Se llama Gonzo, y mira fijo la alfombra de la habitación, mientras elige sus palabras cuidadosamente antes de decir algo. Gonzo se droga desde que tiene 18 años. “Podría empapelar una pared con los nombres de la gente conocida que murió por la droga”, dice. Aquí, en Hamburgo, en la organización “Abrigado”, los usuarios de drogas pueden consumirlas en un espacio cuidado y protegido, en un ambiente higiénico. Reciben jeringas esterilizadas y se inyectan, la mayoría de las veces, heroína y cocaína.
Además, pueden ducharse y dejar que curen sus heridas, pueden comer algo en el café contiguo, o recibir apoyo para realizar trámites. “Creo que si este lugar no existiera, ya me habría muerto. Cocinaba la heroína con otros en cualquier esquina sucia en la ciudad, y nadie se lavaba las manos, no era como aquí”, cuenta Gonzo.
Aumentan las muertes por consumo de drogas
En 2021, Alemania registró por cuarto año consecutivo un aumento de muertes por consumo de drogas: 1.826 personas. La causa del aumento de decesos se debe, en la mayoría de los casos, al consumo de heroína y opioides. “Estas cifras me causan tristeza. Son chocantes, y muestran que la política sobre drogas en Alemania no puede seguir así”, dijo el comisionado de drogas del Gobierno alemán, Burkhard Blienert.
El problema es global: cada cinco minutos muere una persona en el mundo por sobredosis. Pero en Alemania tampoco bajan las cifras, al contrario. “En ‘Abrigado’, en Hamburgo, los meses de marzo y abril fueron los peores”, dice Herman. Cada vez que muere uno de los “invitados”, como se los llama, se abre un libro de condolencias en su nombre. Los trabajadores de “Abrigado” se preparan para el Día Internacional en Memoria de las Personas Usuarias de Drogas, el 21 de julio. Hasta el momento, nadie ha muerto en “Abrigado”. Las emergencias se tratan con procedimientos de rutina, y los responsables cuentan con monitores para la frecuencia cardíaca y respiradores.
Herman y Oli, los trabajadores sociales de Abrigado, el espacio protegido para el consumo de drogas en Hamburgo.
¿Conduce a más muertes una política represiva de drogas?
Se suele acusar a la política de que las medidas más estrictas conducen a más muertes relacionadas con las drogas. Pero expertos han evaluado que esa no es una conclusión correcta. Por otra parte, las leyes más liberales y las ofertas de ayuda de perfil bajo pueden prevenir indirectamente las muertes por consumo.
El investigador Heino Stöver, director general del Instituto para la Investigación de la Adicción, en Fráncfort del Meno, está a favor de una política de aceptación del consumo de drogas como un problema de salud pública, y aboga por que no se lo criminalice. “Por un lado, tenemos una política muy permisiva ante el consumo de alcohol y tabaco, muy liberal y de gran aceptación, yo diría, muy poco regulada. Y, por el otro lado, una política muy represiva ante las drogas ilegales. Esa dicotomía caracteriza a la política alemana sobre las drogas”, dice el investigador a DW. “Cada año tenemos 127.000 muertes relacionadas con el tabaco, y unas 74.000 muertes por el alcohol”.
“Bajo este nuevo gobierno (una coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales), Alemania parece estar abriéndose a una política que se está alejando de la criminalización pura del consumo de drogas”, añade. ”Los políticos conservadores tienen una visión crítica del tema, y enfatizan también el peligro del cannabis, temiendo que su legalización abra la puerta a legalizar las drogas más duras”.
Los trabajadores sociales de “Abrigado” le dan la bienvenida al cambio en la política sobre las drogas en Alemania. En la institución ya se trabaja en ese sentido, resaltando la importancia de la aceptación, al no intentar que los invitados de la sala de consumo protegido lleven una vida libre de drogas.
(cp/ers)