El pasado abril se explayaba Antxon Villaverde sobre los medios de comunicación. En cierto momento aludía la publicidad. Me gusta el cine, no puedo evitarlo. Días después me senté a ver una película en tv. Reloj en mano, cronometré 45 minutos de anuncios añadidos a la duración del film. Mi sobrino que trabajó en el tema, hoy jubilado, me informó que cuando estaba en activo, rondaban de 3 a 4 por minuto. Los tiempos cambian y la tecnología avanza a pasos agigantados, con lo cual, calculo hube de soportar de 180 a 200 el rato que estuve frente a la pantalla. ¡Vaya pelmada! ¡Qué tostón!. A eso le llamo torturar al espectador. Hay muchas formas de rellenar espacios de tiempo. Depende de la imaginación de cada cual. No cito el canal por discreción. ¡Vaya usted a saber!. Podría ser publicidad. El Dr. Emilio Landibar, de Marcilla, años ha, receteba apagarla, “en beneficio de nuestra salud mental”.