La lista de ‘extranjeros’ que sueñan con la Roja suma un nuevo nombre: Christopher Barrera (18). Se trata de un portero noruego de padres chilenos que juega en la Sub 19 del Levante de España. Carlos, su progenitor, entrega más detalles de esta historia en AS: “Yo me vine a Noruega con mis papás en 1988. Ellos eran exiliados políticos”.
Christopher comenzó a jugar fútbol a los nueve años en el país escandinavo. El primer club que lo acogió fue el Skeid y luego, tras exhibir su potencial en la Norway Cup, pasó al Valerenga. “Ese era un torneo juvenil bien prestigioso”, afirma Carlos Barrera. En la actualidad, el meta cuenta ya cuenta con su pasaporte chileno.
– Su hijo también pasó por la Sub 17 de Noruega…
– Sí. Estuvo en unos microciclos, que acá los hacen por región. Van viendo a los jugadores y ahí entrenan y juegan amistosos.
– ¿Él ha visitado Chile alguna vez?
– Sí, hemos estado de visita. De hecho, en 2017 o 2018, él estuvo entrenando en O’Higgins, porque nosotros somos de Rancagua. Entrenó con la categoría que le correspondía y después regresamos a Noruega. También, antes de la pandemia, estuvo entrenando un tiempo corto con Cobreloa.
– ¿Y cómo llegó al Levante?
– Él está ahí desde el año pasado. Por el tema del Valerenga, donde juegan campeonatos a nivel escandinavo y europeo, surgió la posibilidad. Nos contactamos con la gente del Levante y ellos mostraron interés. Mandamos el material, lo invitaron a una prueba y quedó.
– ¿Qué significa para él estar en Levante?
– Acá, en las ligas escandinavas, el nivel no es malo, pero en España los ojos están puestos, hay veedores, clubes… Hay hartas puertas que se van abriendo. Entonces, él ya está 100 por ciento dedicado a lucharla por lograr su meta: un contrato profesional.
– Previamente, Isaac Cárcamo, el gestor deportivo de Christopher, me comentó que él soñaba con venir a Chile. Parece curioso que, estando en Europa, quiera estar en nuestro país…
– Es una decisión de él. Es para poder vivir la experiencia de jugar en Chile, pero también equivale a las ansias que él tiene por lograr consolidarse en algún equipo. Entonces, a veces esas decisiones a lo mejor lo hacen apresurarse un poco, pero yo lo aconsejo que tenga paciencia. Obviamente que en Europa es otro el roce que va a ir generando y él tiene la ventaja de que los arqueros explotan un poco más tarde que los jugadores de campo por diferentes razones. Debe tener paciencia y en algún momento puede que se le dé el sueño de jugar en Chile.
– También quiere defender a la selección chilena, ¿no?
– Sí, va más por ese lado. Quiere hacerse un nombre y darse a conocer para poder tener alguna posibilidad de que lo convoquen o lo vean, y poder entrenar. Para él, ir a la Selección sería un sueño y lo máximo.
– ¿Alguna vez han contactado a Christopher desde la Roja?
– No. Harold Mayne-Nicholls tomó contacto conmigo, pero no por un tema de Selección, sino que para preguntar por él.
– ¿A raíz de qué fue ese contacto?
– Él me comentó que había comprado un club, Trasandino, y que estaba en formación y todo el tema.
– ¿De qué equipo son en su familia?
– Nosotros hemos seguido a O’Higgins todo el tiempo, porque la familia es de Rancagua. La mayoría son del club.
– ¿Quiénes son los referentes de su hijo?
– Claudio Bravo, todo el rato. Pero Christopher, por ejemplo, cuando O’Higgins salió campeón en el 2013 y él recién estaba entrando en el tema del fútbol y de jugar en la portería, idolatraba a Paulo Garcés. Para él era lo máximo.