Este martes, Día Mundial de la Seguridad Alimentaria, se ha lanzado la campaña #EuChooseSafeFood. Se trata de un proyecto conjunto de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Ministerio de Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que pone el foco en la sostenibilidad y seguridad en el ámbito de la alimentación.
Una de las ponentes, Carmen Serrano Balazote, Consejera Técnica de la Subdirección General de Calidad y Sostenibilidad Alimentaria (un organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) ha indicado que su intención es evitar “que los alimentos se conviertan en residuos” y reducir tanto el desperdicio como los envases de un solo uso. Para ello, ha pedido “un poquito de esfuerzo y voluntad” a los consumidores. La frase ha incomodado al resto de ponentes, que se han apresurado a matizarla y responsabilizar también a las autoridades.
Hacer la compra más veces, pero con menos cosas
Según Serrano, los consumidores tienen alrededor de un 80 % del poder de reducir este desperdicio. Además, a juicio de Serrano, este poder tiene que ver con el tiempo: “Tiempo para ir más veces a hacer compra y poder hacerla menos abundante, y tiempo para gestionar mejor lo que se tiene en la nevera”, ha argumentado. Asimismo, Serrano ha defendido el papel que tienen las empresas en esta reducción, porque, para ellas “el tiempo se traduce en dinero”.
Por su parte, Victorio Teruel, Subdirector General de Promoción de la Seguridad Alimentaria de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), ha recurrido al humor y ha señalado que no se iba a “mojar tanto” como su compañera. En este sentido, ha dicho que la responsabilidad es compartida entre las empresas, las autoridades y los consumidores; y ha rebajado el papel de estos últimos al 33 %.
Llevar el propio envase a la compra
Teruel ha explicado que, en la actualidad, está en trámite un proyecto de ley para posibilitar que los consumidores puedan llevar sus propios envases a los comercios minoristas y reducir así los de un solo uso. También hay otra iniciativa que pretende posibilitar la comercialización de alimentos con pequeños defectos del envase, en los que esté garantizada la seguridad alimentaria.
En cambio, Aitor Sánchez García, científico y divulgador, ha señalado que la r de “reciclar” es la más cómoda de las tres, pero primero hay que prestar atención a reducir y reutilizar. Por su parte, Margarita Ruiz, subdirectora general de Economía Circular del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha defendido las medidas concretas del Gobierno en este ámbito, como el proyecto de ley contra el desperdicio alimentario.
Los consumidores quieren mejores envases
El envase de los alimentos es, de hecho, un tema que preocupa a los españoles, que a veces incluso piden a las empresas que los reduzcan o que utilicen materiales alternativos al plástico. Son conclusiones del estudio “¿Los españoles eligen alimentos seguros y sostenibles?”, que ha presentado Rebeca Rico, miembro de Atrevia, durante la celebración del evento.
El estudio parte de un análisis de la conversación en redes sociales, y muestra que los temas principales son la reducción de envases y la de los residuos. En redes, los usuarios comparten sus propias experiencias, por lo que predominan las recomendaciones sin base científica. Las dudas más populares tienen que ver con la contaminación cruzada por las alergias, la compra a granel, la higiene o la fecha de caducidad de los alimentos.
Garzón pone el foco en el cambio climático
Alberto Garzón, ministro de Consumo, ha enmarcado el problema de la seguridad alimentaria en coordenadas globales, y ha recordado la interrelación que existe entre los seres humanos, los ecosistemas y los animales. “No existen compartimentos estancos”, ha expresado. Por ello, ha afirmado, es importante incidir en el paradigma de ‘one health’, es decir, una sola salud; que implica una visión integral en la que no se separan unos y otros.
Asimismo, el titular de Consumo ha puesto el foco en el cambio climático, un fenómeno que pone en tensión la cadena de suministros y posibilita la transmisión de enfermedades a través de animales como el mosquito, que llega ahora, por la subida de las temperaturas, a zonas donde antes no estaba presente. También ha cargado contra el negacionismo climático, y ha llamado a cambiar el modelo de producción y consumo, lo que considera una necesidad, “porque de lo contrario estaríamos en una dinámica que pone en peligro la misma vida”.