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Y a los cincuenta, resucitó, o más bien, renació. Porque después de una enfermedad que lo dejó en los huesos, Jorge Fernández llega al medio siglo con las cosas más claras, el cuerpo más sano, el ego en su sitio y la mente más quieta. La mejor versión posible de la portada más madura (en todos los sentidos) de nuestra historia.
Te prometimos una portada para celebrar tus 50… y aquí la tienes.
¡Aquí está! ¡Por fin! No te imaginas lo que significa para mí esta portada… Fíjate que yo estaba dudando, que no quería hacerla. Cuando me llamasteis hace ya casi un año para cerrar los detalles, no estaba, ni física ni psicológicamente, preparado para hacer una portada a la altura de esta revista a la que tengo tanto cariño. Que al final sea una realidad es… De verdad que significa muchas cosas para mí. Muchísimas… Ha sido una bendición hacer esto y liberarme. Fíjate que he terminado la portada, le he mandado la foto a mi entrenador: “¿Cómo ha quedado?” , y miraba el pantallazo que había hecho y me veía, y se me saltaban las lágrimas. Es que no es solamente una foto y ya está: es que he vuelto a ser yo mismo otra vez.
Quién nos iba a decir cuando hablamos del tema, hace ya casi ocho años, que al final estas fotos se acabarían convirtiendo en una especie de renacimiento, en un fin de ciclo, en un cerrar un capítulo un poco complicado…
Pues sí, porque hace cinco años me vino lo que me vino… Tuve un par de patologías por exceso de mercurio en mi cuerpo, y luego además me picó una garrapata y tuve la enfermedad de Lyme. Cada día me encontraba peor y no daban con el diagnóstico. Un año, dos años, tres años y nada. Y tres años es mucho tiempo viéndote mal, cada vez peor, sin que nadie dé con la tecla, sin que nadie sepa lo que tienes. No podía levantar ni un vaso de agua. Me dolía todo. Mi cuerpo rechazaba hasta el agua. Perdí como 12 o 13 kilos. No podía verme en el espejo. Sentía un rechazo hacia mí mismo brutal. ¡Cuántas lágrimas he soltado antes de salir a grabar! Tenía que haberme retirado del programa porque estaba fatal, pero soy muy cabezón. Esto no lo sabe nadie, pero muchos días en el camerino, dos minutos antes de salir a grabar, me miraba en el espejo y llamaba a la sastra y le decía con lágrimas en los ojos “cógeme un poquito más la camisa por aquí, joder, que he vuelto adelgazar…”, y luego salía como podía, entraba a plató forzando la sonrisa y… “¡¡¡Bienvenidos a la Ruleta!!!”. Fue una época durísima.
Que se cierra felizmente, como decíamos, con estas fotos que te convierten en el hombre con más edad en ser portada de Men’s Health …
¿En serio? No lo sabía. Pues, mira, creo que, a pesar de todo, y a pesar también de los años, llego mejor a esta portada que a las anteriores, y sin hacer tantos sacrificios ni prepararme de una forma tan exagerada. Ayer me comí una pizza y luego dos bolas de helado, sin ir más lejos. Estoy mucho más relajado en ese sentido. Ahora le doy la importancia justa a las cosas. No soy un modelo fitness. Soy un presentador que se cuida y que tiene hábitos saludables, y eso es lo quiero transmitir con estas fotos, más allá de tener una vena de menos o un plieguecito de más.
No sé si ahora que llegas a los 50, una cifra tan redonda, te ha dado por eso tan típico de hacer balance, de pensar en lo que has perdido y en lo que has ganado. Es que eso de perder…
Yo creo que si aprendes de lo que te pasa, por malo que sea, no pierdes nunca, y yo he aprendido tanto en estos últimos cinco años… Supongo que lo que he perdido han sido cosas que tenía que perder, que tenía que dejar ahí, en un saco, en un baúl, donde quieras, pero que tenía que dejar. Y ganar, bueno pues he ganado control sobre mi ego, por ejemplo, y capacidad para relativizar y darle la importancia justa a cada cosa. También soy mucho menos crítico conmigo mismo y sé protegerme mejor de lo que me hace daño, y para eso es básico aprender a decir que no. Eso es un arte. Cuesta, pero es muy liberador porque te permite tener más tiempo para ti.
Otro tópico del medio siglo: darle vueltas a las metas alcanzadas y a lo que nos queda por conseguir.
¡Uy! A mí me quedan muchísimas metas por alcanzar. Soy muy de ponerme la zanahoria delante para seguir superándome. Pero fíjate que uno de los retos más importantes a los que me enfrento ahora tiene que ver con ser padre. Estoy viviendo el final de una etapa. Mi hijo tiene 18 años y esta a punto de entrar en la universidad. Y eso… pues lo llevo regular. Eso de que vuele del nido cuando ha sido siempre mi niño, cuando siempre hemos estado juntos… Pero bueno, es ley de vida. Tiene que ser así y me encanta verle disfrutar de esta etapa. Pero eso no quita que a veces cuando llega a casa, come, y se larga, me quede allí solo pensando: “¡Joder! Me hubiera gustado estar un ratito contigo, charlar un rato, abrazarte, darte un beso…”. Pero el tío ya tiene su vida y entiendo que, como hice yo en su día, ahora le toca volar en solitario.
Jorge, ¿cuántas veces te han preguntado cuál es tu se creto para estar así con 50?
¡Uf! He perdido la cuenta. Pero más bien la pregunta es: “¿Qué te tomas?”, como si existiera una pastilla mágica. Y no… Aquí no hay más secreto que prestarle atención a los cuatro grandes: alimentación, actividad física, descanso y gestión del estrés. Eso y conocerse a fondo, para saber cómo tienes que entrenar, cómo tienes que comer, cómo tienes que descansar… Al final, sospecho que la mayoría de la gente sabe lo que tiene que hacer, aunque es más cómodo seguir pensando que existe una fórmula mágica.
Y, a pesar de todo, no te cansas de responder a la pregunta…
Pues no, no me canso. No me canso porque además creo que la gente que me lo pregunta lo hace porque tiene un interés real, porque sabe que hay algo. Pero, claro, no se esperan que la contestación sea tan larga, porque meto unas chapas… Y tampoco sospechan que el camino sea tan costoso. ¡Joder! ¿No ves que es un estilo de vida? ¿Que no hay pastillas mágicas? La constancia es el único secreto para estar saludable, para rendir más, para tener un físico que te permita disfrutar de la vida más tiempo y de una forma más activa. Me lo paso bien explicándolo por enésima vez, aunque luego a veces me frustro mucho porque se abruman y acaban no haciendo nada. Y esto va de ir poco a poco. Paso a paso. Quítate los refrescos, cómete un procesado en lugar de tres al día, haz paseos cada vez más largos… Y, sobre todo, no te agobies ni te vuelvas un integrista, porque el veneno está en la dosis.
LOS CUATRO PILARES PARA ESTAR FUERTE A LOS 50 DE JORGE FERNÁNDEZ
EJERCICIO
“El pilar más importante. El deporte de fuerza es mi base. Centenares de estudios lo relacionan con la longevidad. Entreno, al menos, 3 o 4 veces por semana”.
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ALIMENTACIÓN
“Intento comer siempre alimentos con un solo ingrediente y lo menos empaquetados posible, pero no me privo de ningún macronutriente”.
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ESTRÉS
“Trato de mantener a raya mis niveles de cortisol con deporte, meditación y ejercicios de respiración”.
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DESCANSO
“Básico para la regeneración celular y hormonal. Para dormir mejor, ceno pronto y a la misma hora, y me olvido de móviles y pantallas hasta el día siguiente”.
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¿Y tú te aplicas el cuento? ¿Has aprendido a cuidarte sin caer en obsesiones?
Pues yo creo que sí, porque si algo tengo claro a estas alturas es que hay una línea muy delgadita entre querer cuidarse lo máximo posible y estar obsesionado y caer en una espiral de culpabilidad o de reproches a uno mismo. Y, como en todo, los extremos son malos, así que por supuesto que me permito mis copas de vino de vez en cuando, mis tartas de queso un día o dos a la semana o, incluso, no ir al gimnasio si estoy cansado… Y no pasa absolutamente nada. Supongo que esto tiene mucho que ver con lo que hablábamos antes: con madurar, con ser un poco menos crítico conmigo mismo, con perdonarme más y con no caer en un perfeccionismo exagerado. Al final, se trata de aprender a encontrar el equilibrio.
Y a estas alturas del partido, ¿todavía hay algo que desequilibre a Jorge Fernández?
Pues fíjate que, en realidad, creo que mi enfermedad me ha vacunado bastante en este sentido. He estado tan jodido durante cinco años, con tanta incertidumbre, con tanto sufrimiento, que hay pocas cosas capaces de desequilibrarme de verdad. Ahora mismo, para mí todo es regalo, regalo, regalo… Pocas cosas pueden quitarme el sueño. Mi hijo va a empezar la universidad, me voy a ir de vacaciones en breve, dejando un montón de programas grabados y, además, tenemos días con un 21% de audiencia, mis padres están bien, mi novia también… A ver, la vida no es un cuento de hadas, y hay pequeñas cosas, tengo problemas, como le pasa a todo el mundo. Pero ahora ya he aprendido a ver que la mayoría son chorradas, tonterías que no pueden, o que no deberían, desequilibrarme. Y esa es una lección importantísima: descubrir lo que de verdad importa.
Hablando de equilibrio, ¿sigues entrenando tu mente con meditación y respiraciones?
Pues, honestamente, ahora mismo me gustaría ser capaz de hacerlo mucho más. Cuando estuve con mi enfermedad, me puse muy en serio a meditar, a trabajar mi quietud mental. Lo hacía a rajatabla todos los días y eso me ayudó muchísimo. Pero me cuesta. No te voy a engañar. Es que es complicado… Parece que nuestra mente esté diseñada para sabotearnos, para no parar quieta. Para estar todo el rato pensando en lo que hicimos ayer o en lo que haremos mañana en lugar de estar en el ahora… Así que estoy en el camino. Lo que sí hago es despertarme cada mañana un poco antes para hacer algunos ejercicios de respiración. Me ayudan muchísimo a empezar el día más relajado, con menos agobios.
O sea, que no eres de los que se lanzan a por el móvil nada más despertarse. Aunque tienes una relación cada vez más estrecha con las redes sociales…
Pues sí. Y quién me lo iba a decir, porque yo con Instagram (@jorgefdeztv) tenía una relación bastante de amor-odio. Me obligaron a hacerme una cuenta, por motivos profesionales, y yo decía: “Pero ¿yo qué cuento aquí, si no tengo nada que contar? ¿Pongo una foto en la playa con una frasecita para que la gente me dé un like?”. No lo acababa de ver… Pero la verdad es que a raíz de mi enfermedad he logrado tener una buena relación y sacarle provecho. Primero, porque empecé a seguir cuentas de las que aprendí y sigo aprendiendo muchísimo, porque he estudiado mucho en Instagram, por raro que suene. Y, luego, porque ahora sí tengo algo que contar y eso es lo que me gusta: tener la oportunidad de darle sentido y contenido a mi cuenta de Instagram. Que sí, que a veces pongo una foto de postureo haciendo windsurf, pero la aprovecho para meter un post vinculado a la salud, aunque no tenga nada que ver con la foto, pero bueno… En fin, que he descubierto que Instagram es un medio que, más allá de likes o no likes, te ayuda a divulgar y a llevar tu mensaje, en mi caso sobre salud, ejercicio o nutrición, a un montón de personas que están interesadas en lo mismo que tú.
Es una responsabilidad enorme divulgar sobre estos temas… ¿Notas ese peso cuando posteas?
Por supuesto. Y tenemos que ser extremadamente cuidadosos con lo que decimos, saber que estamos hablando de temas que pueden afectar a la salud y al bienestar de las personas. Quizás ahora el problema es que tenemos un exceso de información y hay que saber distinguir muy bien el grano de la paja.
Ya que estamos echando la vista atrás ¿Alguna vez te preguntas qué hubiera pasado si hubieras seguido con tu carrera como jugador de básquet?
¡Uf! Sí, yo llegué a jugar en primera división, pero no era de los buenos… Desde pequeñito veía jugar a los del TAU Cerámica, que era el equipo que tenía más cerca, porque vivía en Mondragón, y me imaginaba ahí en la pista. Y al final conseguí mi sueño. Jugué en la ACB, en primera división, pero me rompí la rodilla y ahí se acabó todo… En realidad no se acabó porque me rompiese la rodilla: se acabó porque no era de los buenos.
¿Qué hubiera pasado si hubiera seguido por ese camino?
Pues supongo que habría acabado en segunda, cobrando lo que se cobra en segunda, y que me hubiera retirado con 29 o 30 años. Así que nada: sueño cumplido y a por otro.
Hablando de sueños, ¿nos vemos en diez años?
Pero ¿me vas a hacer seguir cuidándome a este nivel para darme otra portada con 60?
Sospecho que lo harías igual sin necesidad de que te pongamos esta zanahoria…
Es posible. Supongo que soy un caso perdido. O ganado, según se mire…
JORGE FERNÁNDEZ x MEN’S HEALTH ESPAÑA
Entrevista: Jordi Martínez
Fotógrafo: Félix Valiente
Vídeo: Daniel Valdemoro y Álvaro Verd
Estilismo: José Lupa
Asistente de estilismo: Alba Marín
Grooming: Tati Garú
Edición digital: Iván Iglesias y Joaquín Gasca
Asistentes de fotografía: Luis Spinola y Germán Arbos
Producción: Marta Sánchez
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