Los profesionales sanitarios han descubierto una característica común con aquellos que adoptan una dieta vegana, la anemia, común a los que adoptan esta dieta, sobre todo al principio.
Si la anemia está presente durante demasiado tiempo, se produce también la caída del cabello, debilitamiento de uñas, mayor somnolencia… y en algunos casos, también se ha demostrado, problemas de regulación de la temperatura.
Problemas más graves de salud
Déficit de ácidos grasos: los esenciales son el omega 3, 6 y 9. El omega 3 es clave en la circulación sanguínea, evitando la formación de placas de ateroma, que impiden el flujo normal de sangre a través de las arterias. El omega 3 impide la formación de coágulos de sangre que podrían alterar el flujo normal de la misma y producir infartos de miocardio, trombosis o accidentes cerebro vasculares. También se encarga de reducir los niveles de colesterol malo y aumentar el bueno, mejora la absorción de vitaminas liposolubles, reduce los síntomas de la depresión y reduce los riesgos de padecer alguna enfermedad degenerativa.
Huesos más débiles: el consumo de vitamina D y calcio disminuye drásticamente al dejar de consumir alimentos de origen animal. Los huesos se desgastan constantemente, por lo que necesitas vitamina D y calcio que te ayudarán a compensar la pérdida y a crear nuevos tejidos óseos. Además, uno depende del otro, ya que la presencia de vitamina D en el organismo, es la que permite la absorción de calcio. Si no consumes suficiente vitamina D, pero si consumes calcio, éste no será absorbido.
Por eso es tan importante cuando se empieza una dieta vegana, consultar con un especialista en nutrición, saber nuestro estado de salud, para conocer cómo calibrar los alimentos, de qué ingerir más, los análisis que debemos hacernos a menudo…