CIUDAD DE MÉXICO.
Obesidad y covid, dos pandemias que desde 2020 conviven en México como una sindemia que ha dejado secuelas que siguen resintiéndose, aun cuando los contagios por SARS-CoV-2 no han tenido las ondas expansivas de 2020 y 2021; para partir hay dos datos mientras se pública la más reciente encuesta de la Ensanut, México fue el país donde sus habitantes ganaron más peso, durante 2020, 8.5 kilos en promedio, y la prevalencia de obesidad y sobrepeso en hombres y mujeres mayores de 20 años fue de 72.1 y 76%, respectivamente.
El primer dato es del estudio Acciones e Intervenciones para la Pérdida de Peso, realizado por la agencia de investigación internacional Ipsos, la cual colocó a México a la cabeza de 30 países encuestados y donde México estaba dos kilos y medio arriba del promedio, que fue 6.1 kilos de aumento por habitante.
El segundo dato es de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021, la cual advierte que la prevalencia es el último dato de un crecimiento entre 2012 y 2020, de 3.9% para hombres, y de 4% por ciento para mujeres.
La importancia de combatir la obesidad en México, declarada emergencia sanitaria desde 2016 por las autoridades federales, se refrendó al comprobarse como factor de riesgo al momento de enfermar de covid-19.
Perder sólo dos kilos por persona podría hacer la diferencia para volver a un estado saludable, advierte Simón Barquera, director del Centro de Investigación y Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública.
Es posible tener reducciones en los niveles de obesidad a nivel poblacional y esto se podría lograr hasta con pequeños resultados; por ejemplo, si la gente disminuye el consumo de refresco, con las calorías que disminuyen, a nivel poblacional, eso podría representar tal vez 2 kilos de peso y reduciéndolos, en promedio, en la población adulta, millones de personas quedarían por fuera del punto de corte que define esa condición”.
El especialista pide no perder de vista los factores que favorecen la obesidad, dos muy ligados a la pandemia: el sedentarismo y el rápido acceso a la comida chatarra o ultra procesada.
Al estar mucho en casa estuvieron expuestos a tiempo frente a la pantalla, que además de disminuir la actividad física nos expone a la publicidad de comida chatarra y fue altísima, mucha población aumentó su consumo de estos productos por ser de amplia vida de anaquel, no perecederos y, entonces, la dieta se transformó”, explicó.
Un tercer factor entró en el juego de las emociones, ligadas a las conductas y una de ellas: la alimentación.
Las emociones afectan tus comportamientos en la selección y cantidad de alimentos que consumes diario: sin actividad física, sin el manejo adecuado de las emociones y teniendo un comportamiento, en cuanto a la selección de alimentos, completamente distinto, llevó a que se incrementará la masa corporal de muchos de los individuos de este planeta”, refirió Janet Alejandra Gutiérrez, líder de la Unidad de Alimentos Saludables del Instituto de Investigación Interdisciplinaria de Obesidad del Tec de Monterrey.
Teniendo en cuenta estos factores, que no son los únicos para favorecer el desarrollo de la obesidad, y que incluyen la genética y epigenética de los mexicanos; el primer paso para bajar, al menos los dos kilos que harían la diferencia, es el reconocimiento de la obesidad, que no debe entenderse como kilos de más, y la decisión personal de tomar acciones.
El peso ideal no existe, es como un concepto que si se manejaba mucho, pero hemos entendido que no se trata de estar en un peso ideal, se trata de buscar un estado saludable y puede estar a distintos pesos, para distintas personas, y depende de la genética, de su entorno, etcétera”, aclaró Barquera.
La primera decisión personal debe ser vigilar el Índice de Masa Corporal (IMC) y buscar llegar al peso saludable, que no siempre será la delgadez absoluta. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el IMC es un indicador simple de relación, entre el peso y la talla, que se utiliza para identificar sobrepeso y obesidad en adultos. En general, el sobrepeso se presenta en personas con IMC igual o superior a 25, y la obesidad, en quienes tienen un IMC igual o superior a 30.
Llegar al peso saludable más que perder kilos es un estilo de vida que pasa por una dieta que incluya alimentos frescos y la reducción de ultraprocesados, socorridos durante pandemia por la facilidad con la que eran entregados en casa mediante las aplicaciones de entrega.
Entre más rápido podamos perder peso, mejor, para que tengamos menos efectos crónicos derivados de la acumulación de grasa en nuestro cuerpo. El problema es qué tanto una persona se puede adherir a patrones adecuados de sueño, de actividad física y a cambios en su dieta, en una situación en la que todavía se sienten problemáticas relacionadas con enfermedades mentales derivados de la pandemia”, apuntó la especialista del Tec de Monterrey.
EL PESO IDEAL
Alcanzar el peso ideal o saludable va más allá de decisiones personales aseguran los especialistas del Instituto de Investigación Interdisciplinaria de Obesidad del Tec de Monterrey. Es además de un problema de salud, un problema de desarrollo social.
Bajar de peso es difícil, particularmente para quien carece de los medios adecuados para ello, cuándo las personas viven en un entorno, por ejemplo, donde no hay acceso al agua potable o a alimentos saludables a buen precio por dónde vive, donde trabaja, o donde no hay los espacios públicos ideales para la actividad física, la seguridad pública para ello”, refirió Gustavo Merino, de la Unidad Política Pública del instituto.
La logística de la distribución y almacenaje de los productos frescos es un tema que debe revisarse para garantizar que más personas tengan acceso a ellos.
Se está haciendo un sesgo muy importante hacia los alimentos ultraprocesados, pero no se está abriendo el camino para tener una disponibilidad de alimentos frescos y saludables para todos; no es nada más restringir, sino poner a la disposición de toda la población lo saludable; en México somos uno de los países donde más desperdicio de alimentos frescos hay, precisamente por falta de logística”, señaló la doctora Janet.
Es un problema que debe considerar el transporte, el manejo logístico de carreteras, estrategias de comercialización e incluso incentivos a las empresas. Debe contemplar los distintos espacios donde la alimentación saludable entra en juego, por ejemplo en las escuelas.
Lo que tenemos que asegurar es la disponibilidad y la educación para que las personas tomen las mejores decisiones y obviamente que el entorno y los precios y demás factores que inciden en las decisiones de las personas sean los adecuados”, agregó.
TRATAR OBESIDAD
No hay un tiempo promedio para tratar la obesidad y llegar al peso ideal o saludable, asegura el doctor Fernando Pérez Galaz, cirujano bariatra y cofundador de Obesidades, dedicada a crear conciencia y entendimiento de la obesidad como una enfermedad crónica que requiere un tratamiento multidisciplinario.
Varía de paciente a paciente, hay pacientes que tienen un metabolismo diferente y tienen una pérdida de peso más rápida; los hombres tenemos una facilidad mayor, respecto a las mujeres, por un tema hormonal”.
Insiste en que la obesidad no se trata del aumento de peso, sino del aumento de grasa y la disfunción de la grasa que genera un estado inflamatorio crónico persistente. Justo el estado inflamado de las personas con obesidad es uno de los riesgos más preocupantes al contagiarse por covid-19.
Hay tres grandes causas que generan que los pacientes con obesidad tengan covid grave, el primero es que entra un agente infeccioso a generar inflamación en un organismo ya inflamado, entonces la inflamación de partir de cero, parte de cinco; la segunda es que las células, los adipocitos que almacenan la grasa en el cuerpo, expresan el receptor ECA, este existe mucho más en cantidad en los pacientes con más volumen de grasa y es el que utiliza el virus para entrar al cuerpo. El tercero son los problemas pulmonares, los pacientes con obesidad tienen restricción pulmonar, es decir, el pulmón tiene restricción, no se expande totalmente y tienen neumopatía restrictiva, una restricción a la hora de respirar, entonces cuando entra una infección pulmonar hay mayor afectación”, detalló.
Cinco son las grandes causas de la obesidad: 400 genes codifican hacia la obesidad, entre más de esos genes tenga una persona, más factible se desarrolla la enfermedad crónica. Es la biológica que se refiere al metabolismo y cómo actúa con la parte genética.
No es una enfermedad estrictamente relacionada con la conducta alimentaria, seguramente tú puedes conocer a personas que tienen una pésima alimentación y no necesariamente tienen problemas de peso, no quiere decir que sean sanos o no, sólo estamos hablando de hábitos alimenticios”, explicó el especialista.
Otra causa es la psicológica, trastornos de la conducta alimentaria, como el atracón, más común en personas con obesidad; las conductas alimentarias de riesgo, por ejemplo, comer por ansiedad, por depresión, los comedores nocturnos; y por último, las causas ambientales y sociales.
Además de vivir con obesidad, los pacientes también lidian con la discriminación, misma que la fundación del doctor busca combatir.
Un punto importante es lograr que la obesidad se vea como tal, como una enfermedad, que veamos a los pacientes con empatía, muchas veces han sufrido discriminación simplemente por el tamaño de su cuerpo; una persona no debe ser discriminada por el tamaño de su cuerpo, ni por el color de su piel, ni por otras circunstancias”.
EL RETO, EVITAR REBOTE
La obesidad es una enfermedad crónica que no se debe descuidar.
Bernardo Rea, paciente de la fundación Obesidades hace cuatro años fue sometido a una cirugía bariátrica para la colocación de una banda gástrica con la cual perdió 40 kilos; durante el confinamiento por la pandemia recuperó seis kilos.
Iba al gimnasio, cerraron gimnasios, tenía mis horarios de comida más estructurados; seis kilos tal vez no los notas, pero es más fácil que se vayan saliendo de control, es más fácil recuperar seis que 10 o 20”, señaló.
Se dio cuenta de su ganancia de peso gracias al hábito de pesarse una vez a la semana. Como en la mayoría de mexicanos, el sedentarismo por las restricciones de movilidad, la ansiedad por el escenario de la pandemia y la ingesta de comida chatarra fue la combinación que derivó en el aumento de peso.
Otro de sus hábitos adquiridos por su tratamiento que le ayudó a evitar las conductas nocivas fue consumir menos comida chatarra o darse cuenta cuando comía por ansiedad o por hambre.
Siempre tengo una debilidad por las papas, entonces, dejar de comprar papas, o comprarlas con menos frecuencia, cambiar por opciones más saludables, darme cuenta cuando comía por ansiedad y no por hambre, herramientas que uno va ganando a lo largo del tratamiento”.
En marzo de 2021, Bernardo se contagió de covid-19 y aunque llegó a tener neumonía, no requirió oxígeno ni hospitalización, lo atribuye a los 40 kilos que perdió tres años antes. La decisión de empezar a tratar su obesidad la tomó cuando decidió ser padre y querer tener una vida saludable para compartir con su familia.
La obesidad la tengo controlada, pero no por eso puedo decir ya acabe, ya me curé, sino tengo que tenerlo presente y tenerlo consciente para evitar regresar a la expresión clínica de obesidad que es la acumulación excesiva de grasa”.
“UN AÑO COMPLICADO”
Mariel Ruiz desde la adolescencia tuvo problemas de peso, que en la edad adulta, se convirtieron en obesidad. Hoy tiene 10 meses de haberse sometido a una cirugía bariátrica, gracias a la cual pesa 30 kilos menos. Su cambio radical ocurrió durante la pandemia por covid-19.
Fue un año complicado (2020-2021) ya que estábamos en confinamiento la mayor parte del tiempo, entonces la actividad física era mucho menor que la de antes, eso afectó mucho y creo que el estrés y ansiedad de estar confinados, también fueron parte importante para que subiera la cantidad de alimento”.
Mariel es médica general y desde antes de 2020 había pensado en la necesidad de someterse a la cirugía y decidió hacerlo con la fundación Obesidades, por la atención que incluye nutrición, medicina del deporte y sicología.
Más que nada te ayuda a hacer cambios en las conductas y de hábitos sanos que sean a largo plazo, no sólo por un momento, son cambios grandes en un lapso corto de tiempo y entonces el apoyo sicológico da una estabilidad importante en el tratamiento”.
En enero de 2022, seis meses después de su cirugía, Mariel se contagió de covid-19 con síntomas menores, así que se cuenta como la sobreviviente de dos de las más grandes pandemias que afectan a México: el covid-19 y la obesidad.
Ya estoy en mi peso ideal, en kilos realmente llegué a la meta, pero es un tratamiento que es a través de toda la vida, o sea es una enfermedad crónica; tenemos que cuidarnos, cuidar la alimentación y la actividad física a lo largo de toda nuestra vida”.
CAMBIO DE HÁBITOS
De acuerdo con médicos y la OMS, para disminuir peso es recomendable:
- Vigilar el Índice de Masa Corporal.
- Reconocer que llegar al peso saludable no siempre será la delgadez absoluta.
- Tener en cuenta que llegar al peso saludable más que perder kilos es un estilo de vida.
- Incluir una dieta de alimentos frescos y la reducción de ultraprocesados.
- Adherir patrones adecuados de sueño.
- Incluir actividad física.
- Evitar comida chatarra.
- Reconocer cuando se come por ansiedad o por hambre.
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