La secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, destacó la importancia histórica del Mercosur a lo largo de sus 31 años de existencia, a partir de la firma del Tratado de Asunción el 26 de marzo de 1991, y puso al respecto ejemplos concretos de los avances para la economía y la ciudadanía de los cuatros países miembros.
En una entrevista concedida a Télam, la funcionaria de la Cancillería reseñó los avances de la sexagésima cumbre del bloque regional que se llevó a cabo el 20 y 21 de julio en la ciudad de Luque, Paraguay, de la que participó como parte de la delegación argentina.
Télam: ¿Cómo sintetizaría el sentido de esta cumbre que tuvo lugar en Luque?
Cecilia Todesca Bocco: Fue una cumbre muy importante, la primera presencial después del impacto de la pandemia. Justo le tocó la Presidencia Pro Tempore a Paraguay, que también tuvo el desafío del primer semestre de 2020, cuando se hizo por primera vez mediante mecanismos virtuales. Recuperar la presencia de los ministros, los cancilleres y también los presidentes es muy importante para las cosas que tenemos que discutir.
Hemos podido pasar a otra etapa de la pandemia, con la gente vacunada podemos movernos con menores riesgos.
En términos de resultados, hay dos comunicados, uno de los Estados parte del Mercosur y un segundo con los Estados asociados. Y dos declaraciones: una sobre seguridad alimentaria y sustentabilidad y otra recuperación económica y social.
Específicamente, uno de los logros alcanzados en estos seis meses es lo que llamamos la “mercosurización” de la rebaja del 10% del AEC. Los países del Mercosur tienen como política que los une los aranceles que le ponen a los países extrazona. Lo que se negoció, durante un tiempo largo, es esta reducción del 10% en determinados aranceles. Pero tenemos un conjunto de los denominados “sensibles” que no están incorporados. Cada país tiene ahí un conjunto de bienes, por lo general industriales en los que nos importa sostener los aranceles como están.
T: ¿Cómo tomaron que Brasil haya tomado esa decisión por anticipado, de manera unilateral, y luego fuera tema de negociación de todo el bloque?
CTB: La decisión fue unilateral, pero también conversada. Estamos en una coyuntura, a partir de la pandemia, la etapa de salida y la irrupción de un comercio internacional con una acelerada de precios debida a la guerra en Ucrania. Los países tienen un aumento de la inflación, les preocupa y distintas estrategias para combatirla.
En opinión de las autoridades de Brasil, la baja de los aranceles era una parte de su política anti inflacionaria. Brasil conversó con nosotros y con el resto de los miembros del Mercosur y avisó que necesitaba avanzar con esta baja del AEC. Lo que nosotros pedimos –y es lo que se logró ahora- es que estemos todos juntos en esa baja del 10%. Sobre todo, porque fue una deliberación muy trabajada, la propuesta original de Brasil era una rebaja del 50%, Luego de todas las negociaciones llegamos a este 10%. Ellos, después, tomaron la decisión de ir por otro 10%, que lo tienen temporario hasta diciembre de 2023 y que también fue conversado.
Para que los socios del Mercosur puedan seguir juntos, hace falta cierto grado de flexibilidad. Primero porque los ciclos económicos no son exactamente iguales; segundo, porque a los gobiernos los vota la gente, tienen un mandato, una plataforma electoral y en consecuencia cierto margen para hacer las cosas.
Hay cosas que se pueden hacer dentro del Mercosur. La de Brasil era una medida temporal, basada en la emergencia y pudimos entender sus argumentos, quizás podamos tener una lectura.
T: A los efectos prácticos, ¿cómo impactará esta rebaja arancelaria en la economía argentina?
CTB: Con esta rebaja, deberíamos tener cierta baja en el precio de algunos insumos importados, pero reitero que siguen resguardados los productos sensibles, protegiendo no sólo nuestra industria nacional sino también la regional. Son los aranceles que le ponemos a los productos extrazona.
T: El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, planteó críticas al desempeño del Mercosur a lo largo de tres décadas.
CTB: Cada país puede tener sus opiniones y el canciller también. Yo no tengo la misma lectura. Hay una integración que hacen la gente y las empresas, que tiene que ver con la cultura, la comida, los idiomas, que es independiente de lo que firmemos o dejemos de firmar. La gente se mueve, se casa, se pelea, se enamora, vende de un lado y del otro, va, viene.
La integración del Mercosur es un hecho y no lo era así hace treinta años. Hoy se puede viajar en avión o colectivo a cualquier país de bloque sólo con el DNI. También tenemos ahora la firma digital, que se puede usar para firmar un convenio de alquiler con Uruguay, por ejemplo. Estamos tratando de hacer lo mismo con Chile. Cualquiera puede darse cuenta lo que implica eso en la rebaja de costos. Entonces, no es verdad que el Mercosur no hay avanzado.
La crítica que es cierta es que cuando el Mercosur se lanzó, el comercio intrazona aumentó mucho y después cayó. Hay períodos en los que vuelve a crecer, como durante el kirchnerismo. Y el comercio intrazona se redujo porque en los últimos tiempos hubo una primarización de nuestras exportaciones al resto del mundo. Y dentro del Mercosur comerciamos más manufacturas industriales, a diferencia de las commodities que dominan nuestras exportaciones extrazona. Cuando hay boom de commodities, lógicamente suben las exportaciones al resto del mundo.
No comparto la idea de que el Mercosur no avanzó y que en treinta años no pasó nada. Podríamos hacer mucho más, sí, pero con más integración. Es lo que el canciller Santiago Cafiero dijo, cuando citó en su discurso la frase de Augusto Roa Bastos: “Lo que llamamos destino es lo que nosotros hacemos de nuestra vida”. Colectivamente, somos lo que podemos construir entre nosotros.
La Argentina tiene la visión que siempre tuvo, que tuvieron los que crearon el Mercosur, pero más que nunca ahora. Hoy el mundo habla de las cadenas regionales de valor para asegurar la producción. La Argentina tiene cuatro vacunas producidas 100% en el país con distinto grado de avance. Podríamos ser proveedores junto a Brasil de vacunas producidas totalmente en el Mercosur.