El lienzo Aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago y sus discípulos, obra de Francisco de Goya y calificada como inexportable, no ha encontrado comprador en la subasta que la sala Alcalá de Madrid ha celebrado este jueves con un precio de salida de dos millones de euros. El otro cuadro que se encuentra a la espera de salir a la venta es el lienzo Bautismo de Cristo.
Se trata de una pintura de gran formato (107 x 80 cm), que formó parte de la antigua colección Rosillo y actualmente se encuentra en posesión de un particular.
Desde el punto de vista técnico y cromático, a base de tonalidades vivas y luminosas, podemos relacionar esta obra con los cartones de temas de caza y pesca para los tapices destinados a decorar el comedor de los príncipes de Asturias en el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial en 1775.
Un cuadro bien conservado
El tema de la Virgen del Pilar fue elegido por Goya en distintas ocasiones. Se conoce un dibujo a lápiz de una de las páginas del Cuaderno italiano (f.134r) y un pequeño lienzo, 56 x 42 cm, que pintó hacia 1771-1775, conservado en el Museo de Zaragoza.
Destaca el buen estado de conservación de la obra, cuyas labores de restauración se llevaron a cabo en el taller del Museo del Prado, justo antes de la exposición en la que estuvo en el Palacio Real de Madrid.
El marqués de Lozoya dio a conocer esta obra en 1951 en su artículo ‘Dos Goyas inéditos de tema religioso’. La pieza se pudo ver en 2012 en la muestra del Palacio Real Goya y el Infante Don Luis el exilio y el reino. Arte y ciencia en la época de la Ilustración española.
Posteriormente, entre 2013 y 2018, ha formado parte de la exposición permanente del Museo de Goya en Zaragoza, en régimen de comodato.
Goya fue un artista de vanguardia, siempre estuvo buscando nuevas posibilidades expresivas. Viajó a Italia, donde pudo estudiar las obras cumbres del arte de la época clásica y de los maestros del Barroco y en 1771 volvió a Zaragoza, recibiendo el encargo de decorar la bóveda del Coreto del Pilar La adoración del Nombre de Dios, en 1772.
Después de este encargo consigue el prestigio que dará lugar a otras peticiones pictóricas como el ciclo dedicado a la Vida de la Virgen para la iglesia de la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza.
En este momento también son conocidos sus viajes a Madrid y su importante salto a la corte madrileña. El joven de Fuentedetodos, con 29 años, es llamado por Antón Rafael Mengs, primer pintor de cámara de Carlos III, a la Corte de Madrid..