Los entornos virtuales existen hace años, pero su evolución en el último tiempo fue en escalada, así herramientas como la realidad virtual y la realidad aumentada fueron mejorando con los años e introduciéndose en diferentes áreas de la vida.
La pandemia significó un impulso tecnológico importante en todos los ámbitos, pero en el área legal mucho más, ya que obligó a los poderes judiciales a tomas medidas a los fines de evitar que se pierdan derechos ante la imposibilidad de concurrir presencialmente a los juzgados, y eso dio paso a los expedientes electrónicos en donde antes no estaban.
El uso de zoom y otros medios para comunicarnos a distancia nos permitieron aspirar a nuevas tecnologías para interactuar, a la vez que la blockchain y la IA se potenciaban a nivel global.
Todo este cúmulo de tecnologías se encontraron en el metaverso, que, con el anuncio de Facebook en octubre de 2021 de cambiar el nombre corporativo por Meta y empezar a incursionar en estos entornos marco un camino que pronto muchos seguirían.
Desde el punto de vista jurídico también se empezó a estudiar la temática en específico y reflexionar acerca de los conflictos generados dentro de ese mundo virtual y sus posibles soluciones en varios aspectos. Desde la “comisión” de delitos a través de estos espacios y la apertura de oportunidades para el comercio y el estudio.
Así, por ejemplo, la Universidad de Buenos Aires presentó recientemente su propio Metaverso con fines educativos, con la idea de que los estudiantes puedan crear sus propios avatares (diseñados sin género) e interactuar con una recreación del edificio emblemático de la casa de estudios, a la vez que acudir a reuniones, escuchar la historia, entre otras posibilidades, y todo ello sin necesidad de tener casco virtual, ya que permite la interacción desde un pc con teclado y mouse.
Con todos estos avances en mente la redacción de Diario Judicial se comunicó con Agustina Perez Comenale, quien brindó su opinión sobre que entendemos por metaverso, al manifestar que es un concepto aún no definido y en formación, para la misma se trata de “un espacio de interacción social / intercambio entre usuario con la sinergia de herramientas: blockchain, inteligencia artificial, realidad aumentada y realidad virtual, para fines sociales, económicos (de consumo) o de gaming.”, asegurando que “este espacio mejora la experiencia del usuario, abre nuevos canales de consumo e interacción, así como genera su propia economía interna y sentido de propiedad.”, mencionando que algunos proyectos incluso incorporaron una “DAO” lo cual “permite al usuario formar parte y hasta tener derecho a voto sobre las decisiones que se toman en el mismo”.
Consultada sobre los nuevos desafíos jurídicos que ello trae aparejado, Pérez Comenale mencionó que uno de ellos es “la generación de una identidad digital” que además sea “interoperable” para que “a través de la misma se pueda ingresar en las distintas plataformas sin tener que crear un usuario para cada una de ellas” saliendo de las bases de la web2.
Sobre las “posibles regulaciones en la materia”, nos comentaba que hoy las “reglas de juego” surgen de sus “Términos y Condiciones y Códigos de Ética”, aunque existen leyes en varios países que regulan materias especificas involucradas en el metaverso, como lo referente a datos personasles, o delitos informáticos.
Hablamos de la experiencia de algunos juzgados que incursionan en el tema y que beneficios pueden traer para la gestión judicial utilizar el metaverso (conferencias remotas, resolución de conflicto con plataformas con base en Blockchain, expedientes electrónicos).
Una frase destacada que surge de la nota es que “No debemos aplicar la Tecnología sin sentido, sino conocer sus beneficios y emplear los mismos para tener operaciones con mayor celeridad y de manera más efectiva. Estas herramientas nos ofrecen la posibilidad de operar sin fronteras y bajar la barrera de varias limitaciones”
También nos comentó sobre su participación en el Metaverso de la Uba y en “Metalaw”, una comunidad de abogados (con grupos de telegram y discord) que estudian la ley en el metaverso.
La tecnología nos trae nuevos retos y como nos adelantó Agustina “es un espacio nuevo donde todo está comenzando. Informarse, participar de los grupos y seguir estudiando es fundamental para formar parte.”