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“Cuando arranque no tenía idea lo que era el gimnasio, de lo que era entrenar. Un día pase por acá, porque yo vivía en las Flores, y como extrañaba mucho mi pueblo, porque cuando uno llega no conoce a nadie, entré, pregunté y me quedé”, confiesa Estefanía Szepeluk, una mujer de Comodoro que hace fisicoculturismo fitness y ahora sueña con convertirse en profesional.
En septiembre, Estefanía participará del torneo regional Excalibur que se realizará en Buenos Aires, y un mes después en el Torneo Internacional Olympia, en Rosario, donde buscará llegar al profesionalismo, objetivo que hoy la desvela.
Estefanía competirá en la categoría Wellness de la Federación NPC Worldwide Argentina (FMA) con el sueño de alcanzar su objetivo luego de 6 años en la disciplina.
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Como cuenta, comenzó en la musculación casi de casualidad. Era el año 2011 y recién había llegado de Ibarreta, un pueblo que se encuentra a 200 kilómetros de la capital de Formosa. Tenía ganas de cambiar de vida y se vino a Comodoro Rivadavia tras los pasos de Cintia, su hermana mayor, quien estaba en la ciudad. Pero sentía mucho el desarraigo y una tarde todo cambió para ella.
“Cuando estaba en Formosa tenía ganas de cambiar de vida. Allá hace mucho calor, mucha sequía y era difícil el tema laboral. Entonces me salió la posibilidad de venir para acá, así que me animé y me vine”, cuenta a ADNSUR. “Me acuerdo que un día pase por acá, entré, pregunté y me quedé. Empecé a entrenar después de mi cumpleaños y le comenté a la chica que estaba buscando laburo y ella me dijo que iba a hablar con alguien del gimnasio, y así comencé”.
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Adrián Miguel, el dueño del New Force no solo se convirtió en su jefe, sino también en su amigo y su mentor, quien la guió a lo largo de estos años en este camino del fisiculturismo.
Cuenta Estefanía que al principio no sabía nada sobre fitness. Sin embargo, se capacitó, comenzó a estudiar la tecnicatura de entrenador deportivo y de a poco comenzó a aprender, no solo de la mano de entrenadores experimentados, sino también a través de esas revistas donde veía a mujeres talladas que ya habían incursionado en el fisiculturismo.
Estefanía cuenta que enseguida comenzó a asistir a las competencias de Míster Comodoro, pero solo a mirar, hasta que en 2016 se animó a participar. Para hacerlo, se preparó durante todo un año, cambiando su alimentación y con un estricto entrenamiento para llegar de la mejor manera.
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Respecto a esos inicios, recuerda: “Cambiar los hábitos no me costó tanto, porque yo tenía como unas manchitas en la cara y el dermatólogo me dijo que era algo mío, que tenía que comer saludable, entonces eso ya lo hacía, y después nunca me gustó tomar alcohol, no soy mucho de la joda, soy más de quedarme en casa, así que no me costó mucho en ese sentido. Pero el entrenamiento fue duro, por suerte me fue muy bien. Planificamos un año de trabajo y al final no sé si lo hice más por mi o por la gente que confiaba que podía llegar a ese objetivo. Pero me fue muy bien y llegue como quise llegar”.
En ese 2016, Estefanía se consagró campeona de Míster Comodoro. Apenas bajó, su entrenador le preguntó qué iba a hacer el año siguiente y ella no dudó: se iba a presentar nuevamente. Así, un año después consiguió otra vez el primer lugar, y en diciembre del 2021, tras un párate, se consagró campeona argentina en el Campeonato Argentino NPC que se realizó en Buenos Aires.
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¿Pero cuál es el secreto para competir en esta disciplina que exige darlo al 100%?, Estefanía lo sabe. “Tenés que tener mucha disciplina y constancia. Cuando me preguntaron si lo quería hacer de nuevo dije que sí, porque si lo hice una vez como no lo voy a hacer de nuevo. Lo tengo que hacer mejor de lo que lo hice anteriormente”.
Ahora, Estefanía, quien es instructora de musculación en Comodoro y Rada Tilly, quiere ir por más, apuntando a convertirse en una profesional. Para lograrlo primero deberá competir en el Regional de Buenos Aires, y luego en Rosario, donde deberá ganar su categoría “Wellness Bienestar” para pasar a Overall, la instancia que definirá todo.
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La deportista admite que se tiene fe. “Es mi objetivo. Antes lo veía como algo lejano, pero ahora tengo confianza, todos los días es una lucha decir me levanto a hacer el cardio, pero pienso en lo que quiero y sigo, porque me encantaría llegar a ese nivel y poder competir a nivel internacional”, dice esta mujer que se animó a meterse en el mundo de los fierros, una “disciplina muy solitaria” que la hizo “fuerte, feliz y le dio mucha seguridad y confianza”, todo por intentar esquivar el desarraigo que alguna vez sintió.
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