Chile se debate entre el apruebo y el rechazo de la propuesta de una nueva constitución, la cual será votada el próximo 4 de septiembre. A casi un mes del referendo, el país está ante la incertidumbre sobre los resultados de esta votación, en un proceso que puede ser considerado uno de los más importantes desde hace muchos años para este país y para América Latina.
Para los analistas políticos aún no es claro cuál podría ser el resultado de todo este proceso, que comenzó luego del Estallido Social del 2019, y que llevó a constituir una Convención Constitucional para redactar el nuevo texto.
Tanto quienes están a favor como quienes están en contra, han encontrado en este documento artículos y puntos esenciales que los han llevado a tomar una decisión, que mantienen con argumentos.
El plebiscito de entrada demostró la necesidad de gran parte de los chilenos de obtener un cambio, ya que el inicio del proceso fue aprobado con un 80 % de los votos. Ahora, con el texto en mano, los chilenos comienzan a dialogar con respecto a lo que consideran que conviene más para el futuro del país.
La plurinacionalidad: un concepto novedoso que crea debate
El concepto de plurinacionalidad ha sido uno de los puntos que ha generado más controversia, esto por el significado mismo de la palabra, que encierra la idea de múltiples naciones. Para el cientista político y analista internacional chileno, Gabriel Gaspar, este concepto hace “alusión a los más de una docena de pueblos originarios prexistentes a la constitución del Estado chileno, y que contribuyen a su conformación contemporánea”.
Para algunos chilenos este concepto puede ser asociado a la integración de los pueblos originarios, una deuda que sienten está pendiente desde hace años en este país.
“Eso se hermana mucho con las constituciones actuales de Ecuador y de Bolivia. De hecho, en Ecuador están los derechos de la Pachamama, que significa Madre Tierra; entonces se hermana mucho con otros pueblos de América Latina. Esta nueva constitución protege también las lenguas ancestrales, y respeta su cosmovisión”, expresa Drina Herrera, activista de Ser&gráfica, colectivo de arte y educación social de Chile.
Otros pueden verlo de una manera diferente; es el caso de algunas organizaciones de la sociedad civil, que han inaugurado la Casa Ciudadana por el Rechazo, por medio de la cual pretenden hacer una campaña del rechazo. La organización Educación Libre y Diversa, que hace parte de este proyecto, ha planteado en un comunicado que “un Estado plurinacional y regional autónomo dividirá al país”. Para estas organizaciones este concepto crea un riesgo frente a la consolidación de Chile como nación.
Compromiso con el medio ambiente
Esta constitución supone un avance en materia medioambiental. Este texto tiene un enfoque ecológico mucho más evidente, con un tema que preocupa a nivel global, del que se debate bastante debido a la crisis del cambio climático mundial. La propuesta de esta constitución es pionera también en reconocer que los animales son seres sintientes.
Este enfoque de protección ecológica no es evidente en la constitución vigente, lo que se demuestra en la poca defensa de los bienes naturales del país, como nos lo explica Carol Sáez, directora ejecutiva de la Reserva Ecológica Saltos de Quillén de la Araucanía en Chile:
“La constitución de 1980 fue pionera en reconocer el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, pero no era claro cómo se podía aplicar esto en la realidad, y además la constitución era en sí misma contradictoria, ya que en otros artículos se promovía la explotación y la apropiación de los bienes naturales, como el agua”.
Gabriel Gaspar comenta que se puede considerar que la constitución tiene elementos que son muy de avanzada, como la parte este compromiso en la defensa del medio ambiente, lo que demuestra un avance importante.
Carol Sáez explica que en términos generales “lo que busca este derecho de la naturaleza es que las actividades humanas no destruyan de manera permanente los ecosistemas y los ciclos naturales”.
Creer en la voluntad de cambio
Algunos grupos de activistas que apoyaron el Estallido Social ocurrido en el 2019, que fue parte de lo que llevó a redacción de una nueva constitución, expresan la necesidad de encontrar un nuevo texto que deje atrás aquel que fue concebido durante la dictadura de Pinochet.
Karine Hurtado, activista de Ser&gráfica, colectivo de arte y educación social de Chile, expresa este ímpetu de cambio por parte de la sociedad chilena: “es imposible plantearse una vida democrática con base en una constitución criminal, y la figura de la constitución de los 80 aparece como un libro muerto, como una significación del despojo y de la muerte. La nueva constitución se configura con muchas voces, como un libro vivo que habla de la dignidad, es un objeto de reivindicación”.
Para aquellos que han optado por creer en la voluntad del cambio, la fe de que es posible comenzar el camino para lograr las reivindicaciones del pueblo chileno es lo que los impulsa a confiar en el apruebo. Muchos son conscientes que al ser aprobada la constitución sería solo un primer paso para el cambio que se quiere alcanzar.
“Si llegase a ser aprobada estamos en un punto de inicio, y la educación es uno de los ejes principales por donde debe circular este proceso”, comenta Drina Herrera.
Para Carol Sáez, “el texto está causando tanto revuelo porque es una propuesta novedosa que incluye muchos puntos fuertes para el desarrollo ambiental, la educación y los derechos de las mujeres, y todo lo que signifique cambio da miedo; por ejemplo, con temas tan relevantes como el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo”.
Esta constitución es pionera también en el tema de la paridad de género, con lo que se propone que debe haber al menos un 50 % de mujeres en todas las instituciones públicas, “esto supone un gran avance para el feminismo”, explica Drina Herrera.
Debate con respecto a la salud y la educación
Aquellos que no terminan de convencerse con este proyecto, ven vacíos y errores en el texto, que los hacen decidirse por el rechazo.
En un comunicado, Claudio Salinas, vocero de la Casa Ciudadana por el rechazo, indica que este espacio se ha creado para levantar la voz de los miles de chilenos que no fueron escuchados por la Convención Constitucional. “Desde el inicio de la Convención, fuimos más de 60 organizaciones sociales, juntamos más de 500 mil firmas para presentar iniciativas populares de norma que la Convención no quiso considerar”.
Según Rafael Fontecilla de la organización Educación Libre y Diversa, más de 15 iniciativas populares de norma que se presentó en el proceso, ninguna fue escuchada.
Estas organizaciones que están a favor del rechazo, argumentan en sus comunicados que la nueva constitución no garantiza la propiedad ni herencia de los ahorros provisionales, se elimina la protección constitucional del niño o niña que está por nacer y se elimina la libre elección del sistema de salud.
“Consideramos que el trabajo constitucional en el sector salud fue deficiente, no se nos entregaron herramientas a los ciudadanos chilenos para ejercer de manera plena el derecho a la salud, se nos elimina la garantía de acceso y se nos elimina el deber del estado de ser garante de las acciones de salud”, comenta Victoria Beaumont, fundadora del movimiento ciudadano Salud Libre, que también está en la campaña del rechazo.
Para Felipe Varela, director de la organización Mi Derecho a Estudiar, que apoya el rechazo “La constitución no consagra la libertad o el derecho de la sociedad civil a crear y mantener colegios que no sean estatales. Aquí la única educación que está manifiestamente reconocida es la educación pública, y eso es un riesgo de adoctrinamiento”.
Por su parte, la activista Drina expresa que en el nuevo texto “se afirma que todo ciudadano tiene derecho a una salud digna”, por lo que en su caso lo considera como un avance. Para algunos activistas esta constitución puede abrir la puerta a una educación con acceso a la cultura y al arte, y resaltan que el apoyo y estímulo de la ciencia tiene más cabida en esta constitución que en la vigente.
El Estallido social y la deuda con el pueblo chileno
El Museo del Estallido Social fue creado en Chile para documentar los acontecimientos derivados de aquel estallido; con galerías de imágenes, videos, diferentes expresiones artísticas, así como elementos y personajes que se volvieron símbolo de la lucha.
Al ser este el momento cúlmine de una lucha de tantos años, este museo hace parte relevante de lo que fue la búsqueda de una nueva constitución, y sobre todo del clamor del pueblo chileno que se manifestó aquel 2019.
El equipo de autogestión del museo compartió un comunicado colectivo, en el que manifestaron:
“como el espacio de memoria activa y viva que somos, no tomamos parte de un proceso que ocurre con presos políticos, ejecutados, mutilados y agentes criminales del Estado aún en impunidad absoluta (…) esa afrenta institucional no tiene la cabida que sí tienen las históricamente silenciadas voces (…) sin lugar a dudas estamos por desechar la Constitución espuria de Pinochet, que es justamente a lo que se opone la exigencia de los derechos sociales en la calle”.
Con esta declaración aclaran finalmente que el no tomar parte de un proceso institucional no significa la abstención en el voto particular.
La deuda que se tiene con el pueblo chileno es relevante, ya que esta permanece aún y tiene que ver con la violencia institucional y los tantos crímenes en impunidad, según expresa la artivista Karine Hurtado “Quizá la deuda que deja esta constitución es que se escribe en un contexto de estallido social, y que fue un proceso duro y con violencia por parte del Estado. Estamos descontentos por las lógicas de represión, y esa es la gran deuda; la reparación”.
¿Si la constitución es aprobada, este texto podría ser reformado?
Uno de los puntos que genera también duda y controversia es si la constitución se podrá revisar y modificar luego del apruebo, y qué pasará si gana el rechazo.
Para quienes están a favor del rechazo, si la constitución es aprobada no se tendrá la posibilidad de hacer modificaciones. En su comunicado, la organización Educación Libre y Diversa declara que “la posibilidad de reformar desde el apruebo sería imposible, ya que los candados que la misma Convención impuso para modificar el borrador son mayores que los fijados en la Constitución de 1980”.
Por otro lado, los allegados al apruebo, conscientes de las posibles modificaciones necesarias, comentan que en realidad sí es posible reformarla si llegase a ser aprobada “El mismo presidente Boric ha dicho que habría una reforma a la constitución al ser aprobada, porque el texto es perfectible”, explica Carol Sáez.
El presidente Gabriel Boric subrayó en declaraciones que el texto sí puede llegar a reformarse, y que si llegase a ganar el rechazo impulsaría una votación para que los ciudadanos elijan a los miembros de una segunda convención constituyente.
El texto ha sido difundido de manera gratuita en una página web que el Gobierno ha creado donde los ciudadanos pueden descargar la propuesta y el borrador del texto, e informase sobre todo el proceso.
El próximo 4 de septiembre los chilenos votarán, y se podrá conocer finalmente cómo continua esta historia de lucha de más de 30 años, de un pueblo con una gran voluntad de perseverancia que demuestra una necesidad de cambio. “Este es un proceso que de alguna forma no ha culminado, es una historia de lucha, hay una memoria activa de dolor acompañada de una fuerza reivindicatoria, desde siempre”, expresa Karine Hurtado.