La disminución en los años de esperanza de vida de los mexicanos, con una pérdida de cuando menos cuatro años, llama a la reflexión de nueva cuenta en torno a lo que se está haciendo en el país en el delicado tema de la salud.
Mucho se ha discutido en torno al fracaso del Insabi, como instrumento de la autodenominada 4T para sustituir, y del desabasto de medicamentos, en particular para atender a quienes padecen algún tipo de cáncer o VIH, por mencionar algunos de los problemas que, si bien traían herencia, con este gobierno se agudizaron.
Durante 2019 en La Silla Rota se expusieron en reportajes diversos en torno a las vicisitudes de los grandes centros de atención a la salud, como los centros nacionales del IMSS e ISSSTE y los institutos nacionales, a quienes el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador amagó con meter tijera a sus presupuestos desde el arranque del sexenio.
El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán es uno de los más respetados por su comunidad médica, la atención a pacientes y los verdaderos milagros que llevan a cabo a pesar de todo. Fue fundado el 12 de octubre de 1946.
La pandemia del covid-19 ocultó muchos de los problemas de institutos como el de Nutrición. Pero en cualquier momento pueden estallar.
Datos obtenidos para esta columna revelan varias alertas rojas. En 2019 el presupuesto de este instituto para gasto de operación fue de 947 millones 921 mil pesos, pero para el 2020 se redujo a 819 millones 231 mil pesos. En el primer semestre del 2021 apenas pudo ejercer 355 millones de pesos. Es decir, la gestión morenista acentuó la astringencia presupuestaria para su gasto de operación.
Sin embargo, la situación puede ser más grave. La información disponible da cuenta de que en 2018 este instituto tenía un déficit en hospitalización colectivo de 5, 224 pacientes. Es decir, de una oferta real en este rubro para atender a 3, 323 personas, la demanda alcanzaba los 8, 547.
El problema es que para 2019 la oferta era la misma y la demanda subió a 8,659, y para 2020 a 8,771. La expectativa, según el documento oficial, fue que el año pasado esa cifra subiría a 8,885 pacientes, para ubicar el déficit en 5,448, y en este 2022 subiría a 5,678 el total de solicitudes de atención para hospitalización.
¿Esto garantiza una atención de calidad y cálida? ¿Hay sensibilidad en el gobierno para atender esta problemática? Hay serias dudas al respecto.
En mayo de 2019, La Silla Rota reveló que la Secretaría de Hacienda planeaba un recorte de mil 201 millones 634 mil 607 pesos al Sector Salud, lo que amenazaba con enviar a terapia intensiva a Institutos Nacionales de Salud, hospitales y otras dependencias (Hacienda congela mil 200 millones a hospitales… en medio de la crisis /lasillarota.com).
Afortunadamente los institutos nacionales de salud se pusieron las pilas y lograron frenar la intentona.
No obstante, para ese año el recorte al Instituto Nacional de Cancerología fue de 225 millones 896 mil 724 millones de pesos; al Instituto Nacional de Geriatría, le redujeron 51 millones 292 mil 285 pesos; al Instituto Nacional de Pediatría le quitaron 25 millones 261 mil 616 pesos, mientras que al Hospital Juárez de México le descontaron 44 millones 411 mil 732 pesos menos de los que tenía contemplados para atender a los pacientes, lo mismo que al Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, al que le disminuyeron 36 millones 398 mil 074 pesos.
El Instituto Nacional de Nutrición, según la información disponible, ha tratado de adecuarse a lo que el gobierno federal denomina “austeridad republicana” y tan solo el año pasado ahorró más de seis millones de pesos, en aspectos diversos como combustibles, papelería, viáticos nacionales y extranjeros, con el fin de no sentir el “manazo” de la autoridad.
Ojalá estas voces de alerta de casos específicos como el del Instituto Nacional de Nutrición sean atendidas por los responsables de la salud en el país.
Punto y aparte. La batalla por el Estado de México comenzó… incluso de manera soterrada hace ya tiempo. Pero en Morena ya dieron el banderazo de salida. Abróchense los cinturones.
Punto final. La lección de los comicios del domingo pasado es que a menor participación ciudadana, más probabilidades de éxito tiene el partido oficial, Morena. Hay muchas otras consideraciones, como la injerencia del narco y el crimen organizado que, lamentablemente, también votan.
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