Dieta, balanza, restricciones alimentarias… son términos que pasaron de moda para la mayoría de los Nutricionistas, que optan por un enfoque integral en el abordaje de sus pacientes.
Quedaron atrás las consultas breves en las que el paciente recibía una hoja fotocopiada con “los sí” y “los no” para que pegue en la heladera y deba cumplir sin fallas y, así, lograr el tan ansiado descenso de peso, que era el único objetivo al que se le daba relevancia.
No obstante, en la actualidad los especialistas escuchan mucho más a sus pacientes: repasan sus gustos, sus rutinas, sus horarios y sus objetivos. Se presta atención a su relación con la comida y con su cuerpo. Y es en base a toda esa información, que pone de relevancia su salud y sus emociones, cómo se comienza a trabajar.
Por qué la balanza no va más
Agostina Cicconi, Licenciada en Nutrición (UBA) nos cuenta cómo es su experiencia en el consultorio: “El peso por sí solo no dice nada. También hacemos mediciones de perímetros y pliegues y, con eso, podemos ver la composición corporal de la persona. Ver cómo está la persona en ese momento y ver qué se puede mejorar a futuro”, indica.
No uno, sino multiples objetivos
Los objetivos dependen de cada paciente, aclara la Licenciada Cicconi: “Muchas veces es necesario, además, trabajar otras cosas que no tienen que ver solamente con el número de la balanza” y añade que “Lo bueno de hacer mediciones (y no solamente quedarnos con el número del peso) es ver cómo es su composición corporal para ver las variaciones en el control. Los porcentajes de músculo y grasa del cuerpo no son solamente cuestiones estéticas, sino de salud”.
Cómo se arma un plan alimentario hoy en día
“A la hora de armar un plan no solo tenemos en cuenta qué alimentos le gustan al paciente, o sus objetivos, sino cómo es su rutina: sus horarios, en dónde está en el momento de comer. Además, hoy, en día lo económico influye muchísimo”.
Asimismo, aclara que muchas veces la cantidad de alimentos es lo último que se trabaja: “Quizás hay que trabajar la calidad de la alimentación”, teniendo en cuenta fundamentalmente: “Lo emocional: la relación que tiene la persona con la comida y con su cuerpo, son factores que al armar el plan deben estar reflejados en él”.
Cómo se evalúan los progresos
En cuanto a los progresos, “remarco desde la primera consulta es que no se frustren si para el primer control el peso no cambió, porque quizás aumentó el músculo y bajó la cantidad de grasa“, aclara la especialista.
Segundo, “hay otros progresos en lo que son las conductas alimentarias: quizás la persona no comía frutas ni verduras y logró cambiar eso. O quizás consumían muchos alimentos procesados y lograron reducirlos. Todos esos aspectos se tienen en cuenta a la hora de evaluar los progresos que a veces son muchísimo más productivos que lo que diga la balanza”.
Es muy importante prestar atención “a los cambios en la calidad de la alimentación y en las conductas”, y además cómo comienza a educarse: “Ver cómo la persona empieza a hablar de proteínas, de grasas, de hidratos de carbono son grandes progresos, porque evidencian que se están llevando herramientas, aprendiendo sobre alimentación, que es re positivo”.
Qué dicen los pacientes en la primera consulta
“Cuando llegan al consultorio y dicen que están gordos, que se sienten mal o que no tienen una buena relación con su cuerpo, son puntos que uno los observa y los tiene en cuenta en el tratamiento y el seguimiento, porque eso nos indica cómo debemos trabajar“, remarca.
“No es lo mismo alguien que su objetivo es solamente rendimiento deportivo. O algo estético para alguien que no tiene problema con la comida ni con su cuerpo. Otro tema es una persona que tiene una mala relación con su cuerpo, que se siente mal. Ahí el trabajo no es solo a nivel nutricional, sino interdisciplinario, contemplando la posibilidad de sumar psicólogos o médicos, que acompañen en este tratamiento desde lo emocional”.
“Siempre les digo que cuando vienen a la consulta que confíen, que cuenten lo que les está pasando. Cómo estamos emocionalmente influye en nuestras elecciones alimentarias. Está bueno conocer a la persona desde otro lado”.
“Este es el enfoque que llevo actualmente, así como otras colegas, porque es integral, considerando a la persona no solamente como un ser humano que come, camina y respira, sino que hay otros factores que influyen en su vida y en su elección alimentaria”, finaliza la Licenciada Cicconi.
Agreadecemos a la Licenciada Agostina Cicconi su asesoramiento (@ac.nutriciion).
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