La Premier League inicia su 31ª edición siendo, con mucha diferencia, la liga más seguida a nivel mundial y la que más ingresa en derechos de televisión
En 30 años, los grandes clubes de la Premier League han cuadriplicado sus ingresos por derechos de televisión. Ese fue, precisamente, el motivo principal por el que los ilustres equipos de Inglaterra decidieron abandonar en 1992 la tradicional e histórica Football League para fundar una nueva competición, más prestigiosa y selecta que la First Division del fútbol británico que caminaba sin pausa desde 1888. Siempre el dinero. No fue un tema deportivo, ni mucho menos. Se trataba de mejorar los ingresos. “Se formó porque los grandes clubes querían más dinero”, explica a Sport Dossier Mark Irwin, histórico periodista del diario The Sun. “Había 92 equipos en la Football League. Los grandes pensaron que los pequeños recibían demasiado dinero y que a ellos les tocaba demasiado poco”, comenta. ¿Esa argumentación les recuerda a cierta situación actual? Efectivamente, es exactamente la misma justificación que esgrimen los clubes fundadores de la Superliga europea. “Es algo similar a lo que sucede ahora. Los 22 de la primera división se unieron para dejar de formar parte de la Football League y organizar un acuerdo de televisión con el grupo Sky. Antes del acuerdo, las televisiones pagaban 44 millones de libras al año a los grandes clubes. Desde 1992, esas cifras han crecido hasta los 155 millones anuales. Fue un tema exclusivamente de dinero, como la Superliga”, conviene Irwin.
La Premier ya celebra desde el sábado pasado su 31ª edición. Y lo hace creciendo como nunca, no solamente a nivel económico, sino también a nivel de ilusión deportiva, con la llegada de nombres como Erling Haaland al Manchester City o de Darwin Núñez al Liverpool. Dos de los grandes goleadores de Europa que vuelan hacia el Reino Unido para intentar acercarse a la cifra inigualable de Alan Shearer (260 goles) y hacer todavía más grande un torneo al que no se le puede comparar ninguna otra competición nacional, ni en audiencia, ni en ingresos. Unos 3.200 millones de personas ven la Premier por televisión anualmente, lo que significa unos 643.000 espectadores de media por partido. Un encuentro de la Liga española –la segunda del ranking mundial– tiene de media unos 76.000 espectadores, por un total anual de 1.000 millones, tres veces menos que la liga inglesa. En ingresos por la venta de los derechos de televisión, la cifra sigue siendo incomparable: 3.000 millones para la Premier por los 1.000 millones de la Liga.
“La liga inglesa está muy lejos del resto de ligas”, apunta Irwin. “En España, dos o tres equipos son ricos y el resto no tienen dinero. En la Premier, los más pequeños ganan casi 100 millones de euros al año, ésta es la gran diferencia. Y eso atrae mucho mejores jugadores y a los grandes propietarios”, comenta el periodista de The Sun, que reconoce que la liga inglesa, a finales de los 80, se situaba por detrás de la liga italiana e incluso de la española, básicamente por la violencia dentro y fuera de los estadios: “En los 70 y los 80, la liga inglesa tuvo un período complicado a nivel mundial por culpa del crecimiento del hooliganismo. Fue un momento negro para el país y para su fútbol. La construcción de grandes estadios y la implementación de una buena seguridad empezó a cambiarlo todo. Se volvió más vendible, pasó a ser una moda”. De ahí que en los últimos años hayan aterrizado en la isla los mejores entrenadores del mundo con el objetivo de alzarse con el gran trofeo, considerado en el país como el torneo más importante del año, mucho más que la tan ansiada Liga de Campeones. “No quiero decir que la Champions League no sea importante, pero ganar la Premier es mucho más difícil”, dijo Pep Guardiola el pasado mayo. El catalán ha conseguido cuatro de las últimas cinco ligas.
Los pioneros
La Premier fue la primera gran liga europea en expandirse a nivel internacional. Y lo hizo aprovechando el potencial y las ideas implantadas por el Manchester United de la mano del ejecutivo Peter Kenyon, el responsable de la explosión mediática de los Beckham, Giggs, Neville, Scholes, Keane y compañía a mediados de los 90. El United ganó cuatro de las primeras cinco ligas bajo el nuevo formato y suma 13 de las 30 Premier disputadas hasta ahora, lejos del segundo, su rival ciudadano, con seis. “El United se convirtió en una marca global. Hizo un gran mercado en Asia y América y unas grandes audiencias en esos territorios. Todos los clubes se beneficiaron de ese éxito del Manchester United e intentaron copiar ese modelo de negocio”, explica Irwin. “Fue una pequeña revolución para el país y para su deporte”, señala.
Esa expansión impactó también en los futbolistas. “Dieron un paso adelante, fue increíble la repercusión que le dieron a la liga”, comenta para Sport Dossier Jesús Seba, exfutbolista del Real Zaragoza que acompañó a Robert Martínez en su primer periplo como jugador en 1995, cuando ambos –junto a Isidro Díaz, con el que formaron ‘The Three Amigos’– aterrizaron en el Wigan Athletic de la tercera división. Tras la retirada como futbolista, Seba nunca se ha separado de Martínez. Fue jefe de scouts en el Wigan, repitió en el Everton y ahora mantiene el mismo cargo en la selección de Bélgica. “El impacto lo vimos en seguida, con lo que nos llegaba desde fuera. Dentro del país cambió poco, porque la pasión por el fútbol siguió siendo la misma, pero en el resto del mundo se hablaba de la Premier”, testimonia el técnico.
El fútbol inglés cambió por completo a partir de la creación de la Premier en 1992
Un juego “europeizado”
La expansión mundial de la Premier League y la lluvia de dinero que cae año tras año a las arcas de los clubes provocó, además del aterrizaje de futbolistas cotizados internacionalmente, la llegada de entrenadores extranjeros que cambiaron el modelo tradicional del fútbol británico. “El juego tenía una gran influencia del rugby”, explica el ayudante de Robert Martínez. “Ellos pensaban que cuantas más veces lanzabas el balón al área, más posibilidades había de marcar. Por eso hacían un fútbol tan directo”, añade. “Poco a poco, con la mentalidad de nuevos entrenadores, se han dado cuenta de que se puede hacer un buen fútbol teniendo el balón. Se han ido europeizando, aunque no ha sido fácil porque el fútbol británico tenía unas características muy definidas”, concluye Seba, que pone el foco también en los aficionados: “La mentalidad ha cambiado, no solamente en los equipos sino también en los hinchas. Ahora toleran un pase atrás, algo que antes era una ofensa para ellos”.
Pero no solo fue el juego. Los clubes cambiaron por completo, dejando de estar –la mayoría de ellos– en manos de sus propietarios tradicionales. El dinero atrae a más dinero y, por consiguiente, a los grandes inversores mundiales. “Antes de la Premier League, los clubes eran propiedad de ricos británicos. Ahora, la mayoría de clubes son propiedad de multimillonarios extranjeros”, comenta Mark Irwin, que lleva más de tres décadas cubriendo el fútbol británico: “Cuando miras 30 años atrás, los cambios son muy grandes. En la primera semana de la Premier ya se vieron grandes cambios, pero al final fue una revolución y la liga empezó a crecer sin parar. Y hasta hoy, que sigue creciendo”.