Tuvo el estreno de la Liga un nombre propio indiscutible. A los ocho minutos de juego ya apetecía tuitear que se le veían cosas muy serias a Aimar Oroz, pero imagino que todos nos contuvimos un poco para no caer en una precipitación que meses después nos pudieran echar en cara. Antes del descanso, sin embargo, el chaval ya era TT en España, por lo que imagino que, en algún momento alrededor de la media hora, dejamos atrás el miedo y nos lanzamos a la piscina: ahí había jugador. Lo hicimos, ojo, antes de que ocurriera lo más asombroso: que se atreviera -y le dejaran- a tirar el penalti decisivo -decisión arbitral más que controvertida, pero ese no es el tema del artículo-.
A Aimar, que en fase defensiva actuaba a la misma altura que Chimy Ávila para compartir con él el rol de hombre más adelantado en la presión, se le percibieron sobre todo muy buenas ideas. Sabía qué hacer con la pelota, y además lo sabía hacer rápido, incluso en acciones en las que se encontraba presionado. Mis amigos que trabajan en el fútbol me indicaron después que esa facilidad ya resultaba llamativa en las categorías inferiores de Osasuna, y que había a su alrededor una gran esperanza de que se convirtiera en alguien importante. Por ahora, su primera aparición con focos en la élite refuerza esa teoría.
Al chaval hay que darle el mérito por ser tan bueno, pero a Jagoba Arrasate hay que entregarle uno de más valor: atreverse a ponerlo en la jornada 1. Con Moncayola, hace tres años, hizo lo mismo: de repente, en el partido inaugural de la temporada, apareció de la nada en el once titular. Hace unos meses, el club entendió que el ciclo de su leyenda Oier Sanjurjo había terminado, y Jagoba citó a las promesas de la cantera para explicar que el relevo estaba garantizado. No olvidemos que en la medular también está Javi Martínez, un chaval de 22 años que apunta también muy buenas maneras.
El trabajo de Osasuna en el fútbol formativo es, pues, muy elogiable. La temporada pasada, el filial ganó su grupo de Segunda Federación y obtuvo una plaza en la Primera RFEF. Puede parecer poco si lo comparamos con la presencia del Villarreal en LaLiga SmartBank, pero conviene recordar que 13 clubes de Primera, entre ellos algunos tan importantes como el Atlético, el Sevilla, el Betis o el Valencia, tienen al B más abajo.