Tres líderes de gremios fueron entrevistados para conocer sus expectativas frente al gobierno entrante de Gustavo Petro.
Esta fue la entrevista a Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC):
Lea también la entrevista a Bruce Mac Master presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) dando clic acá o a Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y del Consejo Gremial dando clic acá.
Yamid Amat: ¿Qué espera el sector agropecuario en el gobierno del presidente Petro?
Jorge Bedoya: Primero, que reconozca la importancia del sector agropecuario en sus políticas públicas. Que se siente a construir consensos con los 22 gremios y sectores de la producción que hacen parte de la SAC, y un compromiso presupuestal del cual se deriven acciones para que el campo sea rentable y ponerle fin a su atraso.
¿Qué quiere decir compromiso presupuestal?
El campo no tiene las vías terciarias que necesita, no hay conectividad digital, no hay fomento al emprendimiento para las 5.8 millones de mujeres que tiene la ruralidad, no hay plata para la titulación de tierras.
La nueva ministra de Agricultura, Cecilia López, ha dicho que la tierra debe ser productiva. ¿Qué piensa al respecto?
No hay una definición de tierra productiva o improductiva. Todas esas imprecisiones lo que generan es una sensación de inseguridad jurídica, y eso es muy peligroso para la inversión en la ruralidad. Este es un país de leyes; defíname ¿qué es tierra productiva e improductiva? Dígame ¿cuándo la van a ir a mirar? ¿Cuántas veces lo van a hacer? ¿Cómo lo van a hacer? ¿Cómo la van a quitar? El gobierno tiene que ser muy claro y preciso en qué es lo que va a hacer y cómo lo va a hacer. A nosotros nos preocupa que cualquier productor deje de invertir porque no hay señales concretas y cosas jurídicas ciertas.
La ministra ha dicho que quiere transformar el campo y ha anunciado que hará una reforma agraria y que va a reducir la tierra dedicada a la ganadería ¿Está de acuerdo en que la tierra en Colombia está mal explotada?
Lo que está claro es que hay demasiados ciudadanos que no tienen títulos de tierra. ¿Qué es lo importante? Que den señales jurídicas claras.
¿No es una injusticia que Colombia, con 39 millones de hectáreas de frontera agrícola, no las esté utilizando?
Claro. También es una injusticia que evidentemente haya tierra que no esté siendo mejor utilizada, pero eso requiere de incentivos y no castigos. Hay países donde si usted es un cultivador para producción de alimentos, usted inclusive no paga catastro porque está contribuyendo a la seguridad alimentaria de su país. Entonces el espíritu es muy positivo, pero el diablo está en los detalles Yamid, y ahí es que hay que tenerlo claro, tanto quienes van a ser los beneficiarios, como quienes van a tener que pagar el impuesto o les van a quitar la tierra de manera legal.
¿A usted le gusta el principio de dedicar más tierra productiva a la agricultura y reducir la tierra productiva que tiene hoy la ganadería?
Colombia tiene 39 millones de hectáreas de frontera agrícola y hoy se están utilizando siete. La parte agrícola es muy importante; arroz, maíz, soya, tomate, yuca, plátano para la nutrición de los colombianos; pero la producción de proteína de origen animal también es muy importante, inclusive para los balances nutricionales de los menores. Entonces no quisiera uno que esto terminara en una discusión de qué sector productivo es más o menos importante.
Hay países donde si usted es un cultivador para producción de alimentos, usted inclusive no paga catastro porque está contribuyendo a la seguridad alimentaria de su país.
La posición de la SAC es favorecer la producción agrícola sin afectar la producción ganadera…
Primero, claro que acompañamos el esfuerzo de titular tierras y darle tierra al que no la tiene. Segundo, todos los sectores son importantes y todos los sectores tienen que ser muy productivos y hacer uso eficiente del recurso hídrico, de la tierra y del talento humano; tercero, esto debe ser un tema de incentivos, pero también de reglas de juego claras para que la gente tome las mejores decisiones y contribuyamos todos a la seguridad alimentaria del país.
¿Cuáles son las mas importantes peticiones suyas al presidente Petro?
Primero, presupuesto para los cuatro años no solamente nacional de todas las carteras del gabinete; segundo, que lidere con alcaldes y gobernadores recursos de regalías para la dotación de bienes públicos de la ruralidad, para las carreteras, caminos digitales para la educación de los niños, fomento de emprendimiento de las 5.8 millones de mujeres que tiene la ruralidad.
Tercero, recursos para los subsidios a la tasa de interés de los pequeños productores, presupuesto para el seguro agropecuario que proteja a los pequeños productores contra los embates del cambio climático. Cuarto: seguridad. Es en la ruralidad donde está la extorsión, los cultivos ilícitos, la minería criminal. Hoy están extorsionando en Tuluá y otros municipios a quienes venden alimentos; están invadiendo tierras en el norte del Cauca. Seguridad policiva y seguridad militar.
Quinto: seguridad jurídica para la propiedad rural, que quiere decir que los colombianos que debidamente tienen sus títulos de propiedad, se le respeten.
¿En qué está el tema del régimen para el campo?
El campo necesita un régimen laboral propio para que los trabajadores rurales puedan tener varios empleadores al mismo tiempo en función de lo que es el campo: las labores como la recolección, siembra, mantenimiento y vacunación que le permita a la gente tener no solo un empleo digno, sino atractivo para el tema de tener una pensión real y el régimen contributivo, todo lo cual hoy no existe; que haya esa capacidad de trabajador y empleador para que tengan cotización por horas, salud y pensión; nos estamos quedando sin mano dura en la ruralidad y lo mínimo que debe tener la gente es un incentivo para trabajar.
¿De qué manera ese régimen podría volver a estimular la permanencia de los colombianos en el campo?
Vale más mover una tonelada de maíz de Buenaventura a Bogotá que del Golfo de México a Buenaventura. ¿Así quién compite?
No es la única herramienta, pero el hecho de tener la posibilidad de pensionarse, de acceder al régimen contributivo de salud, de tener una seguridad y una dignificación del trabajador rural, puede contribuir a combatir la tasa de informalidad del campo que hoy en día es una vergüenza, el 86 por ciento. La paz pasa por la ruralidad y si no hay empleo en la ruralidad, no hay generación de actividades rentables, no hay seguridad jurídica, Colombia no va a tener paz en la ruralidad. Debe hacerse la actividad lo suficientemente rentable para que la gente no siembre coca, para generar empleo, porque de qué sirve titular millones de hectáreas, si no hay quién la cultive y la explote. Por eso el primer punto es presupuesto, es con chequera de verdad.
Además la intermediación encarece todo…
Vale más mover una tonelada de maíz de Buenaventura a Bogotá que del Golfo de México a Buenaventura. ¿Así quién compite? Aquí la primera solución es con carreteras; esto no se resuelve cerrando las importaciones de los insumos que se usan para producir el pollo, el huevo, el cerdo, la tilapia, que son productos de la canasta básica, ni generando aranceles para los insumos que es encarecer la comida de los colombianos; lo que hay que hacer es luchar contra el hambre.
¿Alguna otra petición al nuevo gobierno?
Mantener despolitizadas las entidades del sector que hoy están despolitizadas y despolitizar las que están politizadas.
Por ejemplo…
Por ejemplo, el Instituto Colombiano Agropecuario – ICA- para proteger la sanidad animal y la vegetal, debe mantenerse el personal técnico que hoy tiene porque se ven los resultados; y aquellas entidades como el caso de Finagro, de la Agencia de Desarrollo Rural en las que se centran los apetitos burocráticos de los partidos políticos, debe conseguirse gente capacitada y técnica para que sean los directores técnicos de las entidades. Las entidades fundamentales que deben estar despolitizadas son: el ICA, Finagro, La Agencia Nacional de Tierras, la Agencia de Desarrollo Rural y el Banco Agrario; tristemente algunas de ellas hoy politizadas.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO