A través de una carta abierta, la congregación destacó el reconocimiento de naciones indígenas; de la espiritualidad como un elemento esencial; de los derechos sociales y de la ecología en el texto.
Martes 23 de agosto 2022 9:01 hrs.
Mediante una misiva al pueblo de Chile, la congregación de Carmelitas Descalzas de San José de Maipo se manifestaron en favor del Apruebo a la propuesta de nueva Constitución que se dirime este próximo 4 de septiembre. En ella, entregan “una reflexión que surge en una comunidad de mujeres dedicadas a la vida contemplativa, abiertas al solo del Espíritu y a la construcción de un Chile para todos, justo equitativo, tolerante, empático, grande de alma y corazón, en el cual caben todos los seres humanos y la creación toda, en donde podamos volver a mirarnos y encontrarnos como hermanos”, señalan.
Entre los elementos que destacan del texto constitucional, relevan la reivindicación de los pueblos originarios. Sobre ello, evocan la aparición de la Virgen María en América bajo la advocación de Virgen de Guadalupe cuya imagen es “de una mujer de piel morena y rasgos indígenas”, acotan. Ella, al manifestarse frente a un indígena de etnia chichimeca llamado Juan Diego, se refiere a él como “hijo mío, pequeño mío”, con lo que “a través de esta aparición la Madre de Jesús da una señal potente de aceptación como hijos a todos los pueblos originarios”, indican.
En ese sentido es que valoraron el reconocimiento de pueblos indígenas como naciones en la propuesta de Constitución, “restituyéndoles, siquiera parcialmente, sus tierras, sus aguas, su lengua y lo esencial, su dignidad, es un gesto que dignifica a Chile y alegra profundamente a María, Virgen de Guadalupe”, afirman.
“Es justo poder darle el espacio que les es propio a nuestros hermanos de pueblos originarios que nos han permitido construir en unión con ellos este hermoso país llamado Chile“, añaden.
Además consideraron “importante y destacable el artículo 67. En el punto 1: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión y en el siguiente 67.3 ‘El Estado reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano’; en ninguna otra Constitución se había hecho mención a esta dimensión trascendental del ser humano”, destacaron.
Junto a ello, agradecieron “lo que la nueva carta magna dice sobre los derechos sociales de los Chilenos: salud, educación, vivienda, pensiones, trabajo, entre otros temas esenciales para nuestro país”. También afirmaron que la propuesta constitucional “es ecológica, respeta y legisla sobre la naturaleza, como nos lo pide el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, en que nos llama a respetar y amar la “casa común”, la tierra y los bienes naturales comunes”.
“El agua, elemento esencial para la vida, se regula según las necesidades humanas, las necesidades de la naturaleza, la agricultura y en último término las actividades mineras y agrícolas exportadoras. La ecología y la higiene del alma son valores absolutamente necesarios en una sociedad como la de hoy orientada hacia el consumo, el egoísmo y lo superficial, carente de solidaridad y empatía con el hermano”, sostuvieron.
Dicho eso, consideraron que la propuesta de la Convención “es perfectible y se puede solucionar con el diálogo, el respeto y la buena voluntad”, pero lo fundamental, enfatizaron, “es que se constituye como un Estado social de derecho; se concibe a Chile como una República solidaria, donde los derechos humanos, individuales y colectivos, son el fundamento del Estado; se estructura una democracia participativa, inclusiva y paritaria, además de regional, dándose un gran paso para que cada región pueda autodeterminarse y desarrollar sus potenciales. Estos conceptos son esenciales para entender toda la nueva Constitución y el norte de ella”.
En esa línea, advirtieron que “si rechazamos la proposición de una nueva Constitución estamos rechazando la posibilidad de dar un paso grande en el devenir de nuestro país“.
Cerrando la misiva, las Hermanas Carmelitas Descalzas del Amor Misericordioso citaron “un extracto de la homilía del Cardenal Silva Henríquez en el Te Deum de Septiembre de 1974, que cita el Papa Francisco en su última Encíclica Fratelli Tutti N° 14: ‘Los pueblos que enajenan su tradición y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y finalmente su independencia ideológica, económica y política’”.
Mediante una misiva al pueblo de Chile, la congregación de Carmelitas Descalzas de San José de Maipo se manifestaron en favor del Apruebo a la propuesta de nueva Constitución que se dirime este próximo 4 de septiembre. En ella, entregan “una reflexión que surge en una comunidad de mujeres dedicadas a la vida contemplativa, abiertas al solo del Espíritu y a la construcción de un Chile para todos, justo equitativo, tolerante, empático, grande de alma y corazón, en el cual caben todos los seres humanos y la creación toda, en donde podamos volver a mirarnos y encontrarnos como hermanos”, señalan.
Entre los elementos que destacan del texto constitucional, relevan la reivindicación de los pueblos originarios. Sobre ello, evocan la aparición de la Virgen María en América bajo la advocación de Virgen de Guadalupe cuya imagen es “de una mujer de piel morena y rasgos indígenas”, acotan. Ella, al manifestarse frente a un indígena de etnia chichimeca llamado Juan Diego, se refiere a él como “hijo mío, pequeño mío”, con lo que “a través de esta aparición la Madre de Jesús da una señal potente de aceptación como hijos a todos los pueblos originarios”, indican.
En ese sentido es que valoraron el reconocimiento de pueblos indígenas como naciones en la propuesta de Constitución, “restituyéndoles, siquiera parcialmente, sus tierras, sus aguas, su lengua y lo esencial, su dignidad, es un gesto que dignifica a Chile y alegra profundamente a María, Virgen de Guadalupe”, afirman.
“Es justo poder darle el espacio que les es propio a nuestros hermanos de pueblos originarios que nos han permitido construir en unión con ellos este hermoso país llamado Chile“, añaden.
Además consideraron “importante y destacable el artículo 67. En el punto 1: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión y en el siguiente 67.3 ‘El Estado reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano’; en ninguna otra Constitución se había hecho mención a esta dimensión trascendental del ser humano”, destacaron.
Junto a ello, agradecieron “lo que la nueva carta magna dice sobre los derechos sociales de los Chilenos: salud, educación, vivienda, pensiones, trabajo, entre otros temas esenciales para nuestro país”. También afirmaron que la propuesta constitucional “es ecológica, respeta y legisla sobre la naturaleza, como nos lo pide el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, en que nos llama a respetar y amar la “casa común”, la tierra y los bienes naturales comunes”.
“El agua, elemento esencial para la vida, se regula según las necesidades humanas, las necesidades de la naturaleza, la agricultura y en último término las actividades mineras y agrícolas exportadoras. La ecología y la higiene del alma son valores absolutamente necesarios en una sociedad como la de hoy orientada hacia el consumo, el egoísmo y lo superficial, carente de solidaridad y empatía con el hermano”, sostuvieron.
Dicho eso, consideraron que la propuesta de la Convención “es perfectible y se puede solucionar con el diálogo, el respeto y la buena voluntad”, pero lo fundamental, enfatizaron, “es que se constituye como un Estado social de derecho; se concibe a Chile como una República solidaria, donde los derechos humanos, individuales y colectivos, son el fundamento del Estado; se estructura una democracia participativa, inclusiva y paritaria, además de regional, dándose un gran paso para que cada región pueda autodeterminarse y desarrollar sus potenciales. Estos conceptos son esenciales para entender toda la nueva Constitución y el norte de ella”.
En esa línea, advirtieron que “si rechazamos la proposición de una nueva Constitución estamos rechazando la posibilidad de dar un paso grande en el devenir de nuestro país“.
Cerrando la misiva, las Hermanas Carmelitas Descalzas del Amor Misericordioso citaron “un extracto de la homilía del Cardenal Silva Henríquez en el Te Deum de Septiembre de 1974, que cita el Papa Francisco en su última Encíclica Fratelli Tutti N° 14: ‘Los pueblos que enajenan su tradición y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y finalmente su independencia ideológica, económica y política’”.
Mediante una misiva al pueblo de Chile, la congregación de Carmelitas Descalzas de San José de Maipo se manifestaron en favor del Apruebo a la propuesta de nueva Constitución que se dirime este próximo 4 de septiembre. En ella, entregan “una reflexión que surge en una comunidad de mujeres dedicadas a la vida contemplativa, abiertas al solo del Espíritu y a la construcción de un Chile para todos, justo equitativo, tolerante, empático, grande de alma y corazón, en el cual caben todos los seres humanos y la creación toda, en donde podamos volver a mirarnos y encontrarnos como hermanos”, señalan.
Entre los elementos que destacan del texto constitucional, relevan la reivindicación de los pueblos originarios. Sobre ello, evocan la aparición de la Virgen María en América bajo la advocación de Virgen de Guadalupe cuya imagen es “de una mujer de piel morena y rasgos indígenas”, acotan. Ella, al manifestarse frente a un indígena de etnia chichimeca llamado Juan Diego, se refiere a él como “hijo mío, pequeño mío”, con lo que “a través de esta aparición la Madre de Jesús da una señal potente de aceptación como hijos a todos los pueblos originarios”, indican.
En ese sentido es que valoraron el reconocimiento de pueblos indígenas como naciones en la propuesta de Constitución, “restituyéndoles, siquiera parcialmente, sus tierras, sus aguas, su lengua y lo esencial, su dignidad, es un gesto que dignifica a Chile y alegra profundamente a María, Virgen de Guadalupe”, afirman.
“Es justo poder darle el espacio que les es propio a nuestros hermanos de pueblos originarios que nos han permitido construir en unión con ellos este hermoso país llamado Chile“, añaden.
Además consideraron “importante y destacable el artículo 67. En el punto 1: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión y en el siguiente 67.3 ‘El Estado reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano’; en ninguna otra Constitución se había hecho mención a esta dimensión trascendental del ser humano”, destacaron.
Junto a ello, agradecieron “lo que la nueva carta magna dice sobre los derechos sociales de los Chilenos: salud, educación, vivienda, pensiones, trabajo, entre otros temas esenciales para nuestro país”. También afirmaron que la propuesta constitucional “es ecológica, respeta y legisla sobre la naturaleza, como nos lo pide el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, en que nos llama a respetar y amar la “casa común”, la tierra y los bienes naturales comunes”.
“El agua, elemento esencial para la vida, se regula según las necesidades humanas, las necesidades de la naturaleza, la agricultura y en último término las actividades mineras y agrícolas exportadoras. La ecología y la higiene del alma son valores absolutamente necesarios en una sociedad como la de hoy orientada hacia el consumo, el egoísmo y lo superficial, carente de solidaridad y empatía con el hermano”, sostuvieron.
Dicho eso, consideraron que la propuesta de la Convención “es perfectible y se puede solucionar con el diálogo, el respeto y la buena voluntad”, pero lo fundamental, enfatizaron, “es que se constituye como un Estado social de derecho; se concibe a Chile como una República solidaria, donde los derechos humanos, individuales y colectivos, son el fundamento del Estado; se estructura una democracia participativa, inclusiva y paritaria, además de regional, dándose un gran paso para que cada región pueda autodeterminarse y desarrollar sus potenciales. Estos conceptos son esenciales para entender toda la nueva Constitución y el norte de ella”.
En esa línea, advirtieron que “si rechazamos la proposición de una nueva Constitución estamos rechazando la posibilidad de dar un paso grande en el devenir de nuestro país“.
Cerrando la misiva, las Hermanas Carmelitas Descalzas del Amor Misericordioso citaron “un extracto de la homilía del Cardenal Silva Henríquez en el Te Deum de Septiembre de 1974, que cita el Papa Francisco en su última Encíclica Fratelli Tutti N° 14: ‘Los pueblos que enajenan su tradición y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y finalmente su independencia ideológica, económica y política’”.
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