- Daniel Pardo
- Corresponsal de BBC Mundo en Colombia
El presidente con la agenda más ambiciosa de la historia reciente de Colombia, Gustavo Petro, recibió este domingo un Estado desfinanciado, un país en crisis económica. Para cumplir sus reformistas propuestas necesita una cosa: dinero.
Por eso la primera acción relevante del gobierno fue radicar este lunes ante el Congreso el proyecto de reforma tributaria que espera aliviar la crisis de caja menor del Estado, atender las necesidades de los más pobres y, sobre todo, sentar las bases para acabar con uno de los grandes flagelos de Colombia: la desigualdad.
“La reforma tributaria propuesta se construye sobre los principios constitucionales de equidad, eficiencia y progresividad, y tiene como propósito saldar parte de la deuda social histórica del Estado con la población colombiana”, dice el texto de la ley.
Hace poco más de un año, una reforma tributaria propuesta por el gobierno de Iván Duque generó tanta indignación que provocó una ola de protestas. El tema es sensible, aunque Petro cuenta con la legitimidad del recién elegido.
El economista y exalcalde de Bogotá llegó a la presidencia a pesar de la desconfianza que genera en los mercados internacionales y el sector privado, donde solía ser visto como un izquierdista que iba a expropiar bienes y disparar el gasto a costa de más inflación y más déficit, índices que ya están en rojo.
Pero desde que ganó en junio, Petro ha dado señales de que tendrá una agenda moderada, de cambio gradual, que será ejecutada por experimentados perfiles que ya hicieron parte de la clase gobernante. En el caso de Hacienda escogió a José Antonio Ocampo, un reputado profesor de Economía que fue quien dio a conocer el proyecto.
“Es una propuesta buena que apunta a más progresividad, sobre todo en apuntarle a ese 1% más rico a través de impuestos no salariales, cosa que va en la dirección correcta porque hasta ahora no pagaban suficiente”, dice a BBC Mundo la economista de la Universidad de los Andes María del Pilar López.
“Sin embargo, hay cosas que no se tocaron que se habrían podido tocar, como es la tasa de tributación de personas jurídicas, las cuales dejaron quietas, y la base tributaria de personas, porque sigue siendo muy poca gente la que va a pagar este aumento del recaudo y creo que, si bien es sensible políticamente, era el momento para aumentar la base de gente que paga impuestos”.
Se cree que la reforma tributaria será aprobada en el Congreso, donde Petro tiene los votos suficientes, aunque el ministro Ocampo se mostró abierto a ciertas modificaciones tras el debate parlamentario.
Estas son las tres claves de la reforma que espera sentar las bases para una Colombia más equitativa.
1. Aumentar el recaudo
Colombia es uno de los países que menos recauda impuestos entre las economías medias y grandes de América Latina: el Estado recibe un 13% del PIB; el promedio es 16%.
El objetivo de la reforma, entonces, es aumentar ese recaudo en un 1,72% del PIB, unos US$5.500 millones, para el año 2023. Es una suma similar a la que proponía la reforma de Duque el año pasado.
Pero para 2026, dijo Ocampo, la reforma permitiría aumentar el ingreso del Estado en otro 1,7% del PIB actual, lo que subiría el ingreso total a US$11.000 millones al año, que fue lo que Petro planteó en campaña.
Este nuevo ingreso vendrá, sobre todo, de las personas más ricas de Colombia: unas 34.000 personas que, según Ocampo, no contribuyen suficiente a la redistribución de la riqueza.
La mayoría de estos superricos colombianos reciben salarios relativamente bajos que son sujetos a impuestos, pero sus grandes ganancias se dan en dividendos, donaciones o renta del patrimonio, ítems que ahora serán igualmente gravados en porcentajes de van del 10 al 30%.
El impuesto al ingreso laboral, no obstante, también aumentará para el 2% que gana más de 10 millones de pesos al mes (unos US$2.400).
Petro apeló en su discurso de toma de posesión de este domingo a la solidaridad de los que más tienen con la sociedad.
También aumentará el impuesto de las pensiones que superen cierto monto.
Y en busca de minimizar el impacto al medio ambiente y de cambiar a modos de vida más saludables, se elevará el impuesto a bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y plásticos de un solo uso.
Las rentas del subsuelo, como el petróleo y el carbón, también verían modificada su forma de retribución al Estado.
El subsidio a la gasolina, que representa un costo gigante, será modificado en zonas de frontera, donde el mismo contribuye al contrabando.
Las zonas francas ya no serán totalmente libres de impuestos.
2. Simplificar el sistema tributario
Dicho lo anterior, el aumento del recaudo no solo vendrá de nuevos impuestos, sino por la eliminación de las exenciones que usan miles de colombianos, sobre todo los más ricos, para evadir el pago de impuestos.
Colombia tiene uno de los sistemas tributarios más complejos del mundo, según organizaciones especializadas. Algo que contribuye a la evasión y la ineficiencia.
Unificar el impuesto a los ingresos, por ejemplo, va precisamente en ese sentido: no importa de dónde venga el dinero, sea de una donación o un dividendo, cualquier ganancia ahora tendrá que pagar.
Asimismo, se van a reformar la tributación de empresas internacionales de economía digital y los impuestos deducibles en la declaración de renta, entre otros mecanismos legales que suelen usarse para pagar menos.
3. Luchar contra la pobreza y la desigualad
El fin último de la reforma es cumplir una de las propuestas clave de Petro: reducir la pobreza y la desigualdad, que, como dijo Ocampo en su presentación este lunes, aumentaron en los últimos años por los efectos, sobre todo, de la pandemia.
La pobreza monetaria está ahora en un 35,7% y el coeficiente GINI, que mide la desigualdad, está en 0.52.
Con la reforma, dijo Ocampo, la pobreza bajaría un 4% y el GINI llegaría a 0,491, algo más o menos cercano a la media regional.
“El Estado tiene una deuda social histórica. Los niveles de desigualdad han sido altos y persistentes. Este proyecto tiene como objeto avanzar fundamentalmente en dos dimensiones: disminuir las exenciones inequitativas y lograr la consecución suficiente de recursos para financiar el fortalecimiento del sistema de protección social”, dijo el ministro.
Como otros países de la región, Colombia pasa por una crisis económica marcada por la inflación.
Petro prometió que otra de sus prioridades será la lucha contra el hambre. Su jefe de bancada, Roy Barreras, anunció que el jueves presentarán una ley de lucha contra el hambre para atender a quienes no comen suficiente.
Los mecanismos de asistencia a la mitad de Colombia que no tiene lo básico se fortalecerán con este gobierno, según proponen. Y para ello necesitan cobrarles más impuestos a los ricos.
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