Viajar hasta nuestro propio cerebro para conocer la realidad de nuestra memoria, lenguaje o conciencia, y convertirla en arte cien años después de que Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1852 – Madrid, 1934), descubriese que la neurona era la unidad básica de la arquitectura cerebral. Pero ¿Por qué hay cerebros? ¿Existe en realidad la memoria? ¿Por qué está ahí? ¿Y la conciencia? ¿Cómo son entonces las inteligencias artificiales de organismos sin cerebro? ¿Se puede intervenir en el cerebro por estímulos eléctricos o magnéticos?
A estas y otras cuestiones responde Cerebro(s), la muestra que desde hoy, y hasta el próximo 11 de diciembre, acoge el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona junto a la Fundación Telefónica (Madrid) y la Wellcome Collection de Londres. Comisariada por el físico y biólogo Ricard Solé y Emily Sargent, comisaria de la institución británica, Celebro(s) propone un viaje desde el estudio de los cráneos fósiles y el arte rupestre, al de cráneos frenológicos o autómatas mecánicos del siglo XVIII, tarjetas perforadas de la máquina de Babbage, robots empleados en neurociencia y pinturas creadas por un artista con Alzheimer, y hasta su función como telar, red eléctrica u ordenador, por el «fascinante» mundo del cerebro como órgano del que nacen los rasgos que definen la naturaleza humana y que, sin embargo, aún hoy, «y pese a todos los avances», plantea más interrogantes.
«El cerebro es el órgano más complejo, desconocido y central de la existencia humana, y el reto filosófico y científico que, aún hoy, pese a todos los avances, es un interrogante en muchos ámbitos. La neurociencia ha sido capaz de arrojar luz sobre diferentes facetas de la complejidad del cerebro y sobre muchos de sus misterios; y, sin embargo, aún queda mucho por descubrir. Siguen abiertas numerosas cuestiones planteadas desde los albores de la filosofía, por más que sigamos ampliando nuestros conocimientos con la aparición de nuevos conceptos y puntos de vista. Y a medida que mejora nuestra comprensión del cerebro, también aumenta nuestro potencial para acudir en su ayuda cuando falla, ya sea por enfermedad o por lesión», señala Judit Carrera, directora del CCCB.
«Cerebro(s) presenta ideas nuevas relacionadas con la evolución del cerebro, el lenguaje y la creatividad o la mente extendida. Se ha avanzado mucho desde que a principios del siglo XX, Santiago Ramón y Cajal descubriera la neurona como unidad básica del cerebro, así como su funcionamiento en red. También la histórica dualidad entre cerebro y mente que estableció la ciencia moderna, influida por la división religiosa entre cuerpo y alma, ha quedado superada por los descubrimientos de la neurociencia», añade.
Así, en cerca de 300 piezas y las miradas de artistas actuales como Roc Parés, Shona Illingworth, Greg Dunn, Ivana Franke o Xavi Bou, entre otros, con el cómic y el cine, y con material histórico que incluye los dibujos originales de Ramón y Cajal, Torres Quevedo o Ada Lovelace, y las primeras ediciones de volúmenes de Descartes y Darwin, o de artículos que marcaron el comienzo de la Inteligencia Artificial, la exposición nos adentra tanto en la anatomía del cerebro como en todo aquello que éste genera, e indaga en otras mentes más allá de la humana mediante la representación en el arte, la ciencia y la filosofía de este órgano a lo largo de la historia, y en «la observación del rico paisaje de la cognición y su desarrollo histórico, desde los sistemas naturales hasta los sistemas creados por el ser humano. A través de material histórico, científico y artístico, la muestra cuestiona nuestra comprensión de la experiencia consciente y explora lo que puede pasar cuando esta experiencia se interrumpe o degrada».
Porque nuestro planeta está lleno de formas de vida que se adaptan a su entorno de diferentes maneras. La memoria y el aprendizaje son necesarios para navegar por el mundo, pero «¿acaso se necesita un cerebro para hacerlo?» Que se lo pregunten a hormigas, gatos o elefantes. «¿Sueña mi gato? ¿Los elefantes lloran a sus parientes muertos? ¿Pueden aprender las bacterias? ¿Las aves son capaces de tomar decisiones complejas? ¿Puede un robot reconocerse a sí mismo en un espejo? La respuesta a todas estas preguntas es ‘sí’. La cognición no es exclusiva de la mente humana y comprender cómo funcionan otras mentes es un tema apasionante y controvertido a la vez. Porque, ¿hasta dónde llega la conexión evolutiva entre nosotros y otros seres no humanos en relación con el cerebro, la inteligencia o la conciencia?».
La exposición del CCCB parte de dos muestras originariamente independientes Brains: The Mind as Matter (2012) y States of Mind: Tracing the Edges of Consciousness (2016), y, al margen de la parte expositiva, Cerebro(s) cuenta con prestaciones de colecciones históricas de la Accademia Delle Scienze di Torino; Biblioteca de Catalunya; Chris Boïcos Fine Arts; CRAI – Biblioteca de Biología de la UB; Fundación Telefónica; Galerie Mazzoli; Kunst- Und
Ausstellungshalle Der Bundesrepublik Deutschland Gmbh; Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC), Madrid; Legado Luis Simarro – UCM; Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica de Catalunya – MNACTEC o Museu D’història de la Medicina de Catalunya, entre otros. Además, una extensa red de investigadores, creadores y pensadores participan en el proyecto con la elaboración de un programa de actividades que incluye un ciclo de cine, debates públicos y talleres de mediación, así como una selección de películas relacionadas con la exposición disponibles en Filmin.