Hoy más que nunca el tema del emprendimiento ha tomado una fuerza global. Algunos hablan de una “forma de vida”, de encontrar “el propósito”, otros de una actitud ante el inicio de un nuevo proyecto, también se considera una “oportunidad” para hacer lo que se quiera.
En días pasados junto a 5 profesionales estuve conversando sobre los “motivos para emprender” comprendiendo que no es una cuestión de género, pero si tiene que ver mucho con las circunstancias de la persona, sus aptitudes y convicciones.
Marcelo Baudés, coach ejecutivo, consultor, facilitador de procesos de cambio en organizaciones, docente y coordinador ejecutivo de Liderar MB, dice que el emprendedor debe ser “un agente de cambio”. Una persona con resiliencia, persistencia y capaz de coordinar equipos.
La empresaria, inversionista, profesora, mentora y enfocada en la construcción de relaciones valiosas: Shiri Gabriel, comenta que el emprendimiento se da por algo que “te prende”, te hace seguir tus sueños involucrando tus valores sabiendo que el aprendizaje deberá ser una constante para poder lograr lo propuesto. Considerando como características a destacar que el emprendedor deberá ser humilde, con visión a largo plazo y una mentalidad diferente.
Adriana Alanis, coach enfocada en el liderazgo, empoderamiento, comunicación, trabajo en equipo y logro de metas financieras (por mencionar un campo), se refiere a la consecución de los sueños, que se convierten en metas y objetivos claros trabajando con disciplina, siendo capaces de gestionar el pensamiento y el tiempo. El emprendedor es ¡una persona valiente!
Silvia Yzquierdo, diseñadora gráfica y propietaria de Eseye Branding, considera el emprendimiento como la capacidad de brindad soluciones a través del desarrollo de ideas siendo empáticos, pacientes y manteniendo una escucha activa.
Por último, el consultor en marketing personal, conferencista, emprendedor y empresario; Leo Parra, compartió una anécdota en que el emprender no sólo tiene que ver con un negocio sino con la actitud con la que nos enfrentamos para realizar algo. Tampoco se refiere solamente al “éxito” en sí. Por lo que la decisión que se toma frente a un propósito tendrá que ver con el “emprender” en cualquier faceta de nuestra vida. Cierto que algo que destaca de los emprendedores es la pasión en su actuar.
Interesantes definiciones ¿no crees? En lo que, si coincidimos todos, es que el emprendimiento “no es para todos”.
El emprendedor debe hacer uso de sus habilidades y talentos, buscar la excelencia, ofrecer un servicio o producto a través de una propuesta de valor en que denote identidad siendo capaz de desarrollar y expandir su red de contactos.
Refiriéndonos a los motivos para emprender, pueden ser muchísimos:
- Tomar un riesgo, ¡hacer caso a tu llamado interno!
- Por desempleo
- Por sobre calificación de la persona
- Buscar beneficio económico a corto plazo
- Herencia del negocio familiar
- Por necesidad desfavorable
¿Qué otra razón se te ocurre a ti para desarrollar un emprendimiento? Si tenemos claro el “por qué”, el planteamiento de la idea y su evolución en el tiempo será mucho más fácil. Además, considerando que el emprendedor tiene o puede generar una actitud de servicio favorable que le permita conectar con otros (sus clientes), generar un bienestar propio, ser gestor de su tiempo alcanzando la libertad financiera que le permita autorrealizarse (justamente en el artículo de la semana pasada, tocábamos este tema ¿te acuerdas?).
Si es posible determinar algunas etapas en el emprendimiento, podemos mencionar que es un ciclo en que nace una idea, se desarrolla para luego consolidarse y expandirse, asegurando el funcionamiento optimo del negocio alcanzando su madurez y estabilidad. También, como dijo Leo Parra, es un proceso de autoconocimiento.
De modo que, con este panorama, te pregunto ¿tú eres un emprendedor feliz o estás en vías de convertirte en un emprendedor capaz de trabajar en lo que quiere? Eso sí, ten en cuenta que nunca va a haber un momento perfecto para ello, capacítate, mantente atento y experimenta que puede ser posible, si tu así lo crees.
Por otro lado, te comento que tuve la oportunidad de conversar con el grupo multidisciplinario llamado Agronauta (tienen un poadcast buenísimo), conformado por 5 personas expertas en temas de sustentabilidad, tecnología, agricultura y agronegocios. Hablamos de “la importancia de producir nuestros propios alimentos” y es que existen numerosas y poderosas razones:
- Mayor calidad alimentaria (rico, diferente, accesible)
- Reducción de cadenas de producción (impacto ambiental)
- Innocuidad en los alimentos (no contaminados)
- Productos más nutritivos
Héctor Reider especialista en sustentabilidad y tecnología en la producción determina a la agricultura como el conjunto de actividades económicas y tecnológicas relacionadas con el tratamiento del suelo y el cultivo de la tierra para la producción de alimentos. Siendo, el pilar más grande que tenemos como sociedad desde los inicios de la civilización humana hasta nuestros días y los que vengan.
La tecnología es indispensable, se refiere a los métodos y procesos utilizados en la producción de bienes o servicios integrando el uso de máquinas. Tonatiuh Quiñones, ingeniero biotecnólogo enfoca sus esfuerzos por traer la mejor tecnología al productor. Describe un sin numero de tecnologías que podemos implementar aún en nuestros entornos urbanos o semiurbanos para producir algún tipo de alimento más allá de la agricultura convencional. Por mencionar algunos:
– Hidroponía
– Acroponía
– Acuaponía
– Cultivos verticales
Asimismo, se puede considerar la inteligencia artificial, la utilización de insumos (fertilizantes, abonos), modificación de alimentos, tecnología de datos (internet), electrónica y electricidad, creación de invernaderos o simplemente el cultivo en maceta dentro de nuestro propio hogar.
Algunas prácticas como los hongos comestibles, los conceptos de “farm to table” (produce local y consume de temporada) y el del diseño emocional de sabores (food desing). Están tomando fuerza de manera global. Para Gabriel Furlong, economista muy tecnológico y entusiasta de la producción agroalimentaria, es imperante considerar la sustentabilidad ambiental ya que debe ser bueno para la sociedad, bueno para el medio ambiente y económicamente viable.
Destaquemos que, extender la explotación de un recurso debe estar por debajo del límite de renovación de él mismo; buscando también la soberanía alimentaria de los pueblos. La responsabilidad es de todos, generar el equilibrio y comprometernos con el uso de los recursos, mejorar en la producción y ocupar la tecnología que convenga.
¿Has escuchado o conoces el concepto de huella ecológica?, ¿eres de los que recicla?, ¿te gustaría tener un huerto en casa?, ¿conoces bien tus hábitos de consumo? Te invito a realizar un análisis de ¿qué comíamos?, ¿qué comemos?, ¿qué comeremos en un futuro? ¡Tenemos tarea querido lector!
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Por Marletza