- De lo reciclado en 2021 por la Municipalidad de Córdoba, el CTR aportó casi el 56 %.
- Erradicó un histórico basural a cielo abierto y hoy brinda trabajo a 25 recuperadores urbanos cooperativizados.
- Trabaja con residuo cero y está valorizando por primera vez fracciones que antes se enterraban.
El pasado 14 de julio el Centro de Transferencia Rancagua (CTR) cumplió un año desde su apertura.
En este tiempo ya recuperó 8.030 toneladas de distintos residuos, ahora recursos para la economía circular.
Se trata de un impacto mayor en la escalabilidad del reciclado, cuando en 2021 la Municipalidad pudo capturar 7.042,55 toneladas de materiales, de las cuales casi un 56 % provinieron del CTR, a cargo del Ente Córdoba Obras y Servicios (COyS).
En el primer semestre del 2022 el CTR también aumentó un 3,69 % la cantidad de acopio, contabilizando un total de 4.087,92 toneladas. Entre las diversas fracciones que recibe destacan tres que representan el 89,53 % del total medido en toneladas. Son los Restos de Obra y Demolición (5.199,49); los residuos secos para valorización energética (1.381,34); los restos verdes de todo tipo (608,33).
Es importante puntualizar que tanto el CTR Rancagua como los cinco Centros Verdes trabajan con “residuo cero”. Esto quiere decir que nada de lo ingresado se entierra en el predio de Piedras Blancas. Luego de la clasificación y valorización, las materias primas son reutilizadas, derivadas para su tratamiento, donadas o acopiadas.
Ubicado en la intersección de las avenidas Circunvalación y Rancagua, el CTR es un lugar habilitado para depositar gratuitamente distintos residuos y abierto a todos: vecinos, comercios e industrias. Las empresas que usan el servicio reciben un certificado de trazabilidad, constancia de la correcta disposición de los desechos.
El factor social, una gran transformación
Creado para aumentar el volumen y la diversidad de los residuos recuperados, el CTR fue inaugurado el 14 de julio de 2021 en un predio de casi 4.000 m², erradicando un histórico basural a cielo abierto en la zona.
Un año atrás, quienes transitaban por avenida Rancagua y Circunvalación, a mano derecha podían ver uno de los basurales a cielo abierto (BCA) más grandes que tenía Córdoba. Era una fuente de supervivencia para los mal llamados “changarines” o ”carreros” que encontraban allí algún elemento para vender, o quizás un poco de comida.
Desde la creación del CTR este espacio nuclea a 25 personas, hoy “recuperadores urbanos” y socios de una cooperativa encargada de la separación de los residuos en el CTR.
Los trabajadores tienen un reconocimiento de la actividad, cumplen horarios y forman parte del circuito de la economía formal a través de los “empleos verdes”. Además reciben capacitaciones que están a cargo de la Universidad Provincial de Córdoba, en moto mecánica, manejo responsable de herramientas, tratamiento de residuos, primeros auxilios y alfabetización, entre muchos otros temas.
Por primera vez
A la par del tratamiento de los residuos secos, el municipio, junto a empresas, emprendedores y otros organismos estatales, exploran nuevas formas de valorar por primera vez fracciones que antes se enterraban.
Mediante una alianza con CORMECOR, el CTR deriva una porción de secos al predio de Piedras Blancas. Allí la firma Geocycle (del grupo Holcim) convierte toneladas de basura en combustible derivado de residuos (CDR), entre muchas otras acciones de un enorme impacto global.
A través de concursos de ideas y el aporte sin costo de materiales reciclables, el CTR apoya a emprendedores circulares de pequeña escala. Así se desarrollan proyectos y acciones para recuperar restos de obras y demolición, neumáticos fuera de uso, pilas y baterías, chatarra, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, además de restos verdes.
En el caso de los pequeños emprendedores, el apoyo estatal permite la experimentación de varios productos mientras se generan nuevos mercados. También favorece la aparición de más ideas innovadoras que a futuro puedan alcanzar la producción en masa, ser rentables y por ende reciclar una mayor cantidad de materias primas.
Con la captación de elementos recuperables, el CTR logra además disminuir el arrojo ilegal de residuos en baldíos y espacios públicos, generadores de micro y macro basurales. De esta manera se logra un triple impacto: ambiental, social y económico.