VALÈNCIA. “La supervivencia de las empresas respaldadas por CEEI Valencia a los tres años es del 87%”. Así lo apunta Ramón Ferrandis, CEO del organismo, por el que durante los 30 años de vida han pasado 9.000 emprendedores, 3.500 mentorizados y se han creado 1.500 empresas con más de 17.000 empresas puestas en marcha.
Ahora, el ente afronta una nueva etapa con renovación de imagen donde quiere ser más visible para el ecosistema de emprendimiento y poner también el foco en las startups. Una renovación que también llega con la entrada de Ferrandis a la cabeza de la institución.
– ¿Por qué necesitaba CEEI Valencia un cambio de imagen? ¿Qué busca transmitir?
– Creemos que es importante aprovechar el cambio en la dirección para comunicar cosas que ya venimos haciendo y que hasta ahora no hemos comunicado de forma suficiente, además de cosas nuevas que vamos a hacer. Por otra parte, ya hablábamos mucho con el territorio, con otros agentes y con otras organizaciones. Pero esta es otra de las claves. Queremos acelerar, hablar y dialogar más. Ya hablamos con muchas organizaciones que trabajan en el ecosistema y surgen fórmulas de colaboración, pero queremos hacerlo con más intensidad. En tercer lugar, que se nos vea también como una organización que puede ayudar a empresas, no solo en la fase previa de arranque y cuando dan sus primeros pasitos, sino más adelante, que es algo que hacemos desde 91.
– Desde la junta se transmitía la necesidad de cambiar el papel del CEEI tras 30 años de historia, “porque antes no se emprendía como ahora”. ¿Cuál ha sido durante este tiempo el papel del CEEI en el ecosistema emprendedor valenciano y cuál busca tener ahora?
– Ser pioneros. Fuimos los primeros. Aparecimos en un momento en el que no había nadie y en el que las necesidades de los emprendedores y de las emprendedoras eran unas. Pasamos de ser los únicos a estar dentro de un ecosistema mucho más complejo en el que, por una parte, hay más agentes trabajando que hacen determinadas cosas mejor que nosotros. En algunos casos agentes más especialistas, bien porque trabajan en verticales que acotan en segmentos de público. Nosotros, básicamente lo que vamos haciendo es adaptándonos a la aparición de estos nuevos agentes y seguir ofreciendo nuestros servicios.
– ¿Cuáles han sido las cifras del CEEI durante este tiempo?
-Estamos más o menos en la media de la red europea. A los tres años, la tasa de supervivencia de las empresas respaldadas por nosotros está en torno al 87%. A un año, está en el 94%, frente a las cifras que se manejan en entornos empresariales generales. Para nosotros esto un espaldarazo importantísimo, porque demuestra que lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo bien.
Por una parte, ayudando a los negocios que se montan a hacerlo con más garantías e intentando aportarles conocimiento y experiencia. También ponerlos en contacto con el conocimiento y la experiencia que igual nosotros no tenemos, pero que sí sabemos quién lo tiene. También acercarles a los recursos que necesitan como inversores, a través de Big Ban, o de cualquier otro movimiento asociativo ya sea Startup Valencia u otras aceleradoras como GoHub o Lanzadera.
También, y no nos da vergüenza decirlo, muchas veces vienen a pedirnos ayuda personas a las que ayudamos a reflexionar en su negocio y deciden no montarlo. Para nosotros es un éxito, porque igual no es el momento o la idea. Para nosotros lo importante es el proceso, no la conclusión.
– Durante estas semanas habéis pasado por encuentros como el South Summit. ¿Cómo ha sido vuestra apertura a las startups? Es verdad que en cierto modo ya se tocaban pero, ¿qué ha supuesto poner el foco de manera más directa?
– Para nosotros ha supuesto vivir más de lleno e interactuar con esa parte del ecosistema en la que nosotros hasta ahora teníamos mucha menos presencia. Nos faltaba participación en este tipo de entornos. Desde hace cuatro años, estamos desarrollando por ejemplo el programa de aceleración junto con Ivace, que es el Scale Up. Este año vamos por la quinta edición y la participación en el South Summit nos ha venido bien, por una parte, para transmitir que estamos a su disposición.
– En la nueva estrategia se habla de triple impacto.
– Sí, a diferentes niveles. Hay empresas que pueden tener un impacto social muy bestia y muy llamativo, y otras que pueden tener un impacto social muy pequeño. Pero, al final, es meter en la ecuación los tres elementos al margen de la viabilidad: sostenibilidad económica, la sostenibilidad social y la sostenibilidad ambiental. Porque desde luego, sí que somos unos convencidos y no es por un tema de modas, de que el papel de las compañías ahora es velar por esos tres parámetros.
De hecho, a nivel europeo, hay exigencias muy fuertes para empresas grandes de incorporación de auditorías no financieras relacionadas con la sostenibilidad. En este momento, la más avanzada es la sostenibilidad medioambiental. La transposición de esta normativa europea a nivel español rebaja el umbral en el cual es obligatorio para las empresas. A nivel europeo es a partir de 500 trabajadores. A nivel nacional es a partir de 250. Pero ya se está trabajando para ver cómo se puede aplicar esto también a pequeñas y medianas empresas, que al final son nuestro core de actividad.
A la hora de analizar la parte de estados financieros y hacer diseño y estrategias comerciales, lo que hay que hacer también es diseñar el impacto social que queremos conseguir y que quieren conseguir las empresas.
– ¿Se van a ampliar los programas con la administración?
– Básicamente, van a continuar los mismos. Aún pudiendo meter en más cosas, tampoco somos partidarios de hacer crecimientos bestias. Es decir, estamos creciendo poco a poco. Este año hemos incorporado dos personas más en nuestro equipo. Esto nos permite acometer mayor intensidad en determinados programas. Nuestro planteamiento es de crecimiento progresivo. El objetivo es ayudar a que nuestras empresas sean más sostenibles, más innovadoras, a que las empresas generen más empleo y generen más riqueza aunque a nivel de ingresos y de plantilla nos mantengamos constantes.
– ¿Se ha planteado el CEEI entrar de forma directa en algún momento a financiación de ‘startups’?
– Al principio, cuando aquí se estaba empezando a dinamizar el tema de los inversores privados, pusimos en marcha una lonja de inversión para dinamizar esto. A medida que Big Ban fue cogiendo peso, vimos que no tenía sentido el hacer otra guerra. Tenía más sentido sumarnos a esta iniciativa, donde estábamos desde el principio como socios. Si tenemos proyectos, los dinamizamos con fondos o redes ya existentes en el territorio nacional.
No descartamos el crear en algún momento algún pequeño vehículo de inversión en colaboración con alguna de estas redes, pero un vehículo de inversión muy específico. Pensando en el programa de Scale Up, diría yo, pero esto es algo que nos ronda en la cabeza, está en una fase muy embrionaria y muy de meditar. Pero no, nuestro objetivo no es buscar una red propia, sino ayudar a potenciar las redes que existen y donde pensamos que aportamos más valor.
– Tenéis un programa con la Unión Europea sobre energías marinas. ¿Hay sectores en los que veis que ahora es interesante enfocarse?
– Energías limpias. A nivel de energía solar y eólica, hay mucho trabajo hecho. Decidimos entrar en el tema de la Blue Energy, de la energía marina, que es un poco la más incipiente y en la que ya se están desarrollando tecnologías, pero todavía están muy verdes. Modelos de negocios basada en esa explotación, porque todavía está en validación tecnológica y empresarial. Tenemos que ver si esto es factible.
Nosotros también hemos estado muy vinculados al sector bio. Ayudamos a crear el clúster de la Comunidad Valenciana y por tanto vamos a seguir colaborando. Luego está la seguridad informática, el blockchain o el metaverso, que de momento está todavía por ver cuáles son las aplicaciones reales de todo esto. También temas de movilidad, gestión de residuos, salud o fintech.
– ¿A quién recomendáis que se acerque al CEEI a pedir asesoramiento?
– Empresas y emprendedores de cualquier área y en cualquier fase. Nosotros, por nuestro conocimiento y por nuestras buenas relaciones con todo el ecosistema, podemos y somos capaces de a veces dirigir. Podemos ayudar en determinadas cuestiones directamente, pero tal vez en otras es mejor redirigir. Que venga quien quiera. A partir de ahí, nosotros sí que vemos y analizamos quién es el mejor del ecosistema que puede ayudarle. Por tanto, cualquiera que no sepa por dónde tirar o que necesite ayuda, pero no sabe quién se la puede aportar, que nos pregunte y y nosotros desde luego le dirigiremos o le atenderemos.
-Hace ya unos años el Alcoi se integró en Valencia. ¿Qué ha supuesto a nivel de funcionamiento?
-La unión respondió a problemas financieros que tenía Alcoi. Estaban en una crisis muy importante financiera y salimos al rescate. Alcoi lo mantenemos como marca, pero no es organización independiente. Es como si tuviésemos ahora nosotros una oficina más desgajada allí, una planta. Lo que hacemos allí es prácticamente lo mismo que aquí, pero nos da una visión del territorio, que es diferente al territorio de Valencia. Nos permite conocer de primera mano otro entorno geográfico y nos enriquece mucho. A nivel de organización supone también ciertas complejidades de gestión.
– ¿En qué tres retos considera que debería centrarse el CEEI Valencia en los próximos años?
– En comunicar más y mejor. En colaborar más y mejor con el resto de organizaciones. Y centrarnos en servicios más potentes y más interesantes para las startups.