Por estrategiaynegocios.net
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC) del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) realizaron un webinar “Educación Alimentaria y Nutricional en las Escuelas (EAN-E): empoderando en alimentación y nutrición a las nuevas generaciones de los países SICA”.
En este evento participaron representantes de Ministerios de Educación y actores relevantes de la EAN-E de los países del SICA.
En este espacio de diálogo se presentaron las actividades principales de la cooperación entre FAO y CECC-SICA, así como las buenas prácticas de los países de la región y las nuevas herramientas técnicas de EAN-E desarrolladas por FAO.
En la discusión, los expertos resaltaron que la región latinoamericana se enfrenta a un reto importante: combatir la malnutrición bajo todas sus formas, ya que en el continente, 56,5 millones de personas no tienen acceso a una alimentación adecuada, 267 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave; 5 millones de niños de menos de 5 años presentan un retraso de crecimiento, 4 millones padecen exceso de peso, así como entre 20% y 40% de escolares; y 104 millones de adultos padecen obesidad.
Señalaron que la malnutrición es la causa directa de muchas enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer, que figuran entre las principales causas de muerte en nuestros países; y que, frente a semejante desafío, la Educación Alimentaria y Nutricional constituye una herramienta privilegiada.
“En la FAO, trabajamos entorno a dos principios fundamentales para lograr la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN): el derecho humano a la alimentación adecuada y las contribuciones de la alimentación escolar al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; a través de la Educación Alimentaria y Nutricional, los programas de alimentación escolar y su vinculación con la Agricultura Familiar (AF) y en el fortalecimiento de los marcos normativos y jurídicos en SAN”, explicó Israel Ríos, oficial de nutrición en la FAO.
La EAN-E constituye una oportunidad única para combatir la malnutrición en el continente, ya que permite educar a las nuevas generaciones y fomentar cambios de hábitos alimentarias, que luego se comparten con la familia y en el entorno de los niños.
Raquel Núñez, directora técnica del CECC-SICA, indicó que el marco de cooperación entre la CECC-SICA y la FAO constituía un espacio privilegiado para encontrar e implementar soluciones concretas a los problemas de malnutrición en la región SICA, y que, si bien quedaba aún mucho trabajo por delante, todos los actores involucrados estaban motivados por el bienestar de los niños, niñas y adolescentes.
Avances de la cooperación FAO y CECC-SICA
Entre el 2019 y 2020 FAO y CECC-SICA desarrollaron un programa de Articulación Institucional para la Vinculación de la Agricultura Familiar a los Programas de Alimentación Escolar (PAE), cuyo objetivo era mejorar la alimentación escolar y fortalecer la agricultura familiar mediante compras públicas, y que se realizó a través de talleres, diálogos nacionales, la creación de una estrategia regional y la inserción de EAN en las mallas curriculares.
En 2020 y 2021, ambas instancias trabajaron en el fortalecimiento de los procesos de Alimentación Saludable, mediante la difusión de prácticas, abarcando actividades variadas como la elaboración campañas para un estilo de vida saludable, un curso práctico sobre transformación cultural de la nutrición a través de la EAN, la revisión de los marcos jurídicos y talleres, entre otras.
Sobre esto, Luisa López, experta en Seguridad Alimentaria y Nutricional para la FAO, hizo énfasis en el hecho de que la EAN no es sólo impartir conocimientos, sino que los niños se vuelvan actores del cambio.
López resaltó que, para esto, hace falta definir estrategias coherentes y complementarias, que tengan un impacto no sólo a nivel individual, sino también a nivel global e incluyendo problemáticas como el medio ambiente, el acceso a agua segura, la desigualdad de género y la justicia social.
Una nueva herramienta para evaluar las capacidades en EAN en las escuelas
La FAO ha desarrollado una herramienta de análisis de capacidades de EAN-E con el propósito de identificar con mayor precisión las condiciones de implementación en las cuales se desarrollan las actividades de educación alimentaria y nutricional.
Según la FAO, esta herramienta permitirá definir si el entorno es favorable a la implementación de la EAN-E, y si no, cuáles serían los obstáculos a su pleno desarrollo.
El objetivo principal del análisis de capacidades para EAN-E es poder usar un enfoque más general que el que se usa habitualmente, y no solo evaluar las medidas educativas como tal, sino también tomar en cuenta el entorno en el cual ellas se desarrollan.
Saliendo del enfoque estrictamente educativo, se permite observar dimensiones políticas, nacionales y locales; los tipos de herramientas con las que ya cuentan las escuelas; el grado de participación de los padres, entre otras cosas; y permite que la evaluación de capacidades se haga de manera participativa, a través de talleres con actores y de series de preguntas para medir la parte más sistémica.
La herramienta de análisis de capacidades de EAN-E se concentra principalmente en 3 niveles: primero, entornos favorables, en donde mide, por ejemplo, los marcos legales y culturales, así como los compromisos políticos; segundo, el nivel organizacional, en el que corresponde, por ejemplo, un análisis del sistema escolar; y tercero, el nivel individual, en el que se miden las competencias que tiene una escuela para la EAN-E.
Adicionalmente, los expertos de la FAO anunciaron que la Organización está trabajando también en un programa de desarrollo de capacidades de EAN-E que será publicado en 2023, cuyo objetivo es brindar apoyo a los Ministerios de Educación para desarrollar su currículo y sus capacidades, a través de un proceso de co-creación de currículo con jóvenes, padres, profesores y otros actores involucrados en este tema, siguiendo la metodología del “aprender haciendo”.
“Con una evaluación más precisa, es posible entender mejor los factores determinantes de una buena EAN-E, lo cual es clave para el diseño y la implementación de futuros programas, y la adaptación de los ya existentes, además de tomar en cuenta indicadores más amplios que el peso o la talla de los niños como, por ejemplo, la motivación o los conocimientos de los niños sobre la alimentación”, añadieron.