En 2008, Gastón Cellerino hizo su aparición en el fútbol chileno. El argentino fue uno de los fichajes de Rangers, paulatinamente logró la consolidación y al fin de su etapa en Talca partió, ni más ni menos, que a la Serie B de Italia, tras fichar en el Livorno. Fue el comienzo de un recorrido internacional que también lo llevó a España, su natal Argentina, Bolivia, Malasia y Estados Unidos.
Sin embargo, el delantero igualmente se hizo un tiempo para regresar a Chile, actuando por La Calera, Santiago Wanderers y Temuco. En la actualidad, Cellerino disputa el torneo de la tercera división hispana y, desde Vigo, en Galicia, dialogó con AS para contar qué ha sido de su vida en Europa.
“Renové en el Rápido de Bouzas. Es un club de acá de la zona de Galicia, justamente cerca de Vigo, que es donde vivo. Me queda cerca el club, los niños están felices también acá. Terminamos la temporada hace dos meses y medio, quedamos fuera de los playoffs por un punto. Voy a estar un año más acá en el club, por ahora. Todavía estamos de vacaciones, arrancamos ahora el 1 de agosto la pretemporada”, contó Cellerino.
– ¿Qué tal el fútbol en esa categoría de España?
– Es un torneo muy peleado, medio parecido a la Primera B (Campeonato Ascenso) de allá de Chile. Tal vez con un nivel un poco más bajo que ese, pero muy competitivo. Para ser la primera vez que lo jugué, lo único que me llamó la atención fue que hay solo uno o dos campos de pasto natural y los otros todos son sintéticos. Es un campeonato también muy táctico y no es tan veloz como el fútbol sudamericano.
– ¿Al comienzo su idea fue fichar en una división más alta?
– No, no, no… yo venía de Temuco para España y pasó que firmé en un equipo de Italia. Fue por un par de meses y ascendimos a la Serie D. De momento iba a renovar, pero al final opté por quedarme acá en casa, en Vigo, y firmé por este club que está cerca de mi casa. Me sentó todo muy cómodo, en verdad. Estaba tranquilo, no pensaba en subir de categoría a algo más competitivo. Quería pasar por un momento tranquilo y fue lo que decidí. Me sentí súper cómodo y este año decidí renovar.
– ¿Incidió en esto que su mujer sea de nacionalidad española?
– Sí, claro. Resulta que hace tres años compramos la casa con mi señora, que es de Vigo, y gracias a Dios ahora la podemos estar disfrutando. Lo mejor es que tengo al club cerca, además mi hijo empezó a jugar al fútbol también, se metió también al club. Más que todo es una comodidad.
– ¿Sus expectativas, por lo tanto, son radicarse definitivamente en España?
– Sí, sí, ya el año pasado decidí quedarme acá. Este año también, aunque en el fútbol un día estás acá y después puedes estar en otro lugar. Si hay algo que me motive a moverme y me dé la tranquilidad de trasladar a la familia, lo pensaría y lo haría. En principio, acá estoy cómodo.
– Aparte del lazo familiar con el país, ¿por qué además optó por radicarse allá?
– Por la calidad de vida, por el país, bueno… acá también se come muy bien (ríe). Se está bien, para la crianza de los hijos es un sitio adecuado. Mira, y yo siempre lo hablo con los muchachos acá, para mí Chile es uno de los países más parecidos a Europa de toda Sudamérica. De los países en que yo he jugado, es un país caro, pero a la vez te brinda esa tranquilidad también.
– ¿Y en el fútbol cuáles son sus expectativas hacia adelante?
– Me siento bien, muy bien. Cumplí 36 años el 27 de junio y, en lo que llevo de vacaciones del club, solamente una semana no he entrenado. Entreno tres o cuatro veces a la semana. Me estoy sintiendo bien, me estoy preparando para la pretemporada. Ahora, estoy con un profesor. De hecho, vino un chico de Temuco, un preparador físico, amigo mío. Estuvo conmigo 15 días y estuvo entrenándome también, aparte de poder conocer y disfrutar la zona por acá. Me siento mejor que antes.
Los años en Chile
– ¿Qué recuerdos tiene de toda su etapa en nuestro país?
– Muchos, tengo el de Rangers, que es uno de los mejores. En Wanderers, en La Calera… Si me tocara volver, lo haría feliz. No te puedo decir mucho, no por la hinchada ni por el club, pero el último tiempo no fue bueno en Temuco, por lo que pasó cuando se paró el fútbol (por la pandemia del coronavirus). No lo pasamos muy bien y tampoco el club se comportó muy bien. Es un tema pasado, pero de Chile fue lo único que me decepcionó.
– En ese momento criticó a Marcelo Salas, propietario del club. ¿Cómo mira ahora esas declaraciones que ya ha pasado algún tiempo?
– Sigo pensando lo mismo, la verdad… Fue la única mala experiencia que tuve, hasta que no llegó la pandemia estuvo todo perfecto. Después de eso, el comportamiento… No sé si solo de Marcelo, sino que también de la gente que está cerca de él… No fue para mí forma de pensar una forma buena de tratar no solo al futbolista, sino que también a la persona. Había gente en el club que vive el día a día, gente que viene de afuera. Prácticamente se olvidó de todo, entonces lo que dije en su momento lo dije un poco molesto, pero lo sigo pensando igual.
– ¿Sigue a la distancia lo que pasa acá en Chile?
– Sí, sigo todo lo que pasa. Ahora, además con la redes sociales uno se levanta por la mañana y ves toda la información. Sigo todas las noticias, no solo lo relacionado con el fútbol. Es un país que me gusta mucho, a mí y a mi familia. De hecho, mi hijo es chileno y siempre dice que quiere volver a Chile.
– Usted se hizo más conocido acá gracias un gran gol de chilena que anotó cuando había llegado a Rangers…
– Sí, ese es un recuerdo que va quedar para siempre y más con la camiseta que lo hice, en la temporada que lo hice, porque veníamos súper bien. Eso es algo que va aquedar para siempre. Hoy en día, mi hijo tiene ocho años, se pone a ver videos de fútbol y lo ve y… No lo puede creer. Son cosas bonitas que te da el fútbol.
– ¿El paso por Rangers fue su mejor etapa?
– Mira, en Rangers durante el primer semestre no me fue bien, eso lo recuerdo siempre. El segundo semestre fue mejor, empecé a meter goles, el gol de chilena le dio un plus a ese momento. Sin embargo, recuerdo que con La Calera llegamos también a los playoffs y quedamos fuera contra O’Higgins. Con Wanderers, en el segundo año, hicimos un campañón y perdimos el campeonato en el último partido.
– ¿Si lo llamaran de Rangers para volver, lo pensaría?
– Sí, feliz, no lo pensaría. Es más, ya estaría viajando. Hay un cariño especial por el club, de hecho ahora estoy tratando de conseguir la última camiseta, tengo las últimas camisetas. El cariño que yo tengo por ellos es diferente al que tengo con los demás. Siempre lo dije en las entrevistas, después de jugar en Rangers me hice hincha del club. Me pongo contento cuando van al club compañeros con los que he jugado. Me da un poco de envidia sana, porque tienen la oportunidad de ir y yo no. Son cosas del fútbol.
– ¿Con qué opinión final se quedó del fútbol chileno?
– La verdad es que me gusta. Me gusta mucho el sistema táctico que se utiliza mayoritariamente. Tuve la oportunidad de jugar tanto en Primera División como en Primera B. Últimamente, eso sí, nos hemos dado cuenta de que en Primera siempre salen campeones los mismos. El campeonato de Primera B es un campeonato muy peleado, en general. Hasta la última fecha, todo puede cambiar mucho. Bueno, ahora está Magallanes de puntero y el panorama es diferente. Lo único que no me gusta son los muchos cambios de directores técnicos, no se da la oportunidad de terminar un trabajo. Los directivos tienen la oportunidad de hacerlo y lo hacen. Es algo con lo que no concuerdo, pero cada uno busca el bienestar del club y del equipo.