Dagoberto Currimilla (34) empezó una nueva vida. Tras abandonar el fútbol, el ex lateral derecho se ha dedicado a trabajar en su campo y a la pesca. “Estoy súper contento y tranquilo. Igual se extraña jugar a la pelota, pero acá el tiempo pasa súper rápido”, cuenta el formado en Huachipato desde Itropulli, donde se encuentra su terreno de más de 35 hectáreas. La localidad está a casi una hora de Valdivia.
En Los Ríos, por cierto, Currimilla vivió sus últimos días en el profesionalismo, vistiendo la camiseta de Deportes Valdivia en la Segunda División. A fines del 2021, y prácticamente en silencio, el oriundo de Paillaco optó por el retiro. Hoy, en AS, profundiza en las razones de esa decisión y repasa su carrera. Una que también contó con experiencias en Santiago Morning, Unión Española y la Roja Sub 20 del bronce en el Mundial de Canadá 2007.
– ¿Por qué decidió dejar el fútbol con solo 34 años?
– Por un desgaste psicológico y físico. Llevaba muchos años en el fútbol. Y también por un poco de desilusión, principalmente por cómo se hacen los cosas, sobre todo acá en Valdivia. Cuando vine a Valdivia, en 2017, después de un tiempo dije ‘ya, si no juego más en Deportes Valdivia, no juego en ninguna otra parte’, por el tema de alejarme de las cosas que me gustan hacer: el campo, mis animales, y la pesca. Entonces, viendo lo que pasaba en el club durante los últimos años, eso fue como un empujón para decir ‘ya, no juego más’, porque al final las cosas no se están haciendo bien. Hay muchos problemas administrativos, dirigenciales y económicos que fueron como la gota que rebalsó el vaso… Dije ‘no tengo para qué estar remando para un lado cuando hay mucha gente que tira para el otro’.
– ¿Qué fue lo que principalmente lo desilusionó?
– O sea, me desilusioné de la institución. Acá, un equipo de barrio no tiene nada que envidiarle a Deportes Valdivia. Es prácticamente lo mismo. Se hacen muy mal las cosas, tienen muchos problemas económicos. Imagínate que a mí todavía no me terminan de pagar mi finiquito. Y puras mentiras, una tras otra. Nunca me había pasado eso. Me tocó vivirlo acá, en un club que, puta, quiero mucho, porque es el equipo de donde yo vivo. Pero así no se puede, es difícil. No sé cómo lo hacen para estar sobreviviendo con tantos problemas.
– ¿Denunció a Deportes Valdivia por el tema de su finiquito?
– No. De cierto modo, como que de repente me dan ganas, porque siempre viven con mentiras, con cuentos. Pero al final es un club tan pequeño, que para qué hacerle más daño del que ellos mismos se están haciendo.
– ¿Recibió llamados para seguir jugando?
– No. Y si los hubiese tenido, tampoco creo que hubiese aceptado. Al final, también terminé con muchos problemas en una rodilla, con tres operaciones. En el último tiempo, me estaba costando mucho poder entrenar normalmente con mis compañeros. Entrenaba mucho menos que ellos por lo mismo. Entonces, por ahí también pasó el tema de dejar de jugar.
– ¿Pero se desilusionó al no recibir llamados?
– No, para nada. Tampoco esperaba que me llamaran, porque, como te digo, había terminado de jugar y todo, pero a duras penas, con muchos problemas físicos. La rodilla me tenía bien jodido y, por lo mismo, igual terminé con un poco de sobrepeso. Hace mucho venía pensando en el retiro y no me iban a hacer cambiar de decisión.
– ¿Esperaba un cierre así? Se fue del fútbol en silencio…
– Nunca lo esperé de esa manera. Cuando vine a Valdivia, era a aportar para que el club pueda surgir y no desaparecer, como lo está haciendo hoy en día. Vine a tratar de que el equipo ascendiera y, en cierto modo, en algún momento estuvo la posibilidad. Sin embargo, después pasaron muchas cosas que no le permitieron al club estar en ese camino y empezaron a darse situaciones que lo terminaron por hundir.
– Hace poco, usted también decía que había terminado con problemas psicológicos. ¿A qué se refería?
– Fue desgaste más que nada. Cansancio, ese tipo de cosas. Llevaba mucho tiempo jugando, desde el 2005 de manera profesional, y fueron hartos años de concentración, de estar lejos de la familia y de hartas cosas.
– ¿Y está conforme con su carrera o cree que pudo haber dado más?
– Sí, estoy bastante conforme. Pero uno siempre queda con sensación de que se pudo haber hecho algo más, como con lo que me pasó en Valdivia. Venía con la idea de ascender y al final pasó todo lo contrario. Eso como que me deja un poco triste. Me gustaría ver al club arriba, no peleando abajo por no descender.
– ¿Quién cree que es el responsable de esa situación?
– Hay muchos factores. Problemas de la dirigencia, la pelea que tiene Deportes Valdivia con la ANFP de hace mucho rato… Son cosas que fueron apagándole la chispita al club.
– Cambiemos de tema. ¿Cómo nace su gusto por la pesca?
– Siempre me gustó la pesca, pero cuando llegué a Valdivia me hice amigos de unos pescadores artesanales, y con ellos empecé a salir a pescar al mar, algo impensado para mí. Ellos me están enseñando la profesión de pescador artesanal, y es bastante lindo. También es sacrificado, incluso más que el fútbol, porque hay harto desgaste físico. Ahí, de repente uno se levanta a las tres de la mañana para pescar. Pero es bastante bonito, siendo como “trabajador independiente”. Tengo mi bote, mis cosas, y me ha ido gustando cada vez más. He pescado salmones, sierras y corvinas.
– En términos financieros, ¿es una buena fuente laboral?
– Sí, es rentable. Hay que ser constante como en todo tipo de cosas. En el invierno es bastante peligroso, ya que hay muchos días que no se puede salir a pescar. Y en los días que se puede salir, hay mucha lluvia y frío. Entonces, igual es complicado. Pero al que le gusta, obviamente asume los riesgos, las consecuencias, y sale nomás. A mí me encanta salir. Es una súper buena fuente laboral, pero hay que ir aprendiendo. Me arrimé a buen árbol, a buenos amigos que me han ido enseñando estas cosas.
– Hablemos de su campo. ¿Qué actividades realiza?
– Acá hay ganado bovino. Tengo que estar prácticamente todos los días alimentándolos en estas fechas, porque empiezan a adelgazar por el frío y la lluvia. Tengo casi 35 animales y con eso paso el invierno. Después, en septiembre-octubre empiezan las pariciones y ahí se multiplican. Son para venta, para la feria ganadera.
– En resumen, ¿cómo es un día normal de su vida?
– Cuando no salgo a la pesca, estoy todos los días en el campo. Me levanto tipo ocho de la mañana y hago la pega con los animales. Les doy su fardo, verifico que no haya ninguno enfermo. Hay que estar observándolos prácticamente todos los días, también a los que están más delgados. Se les da alimento aparte, sus vacunas, que son dos veces al año. Se les desparasita, se les da vitaminas, calcio… Es harta pega, pero sirve para mantenerse. Tiene sus réditos económicos.
– Volvamos al fútbol. Usted fue parte de la Roja Sub 20 que consiguió el bronce en Canadá 2007. ¿Es la gran alegría de su vida deportiva?
– Sí, fue unos de los logros más grandes que tuve como jugador. Pero también está lo de Unión Española, un periodo muy bueno, cuando salimos campeones en 2013. Lamentablemente, el año anterior habíamos perdido un campeonato, pero siempre estuvimos peleando el torneo en dos o tres años con Unión. También recuerdas las Libertadores que jugué con Unión. Son cosas lindas que no se olvidan. Pero sí: lo más grande que pude conseguir fue ese tercer lugar con la Sub 20.
– ¿Y cuál fue su mayor pena en el fútbol?
– Por lejos, la final que perdimos con Huachipato en el CAP el 2012.
– ¿Duró mucho la pena?
– Sí. Fue triste porque yo nunca había salido campeón. Y por cómo se dio el partido, que prácticamente lo teníamos ganado… Llevábamos mucha ventaja sobre Huachipato y nos terminan empatando la serie y nos ganan en penales. Fue doloroso. La pena duró hasta que el otro año estuvimos peleando el campeonato nuevamente y nos tocó ganar. Hasta ahí duró más o menos la pena, pero igual quedó una espinita.
– Retomando el tema ‘Roja Sub 20′, en ese equipo estaban, por ejemplo, Isla, Medel, Vidal y Alexis. ¿Cómo los recuerda?
– Con cariño. Luego de eso, tuve comunicación con algunos, pero por un periodo súper corto. Después, la mayoría se fue a Europa y de ahí ya se perdió todo tipo de contacto. Pero no, obviamente los recuerdo con harto cariño y respeto. Ha pasado mucho tiempo de ese Mundial, pero siempre está el recuerdo. Prácticamente todos los años aparece algo al respecto. En ese tiempo fuimos súper unidos y compartimos muchas cosas que siempre se recuerdan.
– ¿Alguna anécdota con ellos?
– La que todos hablan: la pelea con la policía que fue al final de la semifinal con Argentina, pero a mí tampoco me tocó estar metido ahí, porque no alcancé a salir del camarín cuando ya se había formado todo. Pero no… hartas cosas, con cariño. La convivencia, que era súper buena, súper sana. Me acuerdo de un paseo a la Cataratas Del Niagara, que fue muy bonito. Quedan hartos recuerdos.
– Ante Argentina les tocó perder 3-0 y luego vino la pelea con la policía. ¿Fue una de las peores jornadas que ha vivido en el fútbol?
– Sí, junto con la de Huachipato que te nombraba. Fue un día súper triste. Estábamos súper mentalizados como para haber ganado ese partido. Lamentablemente, la expulsión de Gary (Medel) fue muy temprana y el arbitraje fue demasiado injusto. Hoy, uno se pone a ver el partido y se da cuenta. Pero sí, fue dolorosa esa tarde. Después, lo que pasó con la policía canadiense también fue medio desastroso. Pero nada, después, al par de días, logramos revertir la situación y ganar un partido súper complicado ante Austria.
– Huachipato, Unión Española. ¿Dónde fue más feliz?
– En Unión Española. Obviamente, a Huachipato siempre lo recuerdo con cariño, a pesar de que me hayan ganado una final (ríe). Allí me inicié, recuerdo a todos los profesores de cadetes con cariño y es una gran institución. Siempre saca muy buenos jugadores, pero en Unión me tocó ser más feliz. Mis mejores recuerdos están ahí.
– ¿Qué palabras le dedicaría a Santiago Morning, otro club que defendió en su carrera?
– Le agradezco al ‘Chaguito’, que fue como un trampolín para mi carrera. Fue súper importante para lo que pasó después en Unión Española, porque prácticamente me abrió la puerta a un club de Santiago y grande como Unión. En el Morning también tengo varias anécdotas, buenos recuerdos con el ‘Clavito’ Godoy. También me tocó hacer un gol muy lindo contra Universidad Católica, que siempre se recuerda por ahí.
– ¿Qué recuerda junto a ‘Clavito’ Godoy?
– Él era un sabio. Justamente en ese partido con Católica, él había dicho antes en el camarín, frente a todos, que yo iba a hacer un gol. No sé por qué, y justo hice un gol. El ‘Clavito’ se las sabía por libro.
– Cerremos con un mensaje para Deportes Valdivia, el equipo donde terminó su trayectoria.
– Lamentablemente, mi paso por Deportes Valdivia no fue como quería y pensaba. Pero también fue una plaza de trabajo y siempre se agradece. No se consiguieron los objetivos, pero nada. Solo palabras de agradecimiento para ellos, para Unión, para Huachipato. Siempre los llevo en el corazón.