En la región en general y en Argentina en particular son varios los casos que alcanzaron en los años recientes los mil millones de dólares de valuación incluyendo a empresas como MercadoLibre, Despegar, Auth0, Mural o Globant. Y no debería sorprendernos ver que el club siga creciendo: la inversión en startups en etapas tempranas de crecimiento en América Latina superó los u$s300 millones solo durante el primer trimestre de 2022.
Las startups que están recibiendo dinero hoy en día están desarrollándose en un contexto internacional vulnerable; con una creciente inflación, incluso en países poco acostumbrados a esa embestida. Así y todo, hoy por hoy los ojos están puestos en las compañías que nacen en la región y en el talento que las conduce, por eso no hay que dejar pasar la oportunidad.
Estas posibilidades se abren pero, en muchos casos, los emprendedores necesitan de ayuda para despegar. Y en eso también somos buenos; los latinos somos campeones golpeando puertas.
Los fundadores de empresas necesitan de mentoría durante las etapas iniciales y lograr soporte para llegar con el pitch adecuado, y aprovechar ese momento. Uno de los obstáculos suele ser que no logran reunir fácilmente miles de dólares para fondearse a través de su círculo familiar o social más cercano.
Eso puede conllevar que la ronda previa a la semilla se haga muy larga y que en algunos casos nunca llegue. Es por ello que, cuando el socio de un proyecto me pide sugerencias para golpear la puerta un poco más fuerte, una de mis primeros consejos es que se inscriban en competencias de startups, se acerquen a comunidades de emprendedores establecidas y activen el networking.
Ese es el lugar en donde tienen que estar. Allí se construyen relaciones, se aprende y es donde toda la magia sucede. Por ejemplo, Platzi, la mayor plataforma de educación profesional en español, impulsó a más de 150 compañías y más de 20 recibieron inversiones superiores al millón de dólares en los 24 meses posteriores al programa Platzi Startups Latam. Para la edición de este año vamos a trabajar nuevamente con emprendimientos de toda la región.
Tengo muy presente el caso de Flevo, una fintech argentina que ofrece financiamiento para fomentar la inclusión educativa en Latinoamérica. Después de ganar la edición 2021, recibió una inversión de u$s50 mil para expandir sus operaciones en América Latina. Además, después de pasar por allí, logró ser el primer emprendimiento argentino en ser financiado por 17Sigma y Magma Partners.
Y, aunque ello no es menor, no se trata solamente de dinero: las competencias de startups permiten participar de mentorías, clases y talleres para capacitarse en lo que respecta a gestionar el crecimiento, recaudación de fondos, relacionamiento con inversionistas y valuación, que ayudan a elegir el camino más adecuado para cada emprendimiento. Son el puntapié para ingresar en un circuito en donde las oportunidades se multiplican y se concretan. Es por ello que los emprendedores deben ser perseverantes y competir para hacerse con su espacio.
El ecosistema donde se desarrollan los negocios está marcado por la construcción de redes que aporten valor y cada quien que se suma también tiene lo suyo para aportar. Es por ello que hay que identificar las oportunidades correctas, perseguirlas y aprovecharlas, porque las barreras están para derribarlas, especialmente para nosotros.
Ingrid Zúñiga, Directora de Comunicaciones de Platzi.-