Como todos los años, la época de exámenes comienza a poblar las pesadillas de muchos y atacar los nervios de mucho cuando llega el temido momento de sentarse delante del papel. ¿Te sabrás las respuestas? ¿Conseguirás aprobar la asignatura? Delante de esa pieza de papel la vida de muchos pasa por delante de sus ojos, y todas aquellas tardes procrastinando se convierten en ese momento en una losa un tanto difícil de levantar.
Ahora bien, conviene no desesperarse. Estudiar es fácil (o al menos, más llevadero) si sabes cómo hacerlo. Por ello, repasamos seis de los mejores métodos de estudio, respaldados por la ciencia, que adoptar para no desesperarse en el intento de aprobar una asignatura.
El método Pomodoro
Quizá el más famoso de los sistemas de estudio, y es que el Método Pomodoro, desarrollado por Francesco Cirillo a finales de los años 80 (pomodoro haciendo referencia al temporizador con forma de tomate que utilizaba en su época universitaria), ha demostrado su efectividad. La clave, un antiguo dicho: “Divide, y vencerás”. El método hace uso de un temporizador para cronometrar la duración de cada intervalo estudiando, normalmente 25 minutos. Cada uno de estos intervalos viene separado por un pequeño descanso de cinco o diez minutos, en el que el cerebro descansa y se reactiva para retener mejor el siguiente tramo. Tras cuatro pomodoros, conviene tomar un descanso más largo, de hasta media hora de duración.
El método se ha popularizado a nivel internacional, y se han desarrollado diversas aplicaciones y webs que pueden ayudar con la tarea. Además, conviene grabarse mientras se está estudiando; solo así se podrá saber de qué manera empleamos nuestro tiempo o si pasamos más tiempos distraídos de lo que deberíamos.
El método SQ3R
Este método se basa en la lectura y ayuda a pensar de manera crítica a la hora de enfrentarse a un texto. Su nombre responde a las siglas de sus cinco pasos: investiga, pregunta, lee, recita y revisa (SQ3P, por sus siglas en inglés). Desarrollado por Francis P. Robinson, un filósofo norteamericano, en 1946; el método ofrece un modo eficiente y activo para leer materias con largos textos.
Especialmente indicado para estudiantes universitarios, consiste en cinco pasos: primero, hacer una primera lectura rápida del temario, sin detenerse en pormenores (investiga/survey), mirando títulos y secciones, para poder saber cuánto abarca el temario. Después, hay que hacerse preguntas (pregunta/question) sobre los textos a leer. Una buena manera es hacer preguntas partiendo de la información de títulos en cada apartado. Tercero, llega el turno de leer (reading), ya activamente; para pasar a recitar el texto (recite), o lo que es lo mismo, intentar repetir lo que hemos leído en voz alta, tratando de responder a las preguntas que nos hemos planteado anteriormente. Por último, hay que revisar (review) lo que hemos hecho y compararlo con lo que hay en el temario, para comprobar si hemos respondido a todas las claves.
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El método del cuadro KWL
Creado por Donna Ogle en 1986, es uno de los métodos más utilizados a nivel académico para estudiar, dada su efectividad para comprender los textos que se leen. Es el denominado cuadro KWL, un esquema de organización que responde a tres cuestiones: primero, qué se sabe del tema (what I Know o qué sé (K)), segundo, qué queremos saber del tema en cuestión (what I want to know (W)) y, por último, qué hemos aprendido del tema tras leernos en texto en cuestión (what I learned (L)). Un método que da la oportunidad a los estudiantes no solo de saber de qué se está hablando, sino también de aportar sus propios conocimientos y comprender lo que están leyendo.
El método PQ4R
Para estudiar de manera eficiente, muchos recomiendan el método PQ4R, un sistema desarrollado por el psicólogo Francis P. Robinson y que propone a los estudiantes tomar un enfoque más activo en eso de aprender ayudándoles a entender mejor la materia. Tal y como su nombre indica, el método tiene seis pasos: previsualizar (preview), preguntar (question), leer (read), reflexionar (reflect), recitar (recite) y revisar (review). Unos sencillos pasos con los que los alumnos podrán obtener no solo una idea general sobre lo que están estudiando, sino también entender correctamente qué es lo que tratan de aprender.
Primero habría que leer los titulares y hacerse una idea de lo que hay que estudiar de manera general, prestando especial atención a cualquier tipo de ilustración, fotografía o gráfico. Después, preguntarse e intentar establecer una relación entre esa información, pensando en cuáles son los puntos a estudiar. Tras ese primer vistazo, llega el momento de leer en profundidad, para después reflexionar sobre lo leído y pensar en ello, tratando de explicárselo a alguien con tus propias palabras. Por último, revisar lo hecho.
El método THIEVES
El método THIEVES es una estrategia que tiene como propósito enseñar a leer correctamente la materia de estudio, enseñando a los alumnos a obtener la mayor cantidad de información necesaria de los títulos, subtítulos, introducciones, cuadros, imágenes… Todo, antes de leer el texto en cuestión.
Tal y como sus siglas en inglés indican, el método consiste en recopilar información de los títulos (Title), epígrafes (Headings), introducción (Introduction), todas las primeras frases de párrafo (Every first sentence), imágenes o gráficos (Visuals), el final de cada tema (End of chapter questions) y resúmenes (Summary). Utilizando este método, los estudiantes serán capaces de establecer un contexto apropiado antes de leer el tema al completo. Así, el esquema mental está preparado antes de pasar a relacionar conceptos, haciendo que fluyan mejor las ideas a estudiar.
El método de Cornell
Uno de los métodos para tomar apuntes de forma más efectiva es el método Cornell, un sistema muy eficaz que permite tener organizados los apuntes y adjuntar las ideas principales vistas en las notas, además de un pequeño resumen. Así, este tipo de apuntes son ideales para repasar.
Lo primero que tenemos que hacer para poner en práctica el método Cornell es dividir la hoja en 4 secciones distintas. Con la hoja en vertical debemos trazar una línea horizontal a unos dos centímetros de la parte superior de ésta. A esta sección le daremos el nombre de Encabezado, donde apuntaremos la asignatura y el tema que estemos tratando. A continuación, marcaremos una línea perpendicular a ésta que separe la hoja longitudinalmente en dos secciones, una de ellas de unos seis centímetros y la otra de aproximadamente 15 centímetros. A estas secciones las nombraremos Ideas Clave, para escribir preguntas, palabras o ideas que consideres claves del tema; y Notas de Clase, para apuntar las dudas que puedan surgir sobre el tema. Por último, trazaremos una última línea paralela a la primera con una separación respecto al final de la hoja de unos cinco centímetros. A esta sección de daremos el nombre de Resumen, y servirá para sintetizar al máximo toda la información que haya en el resto de la hoja de apuntes.
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