El primer intento de crear un bot conversacional fue Eliza, en los aos 50. Un programador us un par de trucos para imitar, en broma, las frases de un psicoterapeuta muy emptico que animaba a su interlocutor a contarle sus preocupaciones con detalles. El programa est disponible en Internet y se puede probar. Tras escribir unas cuantas frases pronto degenera en un dilogo de besugos ms delirante que un gag del cmico Groucho Marx. Medio siglo despus de Eliza, un ingeniero de Google asegura que mantuvo un chat con una IA que le desvel que tena conciencia y que viva en una nube pero todo apunta a que todo es pura ilusin. Otras versiones avanzadas intentan imitar a un adolescente, con un algoritmo que soltaba una broma cada vez que responda para demostrar su ingenio. La mquina dio el pego en las primeras frases pero el algoritmo no saba cundo parar y repeta sus chistes una y otra vez en bucle.
Se delat a s misma. En el caso de GPT- 3, lo sospechoso es que sus contestaciones sean ultrarrpidas, pues puede redactar un tema en segundos. Sus incongruencias y errores no los cometera ni un alumno de primaria, porque los humanos tienen un filtro y les suena la alarma cuando van a meter la pata. La mquina, no.