Desde 1953, el 7 de julio se celebra el Día Internacional de la Conservación del Suelo. La fecha fue elegida en honor a Hugh Hammond Bennett, científico que dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo está directamente relacionado con la capacidad productiva.
«La tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas», dijo el científico, según una cita de la Organización de las Naciones Unidas.
En la siguiente entrevista, el ingeniero agrónomo David Samuel Estacuy Cojulúm, director regional del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, del Altiplano Occidental, explica la importancia de la protección de los suelos.
¿Qué es el suelo?
El suelo es una capa delgada que se ha formado muy lentamente a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento. Es un componente esencial para el planeta, es el medio por el cual se pueden reproducir las plantas y se forman ecosistemas fundamentales para la vida.
¿Qué componentes tiene el suelo?
El suelo se compone de elementos bióticos y abióticos.
Entre los elementos bióticos está la diversidad biológica microbiana, fauna, microfauna, insectos, lombrices, diferentes especies de gusanos, que aportan tanto en la producción de materia orgánica, como en la composición y mecánica del suelo. Ellos permiten la aireación del suelo. También existen microorganismos como hongos, protozoos y bacterias que ayudan a la descomposición de materia orgánica, y el intercambio de nutrientes entre plantas.
Entre los elementos abióticos están los macro y micronutrientes, que favorecen a la fertilidad del suelo. Entre ellos está el hierro, magnesio, manganeso, cobre, nitrógeno.
¿Cómo se clasifican los suelos?
El criterio principal es el tamaño de las partículas, ya que ellas determinan la textura del suelo e influyen en sus propiedades físicas, químicas y biológicas. Entre los tipos de suelo están: suelos arcillosos, suelos limosos, suelos arenosos y grava.
¿Cuáles son los mejores suelos para el cultivo?
Los mejores son los que contienen materia. Los suelos de Guatemala son fértiles debido a la presencia de volcanes que son áreas protegidas en toda la República de Guatemala, desde el 21 de junio de 1956. Periódicamente enriquecen los suelos a través de la liberación de ceniza volcánica, que es rica en macronutrientes como azufre, aluminio, hierro, magnesio, calcio, sodio, potasio y manganeso, todo ello aporta a la riqueza de los suelos y al desarrollo de las plantas.
¿Por qué es importante la conservación de los suelos?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO), los suelos albergan la cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta. Las relaciones entre las especies permiten el equilibrio y buen funcionamiento de los ecosistemas. Un descontrol dentro de estos ecosistemas puede representar una catástrofe en cadena, ya que de los suelos dependen la mayoría de los seres vivos, pues les provee alimento y hábitat. Los suelos sanos también garantizan la seguridad alimentaria humana, por ello es importante conservar suelos sanos, para tener ecosistemas sanos.