Mantener la atención a la primera infancia, e incluso buscar mejorarla, en medio de una emergencia mundial como la pandemia de covid-19, fue sin duda el principal reto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
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De estos desafíos habló en entrevista con EL TIEMPO Lina María Arbeláez, directora de la entidad, quien hizo un balance de su gestión en el cargo (se posesionó en marzo de 2020). Destacó el trabajo de la entidad en los últimos años en mejorar la atención y los procesos de contratación para primera infancia. Así mismo, destaca avances en cobertura, nutrición y lucha contra la violencia hacia esta población.
¿Cuántos niños, niñas y adolescentes atiende hoy el ICBF?
Los beneficiarios totales del ICBF son más de 2’850.000, con una concentración especial en primera infancia, donde ofrecemos la atención integral a 1’169.000 niños y niñas de entre cero y cinco años, y hoy le entregamos al país una cobertura de más de 2 millones, junto con el Ministerio de Educación.
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También hablamos de lograr impactar a niños de 6 a 13 años, de los que recibieron atención más de 890.000 niños, con estrategias que buscan disminuir y evitar riesgos de trabajo infantil, trata de personas, explotación sexual comercial, reclutamiento, entre otros problemas.
¿Cómo quedó el país en materia de nutrición infantil?
Específicamente se crearon unidades de búsqueda activa, profesionales que buscan en todo el territorio colombiano, haciendo tamizajes para evitar la desnutrición. En los últimos dos años van más de 90.000 niños atendidos en nutrición, y logramos redirigirlos a otros programas para recibir su debida atención. Todo este trabajo logró una reducción de muertes por desnutrición en un 39,4 por ciento, lo cual es positivo, en especial en el marco de una emergencia donde aumentaron los índices de pobreza.
El ICBF recibe
en promedio
54 casos diarios por violencia sexual. No hemos entendido que hay un elemento de corresponsabilidad con la niñez
¿Qué se ha hecho para evitar los casos de corrupción e irregularidades en la prestación del servicio?
Se lograron importantes avances tecnológicos que permitieron grandes ahorros, mejorar la atención y los procesos de contratación. Una de estas es la plataforma Beto, creada para que solamente los mejores operadores pudieran estar habilitados para prestar estos servicios.
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Cuando llegamos no había una selección objetiva, muchos no prestaban los servicios con excelencia y calidad. Así surgió Beto, un instrumento de inteligencia artificial que tiene 19 criterios de verificación, selección y desempate, en el cual nadie puede meter mano para amañar la contratación, y se encarga de seleccionar al mejor operador. Tiene en cuenta sanciones, niveles de cumplimiento de los contratistas, experiencia verificable, su documentación, etc. Y lo hace de manera pública, lo cual ha permitido poner denuncias penales por falsedad de documento.
Pero tiene otro plus, y es que esta herramienta también ha permitido por georreferenciación, con criterios de vulnerabilidad, identificar solo en 2021 a 239.882 menores en vulnerabilidad en zonas rurales que no habían recibido servicios del ICBF y que hoy ya son atendidos.
¿Cuáles son los resultados en materia de protección contra la violencia hacia los menores?
Desafortunadamente, en Colombia se ha naturalizado la violencia contra niños y niñas, es un problema endémico. Nosotros recibimos en promedio 54 casos diarios por violencia sexual. Y no hemos entendido que hay un elemento de corresponsabilidad con la niñez entre familia, sociedad y Estado. El 72 por ciento de las vulneraciones de derechos pasan en la casa. Solo el año pasado abrimos 38.000 procesos administrativos de restablecimiento de derechos por violencia, de los que 18.000 fueron violencia sexual.
Hicimos mucho en el tema, como la alianza contra la violencia con más de 26 entidades del Estado trabajando en este fin, se redujeron los porcentajes de niños y niñas violentados. Incrementamos las unidades móviles de protección, el Grupo Élite Guardián de la Niñez, entre otras estrategias en prevención, denuncia, etc. Pero no es suficiente, debemos como sociedad seguir adelante. Nos hace falta como país entender el gran daño que le hacemos al futuro de la Nación.
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Este gobierno también enfrentó la llegada masiva de migrantes, incluidos menores…
Hoy, en Colombia hay cerca de 500 mil menores migrantes. El ICBF no se podía quedar rezagado en el desafío que esto suponía por la preponderancia que hay de los derechos de las niñas y niños, indistintamente de su nacionalidad. Incrementamos la cobertura y protección. Hoy, en primera infancia atendemos a más de 91.000 menores migrantes de entre cero y cinco años. Creamos programas de integración efectiva de niños venezolanos.
Por lo que esto significa en materia de violencia, desafortunadamente ampliamos la cobertura a niños y niñas vulnerados. Pasamos de 249 atendidos en 2016 a 6.500 menores migrantes con procesos administrativos de restablecimiento de derechos. En total, es una atención superior a los 106.000 niños y niñas.
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REDACCIÓN EDUCACIÓN