Durante el encuentro Construyendo Ciudades Sostenibles con certificación EDGE (el acrónimo en inglés significa excelencia en diseño para mayores eficiencias), organizado por la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz) y la Fundación Construyendo, se remarcó que el futuro de las empresas formales de la construcción para seguir vigentes en el negocio es apostar por proyectos sostenibles que sean amigables con el medio ambiente.
Carolina Gutiérrez, presidenta de la Cadecocruz, sostuvo que este encuentro es una certeza de que la construcción sostenible ya no es una alternativa, sino que es un tema casi de sobrevivencia porque todo parece indicar que quienes no adopten las prácticas de sostenibilidad, no durarán en el tiempo.
Gutiérrez remarcó que construir ciudades sostenibles es un gran desafío y responsabilidad para el sector y que en esta labor es importante el apoyo de los expertos, financiadores, organismos multilaterales y principalmente de las autoridades.
“No necesitamos esperar, solo hace falta voluntad y decisión, por lo que el sector constructor demanda la inmediata reactivación de la Comisión Permanente del Código de Urbanismo y Obras de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra”, indicó Gutiérrez.
Que hizo notar que la industria de la construcción ya cuenta con materiales y obras que cumplen los estándares internacionales de sostenibilidad, por lo que se necesita con urgencia un marco normativo moderno, que garantice agilidad y transparencia en todos los procesos.
También remarcó que es preciso que el Gobierno Municipal y Departamental cumplan con su obligación constitucional de evitar malas prácticas comerciales, como el denominado lavado verde que algunos emplean para obtener ventajas intentando mostrar sostenibilidad con medidas absolutamente superficiales o intrascendentes, y otras malas prácticas constructivas que atentan contra el medio ambiente.
Rafel Perolo Ghilieri, especialista en certificación EDGE, considera que la participación activa de las autoridades (a partir de incentivos en parámetros de edificación) y actores del ámbito privado (como la banca con productos de financiamiento verde preferencial) brindan elementos concretos y claros para desarrolladores e inversores, para tomar la certificación Edge como una herramienta que otorgará beneficios directos.
Ese sistema de construcción, según el experto, para los profesionales (arquitectos, asesores, constructores) representa una oportunidad de contar con una herramienta adicional de diseño a integrar a los proyectos, que tendrá como resultados proyectos con un desarrollo más integral, además de generar capacidades extra en el mercado regional e internacional.
El beneficio de acuerdo con Perolo, también alcanza a la ciudadanía en general, usuarios de los edificios y potenciales compradores, debido a que la construcción sostenible presenta información clara respecto a ahorros en los servicios públicos a los que accederá durante su uso (energía eléctrica, agua), así como los beneficios ambientales directos e indirectos del proyecto en cuanto a conservación de recursos, emisiones de CO2, entre otros.
La certificación en Latinoamérica
Según datos de Perolo, Latinoamérica cuenta actualmente con casi 300 proyectos certificados EDGE, destacándose Colombia, Ecuador, Perú y México, con la mayor cantidad de proyectos certificados.
“Ha sido un proceso creciente y sostenido, en el que se evidencia la maduración de aquellos mercados con participación activa de los distintos actores públicos y privados, ya sea promoviendo normativa de construcción y promoción de inversiones, instrumentos financieros, aumento de capacidades profesionales”, destacó Perolo.
En Bolivia se tienen tres proyectos certificados, dos en La Paz y uno en Santa Cruz de la Sierra, y existe un número similar de proyectos en proceso de certificación.
Bolivia se presenta en un contexto de marcada demanda genuina de soluciones habitacionales y servicios complementarios, lo que representa una oportunidad clave de posicionarse como un mercado de desarrollos urbanos, inmobiliarios y de arquitectura con un perfil de vanguardia sostenible, puntualizó el experto uruguayo.
El alcance de la certificación
Se trata de un proceso ágil, sencillo y que se puede aplicar a proyectos de cualquier escala, explicó Perolo que considera razonable que para quienes aún no conocen la certificación EDGE la perciban como un proceso complejo y costoso, ya que algunas de las certificaciones ambientales de mayor antigüedad en el mercado sí lo son, pero porque sus objetivos y perfiles son distintos a EDGE.
El objetivo principal de la Industry Foundation Classes (IFC), es ofrecer un estándar común para el intercambio de datos en la industria de la construcción. Al desarrollar la certificación EDGE se crea una herramienta que permita aplicar el diseño sostenible y ambiental a proyectos de cualquier escala y perfil.
El principal diferencial de esta certificación es su EDGE App: la aplicación mediante la cual se desarrolla todo el proceso de diagnóstico, modelado energético, cálculos y evaluación de las distintas medidas disponibles para cada tipo de proyecto. La aplicación es gratuita y permite complementar las distintas decisiones de diseño de un proyecto desde sus etapas iniciales.
Los tiempos y costos asociados a un diagnóstico del proyecto, evaluación de cumplimiento de los estándares EDGE y auditorías de certificación, son sensiblemente menores al de otras certificaciones, lo cual es consistente con el objetivo inicial de la certificación EDGE de poder consolidarse como el esquema de certificación en los mercados emergentes y en desarrollo, precisó Perolo.