Los principales titulares de empresas del país destacaron este martes las oportunidades de crecimiento económico y de incremento de las exportaciones que tiene Argentina, en el actual contexto internacional, al participar en la mañana del martes en el encuentro organizado por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), en el que la entidad celebró sus veinte años de vida.
El presidente de la AEA, Jaime Campos, llamó a “aprovechar las oportunidades que existen en muy diversas áreas de la vida económica”, y afirmó que “se han visto incrementadas en el último tiempo ante los cambios acontecidos en el sistema internacional”.
Reclamó “reglas de juego claras que brinden previsibilidad a los inversores”, y valoró “todos los esfuerzos de la dirigencia política y social destinados a acordar políticas de Estado”.
Asimismo, cuestionó las políticas de “control de precios” y la “elevada presión tributaria que debe hacer frente el sector formal de la economía”, y definió a la “propuesta de un impuesto a la renta inesperada” como “un retroceso”.
Por su parte, el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, aseguró que la invasión de Rusia en Ucrania modificó el equilibrio geopolítico mundial y consideró que “la Argentina tiene la gran responsabilidad de desarrollar recursos energéticos y de agro” de modo de integrarse a un “eje atlántico”, al que aporte los recursos que proveían los países involucrados previo al conflicto.
“Argentina tiene una gran responsabilidad, más que una oportunidad, de desarrollar los recursos energéticos, del agro”, dijo Rocca y añadió que el país tiene “también recursos que pueden sostener la transición, como el litio, para poder sustituir la energía y granos de Rusia e Ucrania, y así contribuir a un reequilibrio de la cadena de abastecimiento de valor, en un mundo que no va a ser globalizado”.
A su turno, el director ejecutivo del Grupo Arcor, Luis Pagani, dijo que “vivimos un momento único en materia de agroalimentación, con una gran capacidad emprendedora” y recordó que “tenemos el octavo territorio del mundo, más de 20 millones de hectáreas productivas, los cuatro climas y una ubicación geográfica privilegiada”.
“Campo e industria agregan valor, en grandes partes del mundo podemos ver amplia variedad de vinos y quesos de alta gama, que es un desarrollo de los últimos 20 años”, indicó el propietario de Arcor.
A su turno, el director ejecutivo del Grupo Miguens-Bemberg, Carlos Miguens, dijo que tanto el sector empresario, como el sindical, político y otros, han “buscado soluciones individuales sin pensar en el país y muchas veces eso fue a costa del país”.
“Tenemos que resolver muchos temas, pero no hay otra salida en la Argentina que generar empleo privado para salir de la pobreza. La política tiene que poner reglas de juego, y cumplirlas”, afirmó.
En tanto, el CEO de Globant, Martín Migoya, afirmó que “sería muy importante acordar principios básicos que no cambien, no importa cuál sea el Gobierno”, y reclamó “gastar responsablemente” como “base de poder hacer que la inflación baje, que dejemos de emitir y que tengamos una moneda”.
Desde el sector supermercadista, Federico Braun, presidente de La Anónima, sostuvo que la Argentina está “cerca de ser un país fallido”, y consideró que para salir de ese lugar “tiene que tener una estrategia y un rumbo claros”.
Afirmó, además, que “es necesario generar un clima de consensos”.
El director ejecutivo de BGH, Alberto Hojman, señaló que “el desarrollo de la Argentina nos desafía a todos a buscar de forma coordinada un esquema de oportunidad de crecimiento, que incluye a todos”.
“La Argentina tiene todas las condiciones necesarias para salir adelante, pero no es suficiente, hace falta confianza, más exportaciones y tendencia al equilibrio fiscal”, concluyó.
Por su parte, el titular del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, sostuvo que “en nuestro país, la conquista y el mantenimiento del poder suelen estar por encima de su función instrumental, de su rol como herramienta de desarrollo y progreso”.
“Esto se traslada a una dinámica que exacerba la confrontación, alimenta el internismo y dificulta cualquier intento serio de pensamiento estratégico, otro gran déficit nacional. Lo que lleva a que las decisiones estructurales se dilaten y a que la inacción se transforme en inercia. A esto hay que sumarle una relativización persistente de las reglas de juego básicas de la democracia capitalista, que en nuestro caso no son otras que las de nuestra Constitución”, señaló.