En Facebook, circula una gráfica que anuncia que el “agua de avena en ayunas elimina la obesidad, el colesterol malo y las toxinas”. El contenido ha superado las 1.800 interacciones en la red social y ha recibido distintos comentarios por parte de los usuarios: “Gracias por compartir”, “Yo la consumo muchísimo, pero no conocía estos valores”, “Lo mejor para bajar esos kilos”.
En la imagen, también se lee que este líquido supuestamente reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y ayuda a controlar el nivel de azúcar, aliviar el estreñimiento, prevenir el cáncer y el hipotiroidismo y adelgazar por el efecto saciante. La mayoría de estos contenidos hacen referencia al licuado de avena.
Sin embargo, se trata de una información engañosa.
Tomar agua de avena no “elimina” la obesidad
“Obesidad significa tener un exceso de grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo. Ambos términos significan que el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura”, define el portal Medlineplus de la Biblioteca Nacional de Estados Unidos. Del mismo modo, la Sociedad Española de Obesidad describe que se trata de “una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la masa grasa”.
A su vez, la nutricionista Saby Mauricio, exdecana del Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP), precisó a Verificador de La República que esta condición “no se limita solo al exceso del consumo de grasa, sino al exceso de calorías provenientes de cualquier macronutriente”. En cuanto al tratamiento, destacó la necesidad de adoptar un “estilo de vida saludable”, que incorpore una alimentación baja en “nutrientes críticos” (azúcar, grasas saturadas, sodio) y actividad física, como caminata o baile.
No obstante, apuntó que también hay otras intervenciones para pacientes con obesidad mórbida (estado grave), con diabetes o alguna enfermedad coronaria: “(…) Son candidatos para una cirugía bariátrica; sin embargo, es necesario recalcar que cualquiera sea el tratamiento, no se logra éxito sin un plan nutricional”, remarcó.
En comunicación con este medio, la nutricionista a domicilio Nathaly Aguilar coincide con estas indicaciones: “La primera opción (para tratar casos graves de obesidad) debe ser una educación alimentaria (…). Para llegar a un tema quirúrgico o una operación del estómago, siempre se deben agotar todas vías alimentarias”.
También el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (Estados Unidos) contempla a la alimentación saludable y la actividad física como los “tratamientos comunes” para combatir la obesidad y sobrepeso. Reporta, además, la existencia de medicamentos, dispositivos o cirugía bariátrica para casos especiales en los que el paciente se le dificulta perder peso. Al momento, ninguna investigación atribuye la solución de esta condición a un solo alimento.
Por otro lado, no encontramos estudios sobre los presuntos beneficios nutricionales exclusivamente de un agua de avena, pero sí de la avena y sus otras presentaciones como la harina. Nathaly Aguilar sostuvo que este cereal licuado reduce su valor nutricional porque la fibra, un componente sólido y uno de los más importantes, se rompe. Igualmente, remarcó: “En la ‘Tabla peruana de composición de alimentos’, no está el agua de avena porque tiene muy poquito aporte de nutrientes”.
Explicó: “Si es que yo remojo mi avena en agua, lo que va a pasar es que las vitaminas hidrosolubles se van a meter en el agua, no todas, pero sí van pasar al agua. Y, cuando tú tomas un agua de avena, estás tomando agua con vitamina, pero las proteínas de origen vegetal se quedan en la avena. Y las vitaminas de cualquier alimento, que aporte vitaminas liposolubles (que se diluyen en la grasa), no pasarían al agua. Por ello, el aporte del agua de avena no es tan significativo”.
Agregó que la avena tendrá “mayor cantidad de vitaminas, minerales y de fibra” cuando se consuma de forma íntegra. En ese sentido, recomendó su ingesta como parte de una alimentación saludable en pacientes con obesidad debido a los beneficios de la fibra, que, según la especialista, puede controlar la glucosa y generar una mejor sensación de saciedad.
Por su parte, Saby Mauricio, directora de la carrera de Nutrición Humana de la Universidad Norbert Wiener, indicó que este cereal de grano entero es rico en proteínas, grasa, vitaminas y minerales. De igual manera, destacó que contiene fibra como el beta-glucano (un tipo de fibra soluble). “La cocción modifica la fibra, por ello se recomienda solo agregar agua en las hojuelas de avena. Esta fibra presente le permite que su consumo disminuya el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión arterial”, alegó.
Aseguró que “en cualquier momento” se puede comer avena, es decir, su ingesta en ayunas no necesariamente brinda algún beneficio extra. La especialista ya había sostenido que no hay “alimento mágico” que reduzca el peso por sí solo, dado que “la clave siempre será una alimentación saludable”.
Un artículo publicado en Health Line (actualizado en abril de 2022) reveló los beneficios de la avena y harina de avena, mas no del líquido que puede derivarse de esta. Concluyó que comer este alimento produce sensación de saciedad por lo que puede contribuir en la pérdida de peso. “La avena puede ser una gran adición a una dieta saludable”, subrayó.
También determinó que podría “mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre”, pero que se requiere más investigaciones sobre este efecto. Además, indicó que “el salvado de avena” contribuye en la reducción de algunos casos de estreñimiento de adultos mayores.
El consumo de agua de avena no elimina el colesterol malo
“El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células de su cuerpo. Su cuerpo necesita algo de colesterol para producir hormonas, vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos. Su cuerpo produce todo el colesterol que necesita”, señala el portal Medlineplus. A su vez, un informe The Conversation sostiene que esta sustancia es “esencial para la vida” y se produce en el hígado, pero que también se halla “en algunos alimentos, incluidos los lácteos enteros y las grasas animales”.
Según este texto, para que este lípido viaje por la sangre, se combina con proteínas para formar lipoproteínas, las cuales son de dos tipos principalmente: lipoproteínas de baja densidad (LDL) y lipoproteínas de alta densidad (HDL). La primera, conocida como “colesterol malo”, se encarga de transportar “el colesterol desde el hígado a las otras células del cuerpo”; en tanto, la segunda, denominada como “colesterol bueno”, realiza una función contraria, ya que lleva “el colesterol de regreso al hígado para que se descomponga”.
“Los cambios en los niveles de colesterol en la sangre pueden provocar una acumulación de material graso en las paredes de las arterias, lo que aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular o ataque cardíaco. Se sabe que este riesgo es particularmente alto si una persona tiene una proporción alta de LDL”, indicó.
Por otro lado, no hay al momento reportes sobre los efectos de un agua de avena en personas con altos niveles de colesterol malo; sin embargo, sí de la avena, como el informe de Health Line, que sostiene que, según investigaciones, disminuye “el riesgo de enfermedades cardíacas al reducir el colesterol total y el LDL (malo), así como al proteger el LDL de la oxidación”.
La nutricionista Nathaly Aguilar sostuvo también que este alimento puede controlar los niveles de colesterol siempre que sea parte de una dieta balanceada y saludable. “La fibra soluble de la avena vendría a atrapar las moléculas de colesterol de forma natural y te ayuda a que las puedas eliminar por las heces (…). (La avena) sí te ayuda a regular los niveles de colesterol, no significa eliminar o desaparecer el colesterol del organismo, porque también hay niveles mínimos de colesterol malo o LDL que todas las personas debemos tener”, enfatizó.
El agua de avena y la toxina, el hipotiroidismo y el cáncer
No detectamos investigaciones que relacionen exclusivamente el agua de avena con la eliminación de toxinas, que son, según la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, sustancias tóxicas o venenosas que interactúan contra “componentes celulares específicos para matar células, alterar el crecimiento o desarrollo o destruir el organismo”.
En verificaciones anteriores (1 y 2), se determinó que el proceso de desintoxicación es un procedimiento natural del organismo y no está condicionado a ningún alimento en particular. Algunos nutrientes pueden contribuir en este proceso intrínseco. Medlineplus indica que la toxina en bajas dosis es útil en medicamentos, pero que cuando su concentración es alta es tóxica.
Tampoco hallamos estudios sobre los efectos del agua de avena en personas con hipotiroidismo y cáncer. En otro artículo de este medio, se concluyó que las irregularidades de la glándula tiroides se tratan con medicamentos y no hay un alimento exclusivo que sane a los pacientes.
Asimismo, Verificador de La República determinó que una “alimentación saludable” puede reducir el riesgo del cáncer, pero que su prevención está condicionada a los múltiples factores de riesgo y causas, entre ellos, genéticos.
Conclusión
No hay estudios sobre los beneficios del agua de avena o licuado de avena para la obesidad y alto nivel de colesterol malo, pero sí de la avena en sí por su concentración particularmente de fibra. El agua de avena ofrece poco aporte nutricional y no se encuentra en la “Tabla peruana de composición de alimentos”.
La avena (en su forma natural) puede formar parte de una alimentación saludable, ya que es uno de los componentes importantes para tratar pacientes con obesidad y alto nivel de colesterol. No se trata de “eliminar”, sino de poder contribuir en la reducción del peso y el colesterol malo. Por ello, calificamos el contenido de estas gráficas como engañosas.
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