Según muchos titulares vistos y repetidos en muchos medios, la minería de bitcoin sería una actividad altamente contaminante, teniendo en cuenta que requiere mucha energía eléctrica.
Entonces, la pregunta sería ¿Consumir electricidad es lo mismo que contaminar? Con esa primera pregunta, ya se podría cuestionar la intención de varios de esos titulares, que parecen poner el foco en Bitcoin como el culpable de mucha contaminación, cuando tal acusación directa puede llegar a ser muy inexacta.
Esos artículos suelen asumir que, si una actividad consume mucha electricidad, entonces la huella de emisiones de carbono es alta.
Cada tanto se publica algún titular que dice “Bitcoin consume más electricidad que en tal o cual país”. Curiosamente, los titulares no hacen lo mismo con el sistema bancario tradicional (que consume muchísima electricidad, papel, construyen edificios vidriados enormes para dar imagen de solvencia), ni con otras actividades, como por ejemplo, los videojuegos.
Entonces, mucha gente que no conoce del tema, y no sigue averiguando puede quedar con la impresión de que el problema es la red de Bitcoin. Pero, para ser realistas, el problema no es tanto el consumo de energía, sino la fuente de esa energía. Y de hecho, muchos no saben que parte de la energía que consume Bitcoin proviene de fuentes renovables.
El CEO de Koibanx Leo Elduayén – compañía líder en tokenización financiera utilizando tecnología blockchain-, detalla cómo es el funcionamiento de redes como la de Bitcoin y la de Ethereum: “Tanto Bitcoin como Ethereum funcionan bajo el algoritmo de consenso conocido como Proof of Work (prueba de trabajo), lo que significa que al momento de hacer una transacción todos los nodos compiten para verificar un bloque de la cadena. Esto requiere que los nodos consuman una determinada cantidad de energía”.
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Luego agrega: “En el caso de Bitcoin, por ejemplo, consume más energía que algunos países enteros”.
“Existen otras tecnologías que se han ido creando como blockchains 2.0, es decir es una nueva generación de protocolos blockchain, cada una con su criptomoneda, que buscan aprovechar su “last mover advantage ” para resolver estos “problemas” desde su concepción. Entre ellas, Algorand, Avalanche, Solana, Polygon, etc.”, añade.
Si bien Elduayén no cree que se pueda destronar a bitcoin ni al ether del lugar de líderes de mercado que traen, sí está convencido de que tecnologías altamente performantes, eficientes y seguras como lo es la blockchain de Algorand, por ejemplo, comenzarán a ocupar sin dudas un espacio preponderante en algunos aspectos para los cuales hoy Bitcoin y Ethereum no son tan eficientes, por ejemplo: micro-pagos o micro-finanzas.
“Sin embargo, es igual de cierto que mucha gente destaca el consumo energético de los protocolos blockchain como algo negativo, pero es en términos relativos de con qué lo comparemos o qué uso le destinemos. Si entendemos que los protocolos blockchain son la nueva infraestructura del sistema financiero, podríamos compararlo por ejemplo con cuánto gastan hoy los bancos o gobiernos”, opina Elduayén.
“Allí los resultados no parecen nada excesivos, por el contrario. Como cualquier tipo de tecnología, siempre se está en búsqueda de lo más eficiente. La clave de la cuestión es si lo analizaremos como algo completamente secundario para que unos pocos especulen y que consume X cantidad de energía, o cómo la tecnología que incluirá financieramente a toda la región y que hoy consume menos que sus alternativas existentes”, indica el CEO de Koibanx.
Para él, existe una cuestión más filosófica que nunca es sencillo analizar.
“Hoy los nodos solo funcionan (es decir, son rentables) si tienen acceso a electricidad económica. La electricidad económica solo se produce en lugares donde la red tiene alguna capacidad ociosa, no en lugares donde se le demande a la red más producción de la que ya trae o es capaz de producir. Entonces si esa electricidad está ociosa, la charla de si esa electricidad debería ir a alimentar un pequeño pueblo en los suburbios o ser comprada por compañías de minería, en un mercado donde la electricidad es parcialmente administrada por el sector privado, tiene muchas aristas que considerar”, reflexiona.
Según Ulises Alzogaray, Country Manager de Bitwage en Argentina – la plataforma pionera en pago de honorarios en criptomonedas más elegida por los trabajadores, freelancers y exportadores de servicios -, Ni bitcoin, ni ether, ni ninguna otra criptomoneda contaminan.
“Lo que contaminan son las energías no renovables. Y en ese sentido, nosotros creemos que la discusión debería estar enfocada a las formas de energías que utilizamos. El 58% de la energía utilizada para minar Bitcoin es renovable, y hay incentivos económicos para que ese porcentaje siga aumentando”, remarca Alzogaray.
¿Y por qué no se pone el foco en lo que contamina el sistema bancario tradicional? Según Alzogaray, habría dos motivos: “Estamos acostumbrados a la existencia de los bancos, del dinero físico y demás partes del sistema financiero tradicional, por lo que no tendemos a cuestionarnos tanto algo que siempre estuvo presente. Y luego, creo que los líderes del sistema financiero tradicional han sido hábiles en minimizar su impacto ambiental”.
Eduardo Erlo, Marketing Manager de Status Network -uno de los proyectos más robustos e iniciales que corre en la blockchain de Ethereum- opina también sobre las criptomonedas y el uso de energías renovables para minar: “Usar energías renovables es una buena idea para todos, no solo para las criptomonedas”.
“El uso de energías renovables es solo una de las cosas que el criptomercado está tratando de hacer para reducir el daño. También hay otras iniciativas, como la implementación de diferentes algoritmos de minería (Proof of Stake), que no dependen de una gran potencia informática y el uso masivo de energía (Proof of Work)”, agrega.
“Nadie niega el hecho de que las criptomonedas actualmente usan energía eléctrica para funcionar. Es muy triste como la gente se enfoca en las pequeñas cosas malas de una tecnología en crecimiento, que tiene mucho que ofrecer a la sociedad”, señaló después.
“Espero que la gente realmente entienda cómo los bancos tradicionales actualmente tienen la custodia y usan nuestro dinero para sus propios fines, y somos víctimas de este sistema, y luego entiendan cómo las criptomonedas están cambiando esto”, concluye.