Primero fue Noruega en una lucha sin precedentes encabezada por Ada Hegerberg. Después llegó el acuerdo en Dinamarca, Suecia, Irlanda, Finlandia e Inglaterra. Más allá del charco Australia, Nueva Zelanda, Brasil y la siempre olvidada Sierra Leona también fueron referentes. Estados Unidos se unió tras un largo y mediático juicio. Hasta que finalmente la igualdad aterrizó en España. Como el reflejo que es de la sociedad, el fútbol ha dado un paso al frente en la equiparación salarial de las futbolistas, una lucha que abre el camino pero que no solventa ni hace desaparecer la brecha.
Porque se igualan porcentajes, que no sueldos. Y porque se mejoran las condiciones deportivas, es decir, se les ofrece el mínimo del que hace años disfrutan sus homólogos. No es que Alexia Putellas vaya a empezar a cobrar lo mismo que Leo Messi. Ni mucho menos. De hecho, “lo primero que se puso sobre la mesa es que no hubiese diferencia entre las dos selecciones en cuanto a condiciones de trabajo y entrenamiento”. Así lo explica la abogada encargada de negociar el acuerdo español, Reyes Bellver, a EL PERIÓDICO.
En busca de referentes
El objetivo era abandonar el desfasado sistema de reparto que tenia el combinado femenino. Un sistema basado en dietas y más cerca del amateurismo que de la profesionalización. “Las jugadoras querían regularizarlo todo y firmar un acuerdo como el de los hombres: que tiene los derechos de imagen regulados con un contrato por escrito y dispone de un sistema de pago sin dietas. No era solo cuestión de dinero, sino de regular y acercarse a lo profesional”, sintetiza Bellver, que apostó por analizar el sistema de varias selecciones y adecuarlo a la situación del fútbol español.
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— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) 4 de julio de 2022
“No tenía sentido compararnos con Estados Unidos, Australia o Irlanda, por que no tienen nada que ver, así que nos basamos en los primeros países europeos del ranking FIFA y cogimos lo mejor de las condiciones de los nórdicos y el sistema futbolístico de países como Francia o Países Bajos y lo adaptamos a la realidad española”. El resultado, un acuerdo del que solo futbolistas y Federación saben los números y que incluye la igualdad de las condiciones económicas en las concentraciones, la mejora de los viajes y desplazamientos, el aumento en el reparto de los premios y la regularización de los derechos de imagen y patrocinio.
Tres partes
“El acuerdo son tres partes”, explica Bellver, “los derechos de imagen, el tema de los porcentajes y luego los pagos por concentraciones. No solo se han igualado los porcentajes como se dice, sino que también se ha equiparado el ingreso por concentraciones amistosas, y créeme que es una subida de muchísimo dinero”.
“No solo se han igualado los porcentajes como se dice, sino que también se ha equiparado el ingreso por concentraciones amistosas. Es una subida de muchísimo dinero”
Reyes Bellver / Abogada encargada de negociar el acuerdo español
Pues hasta ahora, las futbolistas cobraban 150 euros al día en dietas, 300 euros por partido (150 más si lo ganaban), 150 euros por amistoso y 1.000 euros en derechos de imagen por concentración. Números lejos de las astronómicas cifras que maneja el negocio del fútbol. Y condiciones hasta ahora distantes de las mejores selecciones.
Y es que, el cambio en Europa empezó en 2017 con una Ada Hegerberg declarada en rebeldía. La estrella Noruega se negó a ir al Mundial y renunció a la selección en protesta por la desigualdad salarial. “El fútbol es el deporte más importante de Noruega para las niñas y lo ha sido durante años, pero las chicas no tienen las mismas oportunidades que los chicos”, proclamó la primera ganadora del Balón de Oro. Su lucha acabó en el primero de los acuerdos para la igualdad salarial abriendo un camino al que cinco años después se sube España.
Contacto con FUTPRO
Porque tras lograr deportivamente entrar en la terna de mejores selecciones del continente, la Roja ha logrado también iniciar el cambio en los despachos. Aunque ha costado lo suyo, pues a principios de año el descontento de las futbolistas era generalizado. Tanto, que incluso llegaron a pensar en plantarse. No lo hicieron y contactaron con FUTPRO, que fue el ente encargado de negociar con la RFEF.
Serán 11 las selecciones de esta Eurocopa que cobrarán (de una forma u otra) igual que los hombres: Noruega, Dinamarca, Suecia, Irlanda, Finlandia, Inglaterra, Países Bajos, Alemania, Francia, Suiza y España.
Paralelamente la AFE envió una carta a la misma Federación reclamando la igualdad de sueldos en la selección, insistiendo, según explican a EL PERIÓDICO, que dicha igualdad no se quedara solo en la absoluta. Sin embargo, el ente liderado por David Aganzo no fue invitado a la negociación. Tampoco los otros dos sindicatos de existentes, pues las futbolistas encargaron la misión de negociar el acuerdo a FUTPRO y a Reyes Bellver.
Presión global
Sin ellos y tras largas negociaciones se llegó al actual acuerdo, que fue presentado en un acto a puerta cerrada y sin periodistas. Un acuerdo que equipara a España con otros países y que por confidencialidad y temor a las filtraciones muchas de las futbolistas conocieron el mismo día de la presentación. Quienes sí conocían lo logrado eran las capitanas, Jennifer Hermoso, Alexia Putellas e Irene Paredes, que negociaron y tomaron decisiones. Y que acabaron logrando algo que no tiene nada que ver con la nueva Ley del Deporte.
“Se ha publicado mucho que este acuerdo viene dado por el borrador de la ley del deporte, pero no es así porque ese borrador habla de dietas y de premios que vienen dados por la Administración pública. Así que no se puede aplicar al fútbol porque aquí los premios llegan desde la UEFA y la FIFA, que son entidades privadas”, asevera Bellver, que consciente de que el dinero depende de Eurocopas y Mundiales pidió a la RFEF que presionará de forma continúa a los altos estamentos del fútbol para que se subieran los premios. “Si hay una presión global por parte de todas las federaciones, las mejoras llegarán”.
Similar a los Países Bajos
Esperando a esas mejoras, España ha logrado firmar un acuerdo parecido al de los Países Bajos y muy distante al de otras realidades futbolísticas. Como la sueca, que tiene una partida que depende de las entradas vendidas para los partidos de casa. O la Irlandesa, donde lo generado en derechos de imagen entre hombres y mujeres no supone una gran diferencia. Y sin duda, muy lejano al de Estados Unidos. Porque el ‘Equal Pay’ logrado por Megan Rapinoe, Alex Morgan y compañía llegó tras seis años de litigio y bajo la presión de una demanda por discriminación salarial.
Första dagen här i England ✔️🇸🇪#WEURO2022 pic.twitter.com/yaGlOAC4qb
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Viendo el degaste que suponía y el riesgo de perder grandes patrocinios, la Federación estadounidense alcanzó un acuerdo de compensación de 24 millones de dólares a unas jugadoras que lo habían ganado todo. No les sirvió el ‘no generan lo mismo que los hombres’, pues en Estados Unidos las que lo ganan todo son ellas. Por eso, lucharon contra viento y marea por un acuerdo justo y lograron que ambas selecciones compartan los premios que se consigan en partidos oficiales y amistosos.
Suiza, la última
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Tres años después de la final del Mundial de Francia, en la que jugadoras y afición estallaron reclamando la igualdad salarial, ya son 16 las selecciones que lo han logrado. Países Bajos, que disputó aquella final, lo tiene cerquita, pues su gran salto se completará en 2023, Alemania pese no hacerlo público ya ha anunciado que pagará 60.000 euros a las jugadoras si ganan la Eurocopa y Suiza ha sido la última en subirse al carro de la igualdad gracias a un sponsor.
Con ellas serán 11 las selecciones que vayan a esta Eurocopa a sabiendas de que cobraran (de una forma u otra) igual que los hombres. O lo que es lo mismo, cinco selecciones disputaran el mayor torneo continental ingresando mucho menos que ellos.