Con conceptos como el metaverso, el blockchain, la Web3, los NFT o la variedad aparentemente interminable de criptomonedas, a veces da la sensación de que los entusiastas de la tecnología estuviesen tratando de desarraigar la idea que la gente tiene de internet. De hecho, algunas de estas cuestiones por sí mismas son suficientes que alguna gente gire la cabeza de inmediato.
La sensación de que internet está a punto de sufrir un cambio sin precedentes es generalizada. Cuestiones como la privacidad de los datos, la ciberseguridad o el poder consolidado en unos pocos gigantes tecnológicos, causan cada vez más preocupación entre la gente y entre los gobernantes.
Los defensores de ideas como la Web3 o el metaverso confían en que sus propuestas darán paso a un mundo mejor en el plano digital. De ese modo, están haciendo grandes inversiones por valor de miles de millones de euros. Según CB Insights, se espera que la inversión total en el metaverso supere el billón de euros para finales de la década en la que nos encontramos.
Sin embargo, internet se mueve de manera rápida y caótica, hasta el punto de que nadie puede asegurar hacia dónde irá en el futuro. Prueba de ello es que nadie se pone de acuerdo para ofrecer una definición del concepto de “metaverso”.
El hecho de presentar algunos de estos cambios como inevitables ha hecho que sean mucho más confusos de seguir y mucho más difíciles de aceptar. Por no hablar de las estafas: la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos informó recientemente de que más de 46.000 personas habían perdido cerca de 1.000 millones de euros en cripto-estafas desde comienzos de 2021.
Para poder reflexionar de manera crítica sobre estas últimas tendencias de internet, además de revisar la historia de la web y ver cómo puede evolucionar, Business Insider ha recopilado 7 libros, tan entretenidos como perspicaces, sobre este tema en particular.
Weaving the Web (Tejiendo la red) cuenta la historia de la creación de la World Wide Web desde la perspectiva del hombre que la creó. El científico británico, Berners-Lee, rememora los avances tecnológicos que hicieron posible la invención que cambió el mundo. Además, el autor narra los obstáculos a los que se enfrentó para poder desarrollarla en el CERN a finales de la década de 1980.
Lo más interesante del libro es que también trata en profundidad la visión original de la web y cómo podría transformar nuestro mundo. Leerlo ahora tras su publicación en 1999 es como viajar hacia atrás en el tiempo. Resulta fascinante comparar cuál era la visión inicial con el internet que utilizamos hoy en día y con la visión que tienen de él los entusiastas de la Web3.
Además, Berners-Lee refleja sus críticas personales al estado que tenía internet en aquel momento, como la preocupación por la privacidad y el creciente poder de las empresas de software. El hecho de que muchos de estos problemas persistan habiendo pasado 20 años arroja luz sobre por qué en la actualidad existen propuestas para repensar internet.
Second Life, la plataforma online que permite a sus usuarios crearse un avatar para poder hacer prácticamente cualquier cosa en un mundo virtual, fue muy popular a finales de la década de los 2000. En 2013, la plataforma contaba con más de un millón de “residentes” mensuales y había procesado cerca de 3.200 millones de euros en transacciones virtuales.
Es innegable que plataformas como Horizon Worlds de Meta se parecen inquietantemente a Second Life, hasta el punto de que casi ningún debate sobre el metaverso concluye sin que alguien haga esta comparación.
De esta forma, casi se puede considerar The Making of Second Life (Así se hizo Second Life) como una carta procedente del metaverso. En su libro de 2008, el periodista Wagner James Au se planteó el reto de infiltrarse en este mundo virtual como un corresponsal que destallase los acontecimientos que estaban teniendo lugar en un página llamada New World Notes.
Al comienzo del texto, Au especifica que era “un avatar que entrevistaba a otros avatares, un cronista de sus conflictos y aspiraciones”. Reflejando así desde las manifestaciones y las campañas políticas que tuvieron lugar en el mundo virtual, hasta la forma en la que las marcas y las agencias de comunicación se abalanzaron sobre Second Life.
Muchas de las propuestas para un nuevo internet giran en torno al blockchain o cadena de bloques, tecnología que permite la existencia de criptomonedas, NFT o contratos inteligentes. Sin embargo, qué es exactamente el blockchain y cómo funciona pueden ser cuestiones especialmente difíciles de entender.
El objetivo de Blockchain Basics (Conceptos básicos del blockchain) es simplificar esta tecnología y hacerla lo más fácil de entender posible. Para ello la desglosa en 25 pasos y, en gran parte, consigue lo que se propone.
A lo largo del libro, su autor, Daniel Drescher, se apoya en metáforas para transformar conceptos técnicos en términos sencillos. Además, examina cada aspecto del blockchain desglosando cuál es su objetivo, que retos plantea y en qué consiste su dinámica. Cada capítulo concluye con un resumen gráfico que refuerza la información y sirve de cómoda referencia para poder volver a ella en un futuro.
La novela de ciencia ficción Snow Crash fue donde se originó el término “metaverso”. Stephenson lo utilizó para describir un sucesor de internet basado en la realidad virtual. Además, popularizó el término “avatar” para los cuerpos virtuales que habitan un mundo online.
Publicada en 1992, la novela sigue a Hiro, un hacker y repartidor de pizzas que pasa gran parte de su tiempo en el metaverso para intentar escapar de la sombría realidad que le rodea.
Tras un colapso económico y gubernamental mundial el poder pasa a manos de un puñado de gigantes tecnológicos. En ese contexto, el metaverso es un mundo virtual que sirve para escapar de la vida real y que consiste en una calle aparentemente interminable donde los avatares pasean, socializan y frecuentan las numerosas tiendas y atracciones virtuales.
Pese al retrato abiertamente negativo de Stephenson, las tecnológicas han utilizado el metaverso como fuente de inspiración. Los avatares son ahora elementos básicos de plataformas como Roblox o juegos como Minecraft. Facebook fue un paso más allá al cambiar su nombre por el de Meta el año pasado y posicionarse como una de las organizaciones que más apuesta por el metaverso.
Al igual que Snow Crash, la novela de ciencia ficción llevada al cine por Steven Spielberg, Ready Player One, es esencial para entender en profundidad la idea de metaverso.
La acción también se desarrolla en unos Estados Unidos que han sido devastados por un desastre económico y medioambiental. Wade Watts, un adolescente que vive en un barrio empobrecido pasa casi todo su tiempo en un metaverso de realidad virtual llamado Oasis. La compañía detrás de Oasis tiene más poder que el Gobierno, hasta el punto de que Watts, por ejemplo, va a la escuela en el metaverso.
Los lectores no suelen salir de Ready Player One pensando que es un mundo en el que quieren vivir, pero el libro puede servir como representación del tipo de metaverso al que aspiran directivos como Mark Zuckerberg. Oasis no sólo está basado en la realidad virtual, sino que también se encuentra dirigido por un gigante tecnológico con un poder sin precedentes.
La cadena de bloques utilizada por Ethereum forma parte de muchas de la visiones de futuro de un nuevo internet basado en la Web3. La máquina infinita es una lectura apasionante que detalla cómo surgió la tecnología detrás de esta criptomoneda.
A través de más de 100 entrevistas con los fundadores y desarrolladores que implementaron el protocolo de Ethereum, la autora relata los altibajos y los hitos de su creación: desde el “viaje en carretera del blockchain” que reunió a algunos de los grandes fundadores de esta tecnología, hasta la casa de Miami en la que cobró vida gran parte del proyecto.
El libro incluye conversaciones privadas entre los fundadores, así como extractos de sus libros blancos. Desde su publicación en 2020 han sucedido muchas cosas en el sector, sin embargo, el texto cumple su labor ilustrando cómo estas empresas utilizan la cadena de bloques para intentar poner patas arriba todo el sistema financiero, desde los pagos hasta la recaudación de fondos y los préstamos.
Aunque muchas de las visiones del nuevo internet giran en torno a la Web3 y el metaverso, estas solo son algunas formas de pensar cómo podría evolucionar la web. En su lugar, Four Internets examina la influencia de la geopolítica, la gestión y las ideologías que se oponen al flujo libre de datos.
En su libro de 2021, O’Hara y Hall discuten sobre la visión original de internet como una red global única, tratando los problemas que entraña esa visión y las alternativas que están surgiendo en la actualidad.
Como sugiere su título, el texto explora 4 tipos distintos de Internet que, según los autores, están surgiendo y deben coexistir.
El internet abierto de Silicon Valley, “basado en los principios de apertura y flujo de datos eficiente”; el burgués de Bruselas, “ejemplificado en la Unión Europea y centrado en una administración legal”; el comercial de Washington, “enfocado en el derecho de explotación y las soluciones de mercado”; y el paternal de Pekín, “ilustrado por el gobierno chino y su control del contenido”.