hacer entrenamiento funcional para prevenir lesiones y trabajo el tema de la fuerza porque está demostrado que es la mejor manera de evitar dolencias, tanto de espalda como en las articulaciones.
– Durante más de tres años fue jefe del servicio médico del Real Murcia. ¿Hay aspectos comunes entre la Traumatología Deportiva aplicada a los futbolistas y a los tenistas?
– Ahora mismo trabajo con Carlos Alcaraz y es un solo deportista: ante cualquier problema médico, las alarmas son mucho más altas porque solo hay un tenista. Además, Carlos es el número cuatro del mundo y se prevé que en un futuro pueda llegar a ser el número uno mundial.
El fútbol también es exigente, sobre todo el de élite, pero hay diferencias a nivel de presiones porque no es lo mismo un futbolista que puede tener un recambio que un tenista. Aunque al final, un médico trata de que se consigan los objetivos en las dos vertientes: en el fútbol y el tenis.
– ¿Cuáles son las lesiones más frecuentes entre los aficionados al deporte: desde aquellos que practican running o CrossFit, a los que juegan al tenis o echan una pachanga con los amigos?
– Las típicas tendinopatías y a nivel muscular, las elongaciones, incluso las roturas fibrilares. La gran mayoría de las lesiones se producen por falta de preparación física. Siempre digo una frase: ‘No hay que correr para adelgazar, sino adelgazar para correr’. Eso se puede aplicar a todo porque no vale decir ‘voy a empezar a hacer CrossFit’ y ponernos a levantar peso. Eso es algo que no estamos habituados a hacer y que no sabemos si lo estamos haciendo de forma correcta. Igual pasa con el runnig y con el tenis.
Mi consejo siempre es el mismo: hay que ponerse en manos de profesionales para hacer deporte y prevenir lesiones que es lo que yo trato. Hay que cuidar el peso, la alimentación y el descanso para no visitar al traumatólogo.
Hay que hacer caso al doctor López porque atesora una trayectoria meteórica a sus 39 años, que incluye hasta haber publicado un libro: ‘Traumatología deportiva en el fútbol’. El adolescente que se lo curró desde abajo antes de estudiar Medicina, ganándose un sueldo dando clases de tenis, poniendo copas, o desfilando para una agencia de modelos con la que se recorrió Panamá, ahora es el traumatólogo de cabecera de la gran promesa del tenis español: Carlos Alcaraz. Otra cosa que este médico tiene en común con Carlitos es su admiración por Nadal y que en uno de los triunfos del tenista balear le llevó a escribir esto en su cuenta de Twitter: ‘¿Algún centro de tatuajes abierto? Es rápido, solo quiero ponerme RAFA NADAL’.
Hemos visto cómo la exigencia del circuito de la ATP ha hecho mella en la forma física de todo un portento como Rafa Nadal hasta generarle lesiones crónicas graves. ¿Considera que estamos ante el último año de competición de Nadal?
No sabría decirle. No soy su médico y no conozco el alcance, la gravedad y la cronicidad de esa lesión [una afectación en el escafoides tarsiano del pie]. Por el bien del tenis, lo que queremos es que Rafa siga muchos años más porque es un icono mundial del tenis y a nivel de España ha sido una referencia en los últimos años y para nosotros, en el equipo de Carlos, también lo ha sido y lo es. Por tanto, esperemos que siga mucho tiempo.
¿En qué aspectos está centrando su trabajo con Carlos Alcaraz como traumatólogo deportivo?
Estoy con Carlitos no solo como traumatólogo, sino como médico a nivel global. No es solo la parte de lesiones la que trabajo, también la nutricional y la parte analítica del deportista. Además, colaboro con tres fisioterapeutas, como Juanjo Moreno, Fran Rubio y Sergio Hernández, así como con los preparadores físicos Alberto Lledó y Álex Sánchez. En el equipo también hay un podólogo y una psicóloga porque entre todos tenemos que darle una cobertura global.
Desde mi parcela médica me encargo de determinar si hay que someterlo a pruebas, si hay que valorarlas, si hay que hacer un seguimiento a una lesión y de la prevención que es lo más importante para un tenista para que no se pierda ningún torneo. Al final, la vida de un deportista de élite, sobre todo en el caso de un tenista, consiste en disputar muchos torneos y eso se puede alterar con el paso del tiempo porque cada vez sufra más lesiones.
¿Siente ahora más presión como médico al ser el responsable de la salud de un crack del tenis?
Sí. Es una presión y una motivación al mismo tiempo. Esa presión me la tomo como algo positivo porque al final me hace ser más perfeccionista. Siempre trato de estudiar todos los días para seguir formándome con el objetivo de ofrecer una atención de mayor calidad para que, digámoslo así, aportar todo lo que pueda mi conocimiento al futuro de lo que es el tenis español: Carlos Alcaraz.
¿De qué forma trabajan la prevención de lesiones en Carlos?
Lo hacemos en conjunto todo el equipo. Desde la parte de Traumatología, Fisioterapia, Podología, Nutrición y la preparación física. Entre todos, buscamos prevenir aquellas lesiones que son evitables de tipo muscular, de tendones e inflamatorias, con un buen fortalecimiento, un buen trabajo físico y una buena propiocepción [el deportista aprende a sacar ventaja de los mecanismos reflejos, mejorando los estímulos y la posición de las partes del cuerpo y sobre el movimiento].
¿Usted tiene que asistir a los entrenamientos o visionar vídeos para corregir posturas que puede hacer Carlos en la cancha y que pueden ser caldo de cultivo para una lesión?
Eso lo hacemos en conjunto, aunque la parte técnica la lleva su entrenador, Juan Carlos Ferrero, que es el que trata de cambiar ciertas formas de golpeo para lograr mayor efectividad. A nivel de lesiones no hay un dogma, Daniil Medvédev es el número uno de la ATP y no tiene golpes perfectos, pero le funcionan muy bien, no existe nada que diga que haciendo un golpe de una manera nos lesionaremos menos.
A lo que suelo asistir más, es a los entrenamientos de los torneos, como ahora en el US OPEN donde estamos entrenando muy fuerte para competir al mejor nivel. El tema de los vídeos se corresponde con la parte técnica que lleva Juan Carlos Ferrero.
¿Cuál será el papel que usted desempeñará en el US OPEN como traumatólogo?
Espero que sea un papel de acompañar a Carlos y estar con el equipo porque si ese es mi papel, eso quiere decir que Carlos ha hecho un buen torneo sin tener ningún tipo de dolencia. En el caso de tener que actuar como médico, vengo con mi ecógrafo y con todo preparado para intentar diagnosticar las lesiones que tenga. Pero el objetivo es que yo no tenga que trabajar.
¿De qué forma puede incidir su especialidad en el rendimiento deportivo de Alcaraz?
El rendimiento es la suma de muchos factores y la parte médica sí que puede incidir porque buscamos la perfección con Carlos en todos los sentidos. Mi trabajo consiste en prevenir dolencias y diagnosticar cualquier lesión de la manera más exacta para marcar unos plazos de recuperación. Hasta el momento, entre todo el equipo, hemos obtenido buenos resultados. Carlos está a altos niveles en materia formativa y muscular, pero no podemos relajarnos: debemos conseguir que rinda al 100%.
Como experto en Traumatología, ¿qué aspectos del físico de Carlitos son determinantes en su juego y le han ayudado a no parar de escalar puestos en el ranking mundial del tenis?
Hay muchos. Es un jugador especial si lo comparas con el circuito de la ATP porque tiene una movilidad y unos golpes que son distintos a los del resto de tenistas. Es un deportista que ha dado un cambio físico muy importante y está a un nivel muy alto en cuanto a la compensación muscular con la velocidad porque tiene mucha chispa y agilidad.
Además, es un tenista con mucha laxitud, se puede estirar mucho para llegar a bolas a las que casi nadie llega porque es muy elástico. También tiene una potencia de golpes que no es nada habitual. Es un jugador distinto porque hace de este deporte que no sea monótono, que sus partidos sean divertidos. Por suerte, ahora mismo lo tenemos en el top ten mundial y esperemos que llegue hasta el número uno.
A todo esto: ¿Alcaraz es un buen paciente o hace oídos sordos a los consejos médicos?
Carlitos es un muy buen paciente: es una persona que respeta las decisiones y cumple los plazos marcados. No se apresura en volver a los entrenamientos y a la competición si le hemos marcado que no puede hacerlo. Cumple a rajatabla todo lo que se le dice desde el servicio médico.
¿Cómo está su ‘paciente’ de cara a su debut en el cuarto y último Grand Slam de la temporada: el US OPEN?
A tope.
Como traumatólogo, a sus 39 años, atesora ya un currículo estratosférico. ¿De qué se siente más orgulloso?
De algo que no forma parte de mi trayectoria médica: de mi mujer y de mis tres hijos. Ellos son lo más importante y el orgullo de mi vida.