Después de tres partidos consecutivos ingresando como suplente, Nicolás de la Cruz volvió a tener su oportunidad desde el arranque en un 2022 con altibajos futbolísticos: la trombosis del año anterior que le impidió arrancar a full, otras complicaciones físicas que conspiraron contra su rendimiento y, a la par, la tan hablada renovación de su contrato. El pasado sábado, el uruguayo mostró una buena versión ante Newell’s, siendo otra vez importante para el equipo de Marcelo Gallardo, con el que se abrazó en un momento de la jornada. Jugó 78 minutos y, ya en conferencia de prensa, al DT le preguntaron por ese buen intercambio que tuvo con el futbolista y por qué recién ahora le dio la chance de volver al once desde el inicio.
De la Cruz jugó 78 minutos (Twitter River).
“No es todo lineal, hay jugadores con altibajos… Hay momentos en los que sentís que no estás en tu mejor forma, con nivel bajo, hay que tener algo para agarrarte y volver a ser y puede ser un partido o una buena semana de entrenamiento o una buena charla. Hay que destrabar cuestiones que tienen que ver con lo personal. Es fútbol y vida. Por eso sus altibajos. Ustedes por ahí lo ven el domingo, pero yo veo sus comportamientos, cómo se entrenan, cómo llegan, cómo se van, si tienen un problema personal que los incomoda… De esto se trata. De la gestión de un grupo humano”, respondió Gallardo.
La conferencia de Gallardo post partido con Newell’s
Mirá lo que dijo el DT.
El tema contractual
Las charlas entre Enzo Francescoli, Matías Patanian y Paco Casal, el agente del hermano de Carlos Sánchez, avanzaron en Montevideo. Tanto que desde River aseguran que esta semana podría haber final feliz con la firma de extensión de un vínculo que desde mitad de año le permite al futbolista negociar como agente libre con cualquier club del mundo.
Como De la Cruz descartó de manera pública y privada la posibilidad de irse del CARP con el pase en su poder y siempre tuvo buena predisposición para renovar, en Núñez decidieron no tomar la misma medida que les cayó a Angileri y Rollheiser en enero, con negociaciones que ya no tenían retorno. ¿De poner el gancho en las próximas horas De la Cruz seguirá en River, entonces? Ése ya es otro tema.
Y es que el deseo del uruguayo es desde hace tiempo dar el salto a mercados más competitivos y los principales libros de pases del fútbol europeo todavía tienen más de dos semanas de vigencia. Seguido desde hace rato por el Fenerbahce turco y la Real Sociedad de España, en el círculo del volante se espera un ofrecimiento que llegue desde Italia. Mientras tanto, desde Brasil aún se habla del interés del Atlético Mineiro para contar con él (la ventana de transferencias cierra el lunes).
Lo cierto es que renovar el contrato puede implicar, a la vez, que lleguen ofertas por números más cercanos a los que River espera por él: así como ocurrió con Montiel, que firmó su extensión y recién ahí recibió la propuesta formal del Sevilla, en la lógica de los clubes del exterior no cabe la posibilidad de pagar una cifra millonaria por la ficha de un futbolista al que técnicamente podrían contratar por cero en pocos meses.
Así, la cuenta regresiva parece en marcha y en River estarán expectantes: aunque el CARP tiene el 30% del pase (lo compró en casi u$s 4.000.000 en 2017), en la última renovación el año pasado llegó a un acuerdo con el Liverpool charrúa para quedarse con al menos u$s 9.421.000 por una eventual transferencia, lo que equivale a un 42,82% del valor de su cláusula: u$s 22 millones brutos