Es una de las cuestionas más buscadas por la población en general. ¿Cómo consigo controlar mi dieta? No paramos de escuchar a expertos nutricionales, y entrenadores deportivos, que comentan que el deporte supone un 80% del proceso de adelgazamiento.
Y una dieta equilibrada, en la que estén presentes todos los nutrientes, no solo es beneficiosa para este propósito. Si no que también favorece a niveles sanitarios. Según la Organización Mundial de la Salud, “una dieta saludable contribuye a la protección de la malnutrición, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares como pueden ser los infartos y el cáncer”.
En cambio, la democratización de la información en Internet puede ser perjudicial, en cuanto a estos términos. Todo usuario de red social es un experto en cualquier tema y la alimentación no es mucho menos al deporte o la política. Las redes sociales han promulgado una cantidad infinita de mitos alrededor de los hábitos alimenticios. En este artículo, te desvelaremos las falsas creencias que existen alrededor de este ámbito y los verdaderos pasos que debes seguir.
Los radicalismos no funcionan
Las redes sociales, como citamos anteriormente, son foco de divulgaciones sin evidencia científica y sin contrastación alguna. Ismael Galancho, autor del libro “Requiem por una pirámide”, comenta la cantidad de información sin verificar que existe en este tipo de plataformas. Ya no son solo mensajes negativos de cara a la salud individual de cada persona. Los bulos sobre nutrición en las redes sociales contribuyen a la polarización de la sociedad: “Los que divulgamos tenemos la obligación de explicar el contexto, los grises y los matices”.
Muchos nutricionistas, que se autoconsideran unos gurús al respecto, siempre tienen en la boca la restricción de ciertos alimentos. Un completo error, según Ismael Galancho. Lo único que se consigue a través de la prohibición de ciertos productos es el concepto de una dieta rígido, con lo que eso acarrea a nivel psicológico. El efecto rebote suele ser una de las consecuencias más comunes en las dietas hiperestrcitas donde no hay lugar para el placer. El individuo restringe su día a día a una serie de comidas, pero cuando llegan fechas señaladas comete una serie de excesos en cuanto a horarios, cantidad y qué cosas ingiere.
![mitos comida](https://planetatriatlon.com/assets/uploads/2022/06/mitos-comida.png.webp)
Según un estudio de la Facultad de ciencias de la vida y la salud de la Universidad de Aston (Inglaterra), los usuarios de las redes sociales consumen más frutas y verduras que anteriormente, cuyo motivo principal esté en conseguir una mejor versión estético dado lo que ven en la pantalla. Sin embargo, la misma investigación asegura que también comida poco saludable, si creen que sus amigos en estos entornos virtuales siguen un tipo u otro de alimentación.
¿Cuáles son los fallos más habituales a la hora de hablar de nutrición? La exageración de propiedades que se atribuyen a ciertos alimentos.
Las legumbres
Comencemos: las legumbres se suelen asociar a los antinutrientes, una sustancia que impide la absorción, asimilación o inactiva el efecto de un nutriente, pudiendo ser este una vitamina, un mineral u otro. En resumidas cuentas, si mañana tienes para almorzar un plato de lentejas, hay quien opina, y lo comparte en redes, que éstas impiden el aprovechamiento de uno o más alimentos que ingieras durante el día.
¿Hay que comer fruta?
Otro de los mitos más extendidos, no solo en las redes sociales, sino también en la población en general, son los efectos perjudiciales de la fructosa en las diversas frutas que consumimos (manzanas o dátiles son los alimentos a los que les suelen otorgar los reyes de este tipo de glúcido).
No serán pocas las veces que habrás escuchado la frase “no comas fruta por la noche que tiene mucho azúcar“.
![carbohidratos lentos carbohidratos rápidos frutas y verduras](https://planetatriatlon.com/assets/uploads/2021/01/carbohidratos.jpg.webp)
Sin embargo, la fruta es un alimento importante y básico en nuestra alimentación. Debido a lo fundamental que es, debería estar presente en tres comidas del día. La fruta tiene idénticas calorías y nutrientes si se ingiera en cualquier momento del día. Por lo tanto, da lo mismo comer una naranja recién levantados o antes de irnos a la cama. Los únicos horarios ideales para consumir este alimento son los que marque cada individuo, según le sienta.
Estos son algunos casos ejemplificantes de las continuas mentiras nutricionales que la población tiene que ver a través de plataformas como Twitter o Facebook.
Las mentiras sobre los carbohidratos
A parte de estos mitos, existen otras falsedades que la gente valida sin pensárselo dos veces. Comer pasta solo te da carbohidratos que favorecen al sobrepeso. Esta información, obviamente, es completamente falsa.
Por otro lado, está la afirmación de que los carbohidratos pueden provocar hinchazón. No es así: en términos generales, al hablar de gases o sensación de estar hinchados, puede ser un carbohidrato concreto en una persona concreta, o la fibra, la lactosa de la leche o los edulcorantes.
El pescado
Es habitual leer que los pescados están compuestos de una alta cantidad de metales pesados que pueden dañar al sistema nervioso, riñones e hígado.
La carne
Por último, un consumo habitual de carne solo trae desventajas. Eso se puede leer en redes. Y no es cierto, quien lo dice se deja por el camino el hecho de que las carnes blancas son una de las mejores fuentes para aportar proteínas al organismo.
Conclusión
El ámbito de la nutrición es muy sensible a las mentiras y a los engaños de diversas personas que solo quieren lucrarse al respecto. Han ido aumentando los falsos profetas, personas sin ningún tipo de titulación, que inundan las redes de mitos y dietas milagro. Esto solo provoca confusión en cualquier incauto, que no tiene la posibilidad de contratar a un nutricionista para conformarles una dieta específica para conseguir la disminución de peso.