El presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, James Bullard, una de las personas que se sienta en el comité que fija los tipos de interés de referencia en Estados Unidos, ha señalado este lunes en un acto en Barcelona que la economía estadounidense ya se dirige hacia un “aterrizaje suave” gracias a la política monetaria de la Fed, si bien ha señalado que todavía hay riesgos con los que lidiar. Ha marcado en rojo la guerra en Ucrania, los coletazos de la covid en China y los problemas en la cadena de suministro global, que todavía no ha recobrado la normalidad desde el golpe pandémico de 2020. “Los estamos observando de forma muy cuidadosa; lo que suceda en alguna de esas dimensiones podría dejar las cosas mucho peor”, ha advertido.
Por contra, el economista ha puesto en valor la fortaleza del mercado laboral estadounidense, que se encontraría cerca de los máximos vistos en el periodo 1999-2000, según ha explicado, teniendo en cuenta los datos de la Reserva Federal de Kansas City. Asimismo, ha considerado que la evolución de la economía continuará en positivo todo este año, tal y como marcan las previsiones de los principales organismos.
Bullard ha sido el protagonista de una mesa redonda en la que también han participado Gilles Moëc, economista jefe de Axa, y Chiara Osbat, asesor económico del BCE, centrada en el tema de la inflación y los tipos de interés y organizado por el grupo asegurador galo y la Barcelona School of Economics. Sin embargo, el economista ni ha hecho previsiones temporales sobre una supuesta normalización de la espiral inflacionista y alcanzar los objetivos que persiguen los bancos centrales, el 2%, ni se ha referido a próximos movimientos en los tipos de interés, después de que la Fed decidiera hace apenas cinco días la mayor subida de tipos desde 1994.
Considerado uno de los halcones presentes en el sanedrín del banco central estadounidense, Bullard fue uno de los primeros que apremió al organismo a aplicar la política de subidas de tipos con medidas mayores. En marzo votó en contra de una subida del 0,25 puntos porcentuales porque creía que ese aumento tenía que ser del doble para aplacar el alza de los precios, que ya andaba desbocada y para algunos analistas amenazaba con una recesión.
El economista estadounidense ha evitado críticas a la Fed y se ha alineado con los movimientos realizados por el organismo que preside Jerome Powell. “Podía parecer que la Fed no había hecho mucho todavía, pero en realidad, debido a la forma como funciona la política monetaria, el mercado ya ha anticipado lo que va a hacer el banco central y eso empieza a reflejarse en los precios de mercado”, ha señalado, después de que el tipo de interés de referencia en Estados Unidos se haya situado en el 1,75% y se haya fijado un compromiso de que se sitúe por encima del 3% a finales del año. Mientras tanto, en Europa el BCE proyecta sendas subidas para julio y septiembre, que apuntan a alzas de 0,25 y 0,50 puntos, también con la inflación del 2% como objetivo.
Sí se ha mostrado convencido, no obstante, de que la política de tipos de interés debe seguir durante los próximos meses: “Tenemos que seguir adelante para verificar los avances que ya hemos dado”, ha afirmado. De hecho, si bien ha puesto en común la crisis de los años setenta con la actual situación, Bullard ha defendido que el cambio más relevante es que ahora los bancos centrales no cargan con la falta de credibilidad que tenían hace 50 años para luchar contra la inflación, lo que está provocando que los mercados incluso se avancen a las medidas que tome el regulador.
Preguntado sobre el impacto del mercado del alquiler inmobiliario en la inflación, Bullard ha defendido que se trata de un “componente importante y persistente”. Básicamente en lo que se refiere a las subidas de precios, porque en determinados momentos, muy concretos se producen ajustes a la baja.