El Foro Económico Mundial (WEF) consultó a expertos en innovación y publicó recientemente una lista de 17 formas en que la tecnología cambiará el mundo en los siguientes cinco años. En esta ocasión quiero hacerles un resumen de lo que considero más importante para los mexicanos y nuestro futuro próximo.
Cinco de las tendencias están muy relacionadas con temas de sustentabilidad, ya que es uno de los temas que más empleos, inversión, interés social y desarrollo económico creará en los próximos cinco años.
El WEF señala que en los próximos años detonarán el crecimiento de dos tecnologías que acelerarán el abandono de los combustibles fósiles. Por un lado, el almacenamiento de energía y por otro lado las tecnologías energéticas inteligentes, cuyo trabajo es dirigir la producción y distribución de energía de la manera más inteligente gracias a la ciencia de datos y a la inteligencia artificial.
En cuanto al almacenamiento de energía, el WEF señala que el sector de la construcción es responsable del 40% de las emisiones de CO2 y justo esta industria está empezando a adoptar masivamente el almacenamiento de energía en baterías, con lo que reducen sus emisiones en 80 por ciento.
Con esto, la industria de la construcción impulsa el desarrollo de baterías no basadas en litio, sino las que se basan en la fuerza de la gravedad, en el calor, el hidrógeno, entre otras opciones.
Importante señalar que el 90% de la vida transcurre en interiores, por lo que se impulsa una fuerte tendencia a construir edificios con componentes más dinámicos para que se adapten mejor a las cambiantes necesidades de quienes los habiten.
Cada vez se instalan más sensores en edificios que serán usados para detectar las condiciones del clima y las necesidades humanas o de la vegetación. Como respuesta, se generarán cambios automáticos en el control de la temperatura, la humedad, la iluminación, el ruido, la ventilación, en el tamaño y número de habitaciones en cada piso, entre otras adaptaciones. Todo esto se verá potenciado con la proliferación del 5G, el internet de las cosas y la creación de gemelos digitales de las ciudades y de los edificios, es decir, de la réplica digital de cada construcción.
Los edificios adaptables pretenden hacer más eficiente el uso de la energía para reducir sus emisiones contaminantes, aumentar la productividad, facilitar la colaboración o la interacción social, así como mejorar la salud de sus habitantes.
Otras tecnologías que cambiarán nuestro mundo en los próximos cinco años trabajan por reducir los desperdicios que generamos.
Por ejemplo, la forma en cómo producimos, transportamos y vendemos alimentos genera una tercera parte de desperdicios, esto en un mundo donde alrededor de 800 millones de personas aún viven en extrema pobreza y donde esta comida desperdiciada significa una gigantesca emisión de gases contaminantes para producir algo que ni siquiera consumimos.
Por ello, se están desarrollando muchas tecnologías de ciencia de datos e inteligencia artificial para hacer las cadenas globales de suministro de alimentos mucho más eficientes, a efecto de que se vean mucho menos afectadas por conflictos laborales, diplomáticos, comerciales, climáticos y sanitarios, ayudando así a estar más preparados y a anticiparnos ante este tipo de eventos. Además de reducir el desperdicio de alimentos, se busca que las cadenas no se corten y esto provoque escasez de productos.
La moda también es una industria plagada de desperdicios y de problemas en la cadena de suministro. El WEF señala que la mayoría de las marcas y los minoristas producen prendas en exceso, a la par de que hay elevadas tasas de devolución de mercancías por parte de los clientes y los márgenes de ganancia se han reducido por productos no deseados.
Por ello, se están creando muchísimos emprendimientos e innovaciones para impulsar la fabricación de prendas a la carta y más ajustada a las preferencias de los consumidores. El gran reto de esta tendencia son los plazos de entrega y justo en eso se están enfocando muchos innovadores.
Otros grandes cambios se están gestando en la educación. De acuerdo con el WEF, “El sistema educativo tradicional se inventó hace casi 200 años para satisfacer las necesidades de la revolución industrial; hoy no es funcional […] La generación más joven tiene el deseo de co-crear soluciones a los mayores problemas del mundo y crear un mundo más compasivo”.
Esto ha impulsado la creación de nuevas tecnologías para comprender mejor los intereses de cada estudiante y sugerirle materiales educativos, ajustados a sus necesidades y preferencias, además de ayudar a padres y maestros a convertirse en mentores mejor informados sobre sus pupilos.
El teletrabajo se consolidará en los próximos años y brindará mejores oportunidades a la gente en localidades en vías de desarrollo. Habrá mucho mayor acceso al crédito a tasas de interés competitivas para la población tradicionalmente marginada por las instituciones financieras. El WEF también predice que la gente comerá alimentos más nutritivos y en algunos casos no se dará cuenta, ya que se trabaja para que las alternativas saludables tengan la posibilidad de competir en costo, sabor y textura con los alimentos más dañinos.
Quiero cerrar con la Web 3.0. La primera era del internet se compuso de sitios online donde consumimos de forma principalmente pasiva textos publicados, que se actualizaban muy poco. La Web 2.0 es una era donde somos los usuarios los que subimos el contenido a las plataformas de colaboración, como las redes sociales o Wikipedia. En la Web 2.0 unas pocas redes de colaboración concentran gran proporción del uso de internet y están en manos de unas pocas empresas.
Las principales diferencias de la Web 3.0 serán motivadas por el blockchain y por el internet de las cosas. Al igual que en la Web 2.0 se basará en redes de colaboración, pero con muchos menos intermediarios, al grado que muchas de estas redes ya no serán propiedad de ninguna empresa, sino de la comunidad y ya existen varios de estos ejemplos. Por otro lado, será un internet mucho más automatizado.
Coincido con el Foro Económico Mundial en la necesidad de construir un mundo más sustentable, incluyente, solidario y próspero. Es muy alentador conocer y difundir los logros de millones de emprendedores que están creando un mundo mejor, no obstante, el progreso no está garantizado. Debemos trabajar duro para que los beneficios que prometen las nuevas tecnologías efectivamente sean aprovechados en México, y para ello debemos de dar un mucho mejor manejo a la administración pública.
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