Están en el ojo del huracán. El auge de los criptoactivos durante los últimos años ha provocado que los reguladores lancen advertencias sobre los riesgos que conllevan estas inversiones. Al respecto están los comunicados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España (BdE). No en vano, este tema también centra especial interés entre los despachos de abogados, que han analizado durante el Debate Legal FundsPeople cuál es la regulación actual.
En líneas generales, todos coinciden en que resulta necesario completar el marco normativo sobre los criptoactivos y los servicios relativos a los mismos. Por un lado, ya está la circular relativa a la publicidad sobre criptoactivos dirigida a inversores en España. Que tiene la máxima de dotar de mayor protección al inversor, principalmente al minorista. Este tipo de publicidad sigue la estela de normas, principios y criterios a los que se debe sujetar la actividad publicitaria de otros productos, como son los bancarios o los instrumentos financieros. Sin embargo, los expertos consideran que en el caso de la publicidad sobre criptoactivos resulta más difícil de acotar y de establecer esos límites.
“No siempre es fácil delimitar cuándo este tipo de publicidad se dirige al público en España o cuándo una campaña publicitaria se considera masiva. Especialmente, esto cobra más importancia cuando se trata de entidades extranjeras que ofrecen sus servicios o realizan campañas vía internet utilizando idioma español; pero no necesariamente dirigidas a inversores residentes en España”, comenta María Tomillo, abogada de Simmons-Simmons.
Un proceso lento
Por otro lado, existe ya un registro en el Banco de España para que se incorporen las entidades extranjeras en libre prestación de servicios. Con esto “nos acercamos más a un entorno regulado; si bien, hasta que no esté listo un marco regulatorio completo y el sector sea más maduro, invertir en criptoactivos es complicado además de arriesgado”, alerta Tomillo.
Un punto de vista que comparte con Pilar Galán, responsable del departamento de Servicios Financieros de Legal de KPMG: “Es necesario que se sienten los mimbres de la regulación, a la espera de reglamento MiCa. Todo lo que estamos haciendo bien está siendo perjudicado por los tiempos, vamos muy lentos. Y eso los inversores extranjeros no lo entienden”, opina.
Y es que el Banco de España “está revisando los expedientes con gran detalle y el proceso está llevando más tiempo”, apunta Pilar Lluesma, abogada de Uría Menéndez. En su opinión, “uno de los temas de mayor dificultad a los que no estamos enfrentando es determinar si los criptoactivos analizados entran o no dentro del ámbito de la circular”.
Más cambios a futuro
En cualquier caso, desde Inverco también están trabajando en otra línea de actuación. MiCA (Markets in Crypto Asset) prevé una autorización simplificada para la prestación de servicios de inversión sobre criptoactivos para entidades ya autorizadas a prestar estos mismos servicios sobre instrumentos financieros. Así las cosas, la asociación ha propuesto “que esta simplificación beneficie también a las gestoras. Esto estaba contemplado inicialmente para ESI y entidades de crédito y en el último texto también se ha recogido para gestoras”, adelanta Elisa Ricón, directora general de Inverco. “Es una perspectiva de largo plazo para asegurar que las gestoras que quieran puedan prestar servicios de inversión sobre estos activos, y otros que puedan venir en el futuro”, añade al respecto.
De todos modos, desde la asociación contemplan muy arriesgada la inversión directa en criptoactivos por parte del inversor minorista. “En todo caso, nosotros nos fijamos en la posibilidad de inversión de los fondos en estos activos. Hoy no existe en los UCITS, con la excepción de determinadas exposiciones indirectas en los términos establecidos por CNMV en su Q&A. A nivel europeo, se está solicitando abrir el coeficiente del 10% a otro tipo de activos, que eventualmente podría llegar a incluir los criptos, aunque lo veo improbable”, confiesa.
Desde Cecabank ya se están preparando para poder adaptarse al marco futuro. Creen que el depositario va a tener “un rol clave, vinculado a la atención de las necesidades de nuestros principales clientes”. Por un lado, con el objetivo de prestar un servicio de alto nivel, pretenden “contar con las capacidades tecnológicas que permitan la custodia de los criptoactivos en los que inviertan nuestros clientes”. En ese sentido, “vamos a prestar una especial atención a los aspectos regulatorios, como la prevención del blanqueo de capitales, y la ciberseguridad”, apunta Alfredo Oñoro, director de cumplimiento normativo.