Los estudios que analizan la relación entre las vacunas y la menstruación son escasos, pero tras la pandemia de COVID-19, la ciencia comienza a abrir nuevos caminos en esta materia. Una de las pioneras en establecer una relación entre ambos tópicos fue la doctora Kathryn Clancy, especialista en antropología biológica de la Universidad de Illinois, quien a principios de 2021 preguntó a sus seguidoras en redes sociales si alguna había experimentado cambios en su ciclo menstrual. Lo dijo con conocimiento de causa, pues ella había notado un adelanto de un día en su periodo, tal y como explica en su tweet.
A colleague told me she has heard from others that their periods were heavy post-vax. I’m curious whether other menstruators have noticed changes too? I’m a week and a half out from dose 1 of Moderna, got my period maybe a day or so early, and am gushing like I’m in my 20s again.
— Dr. Kate Clancy 🏳️🌈 (@KateClancy) February 24, 2021
La respuesta en redes sociales fue mucho más allá de lo esperado, con cientos de mujeres explicando sus experiencias personales tras haber recibido la vacuna contra la COVID-19. Clancy decidió seguir investigando el tema y llevó a cabo una gran encuesta en la que participaron decenas de miles de mujeres estadounidenses.
Los resultados, publicados por la revista Science, muestran que de las 39.129 encuestadas, el 42.1% experimentó de manera temporal un flujo menstrual más abundante tras haberse vacunado.
Según el estudio, esto afectó principalmente a mujeres de origen latino y de una edad superior a la media (teniendo en cuenta que el estudio analizó una muestra de mujeres entre 18 y 80 años, con una media de edad de 33 años) que habían pasado un embarazo, sufrían de algún problema reproductivo o usaban pastillas anticonceptivas. Además, el estudio reporta por primera vez la aparición de sangrado menstrual espontáneo en el 65% de las mujeres post-menopáusicas encuestadas tras vacunarse.
¿Significa esto un riesgo para la salud? No, pero estos resultados abren un camino para considerar estas alteraciones como un posible efecto secundario de las vacunas, pues los ensayos clínicos con las vacunas contra la COVID-19 no tuvieron en cuenta sus efectos en el ciclo menstrual.
El 42.1% de las mujeres encuestadas experimentó de manera temporal un flujo menstrual más abundante tras haberse vacunado.
Efectos secundarios en otras vacunas
Bien es cierto que la historia sugiere que las vacunas pueden tener relación con las alteraciones del ciclo menstrual, pues una investigación ya mostró en 1913 la relación de la vacuna contra la fiebre tifoidea y el ciclo menstrual. A mediados de los 80 también se llevó a cabo una investigación que analizó la relación entre la vacunas contra la Hepatitis B y las alteraciones en los ciclos menstruales.
Del mismo modo que las infecciones o las fiebres afectan al periodo, la respuesta del sistema inmune ante la vacunación puede alterar los patrones de las hormonas sexuales y de las células uterinas. De este modo, aunque no supone un riesgo para la salud, este estudio recalca la tendencia de este efecto secundario que ya había sido reportado por numerosas mujeres alrededor del planeta.