Algo debe estar mal en este país, cuando un “joven construyendo el futuro” recibe más dinero prácticamente regalado que un médico interno del sistema nacional de salud. Uno, trae cinco años de trabajos, guardias y desveladas y el otro solo estira la manita ante el clientelismo de López Obrador, para asegurar su voto y el de su familia.
Algo debe estar mal cuando pretenden que un médico que lleva entre cinco y diez años estudiando y haciendo guardias de 24 horas se vaya a una clínica de la montaña de Oaxaca o de Guerrero para tratar de atender infartos o desviaciones de columna con dos pinzas, un baumanómetro y cinco torundas con diez gasas, porque así están los hospitales y clínicas públicas.
Algo debe estar mal en México para que un ayudante de López Obrador, por andarle haciendo brecha como lo hacían los del Estado Mayor Presidencial, lo “coloquen” en puestos de la administración pública para ingresar –que no ganar- más del doble y quizá el triple de cualquier médico especialista que tiene una década de darle a los libros y a los pacientes. Además, sin mayor perspectiva, que lo tilden de “aspiracionista burgués”.
Algo debe estar mal en la administración pública para que alguien que desempeña la Presidencia de la República elija ir a Cuba en afán de quedar bien para corresponder una condecoración y una entrevista con un tótem, a cambio de colaborar con un programa cubano que les resuelve a ellos antes de aportar una solución real a las necesidades sanitarias del país.
Algo debe estar sucediendo para que en pleno Colegios, Federaciones, Asociaciones y Sociedades de Médicos expresen a toda voz su rechazo un decisión gubernamental, y a cambio reciban no solo condena sino señalamientos de clasismo, racismo e insinuaciones de holganza y falta de solidaridad social.
Algo debe estar mal en México para que ante más de 100 mil muertos por la violencia, quienes discrepamos del Presidente seamos “cretinos” y tengamos que irnos al carajo porque mostramos el disenso.
PRIMERO, LOS DATOS
En activo en el sistema de salud pública de este país, debe haber unos 235 mil médicos mexicanos, entre generales y especialistas.
La más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI dice que en país hay algo más de 407 mil médicos, entre los recién egresados, los que han emprendido la aventura de hacer una especialidad, y los que andan buscando un empleo en el gobierno.
Datos de organizaciones médicas señalan que en México hay 52 mil doctores mexicanos que están desempleados o, en su caso, trabajan en condiciones tan desfavorables que llegan a temer por su vida o la de los miembros de su familia.
Frente a esta circunstancia numérica, los médicos del país se enfrentan a una realidad de este esperpento que han dado en llamar la Cuarta Transformación y que el propio Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ha declarado que no sabe de lo que se habla cuando a esa entelequia se refieren.
Primero, la realidad es la agresión por la baja presupuestal que persistentemente ha aplicado el gobierno de López Obrador al sistema médico para financiar rieles de un tren, pistas de un aeropuerto abandonado o quemadores de una refinería que ni siquiera tiene modo de transportar la gasolina que va a refinar. Esto se ha reflejado en la falta de lugares dignos o prometedores para trabajar y desarrollarse, punto. Con carajo o sin él.
Hay en México poco más de 150 escuelas, facultades y universidades que forman médicos en México. La estadística indica que anualmente son 16,500 los egresados de ese sistema educativo.
Quienes aspiran a ser especialistas, luego de graduarse como médicos generales en cualquier entidad educativa, deben hacer un examen de selección que cada vez está más rudo.
Las cifras disponibles indican que en octubre-noviembre pasados un total de 49, 479 médicos generales aplicaron el examen de selección para hacer una especialidad.
Solo 17,940 lograron obtenerla. El 36% pudo continuar con su preparación y el 64% de ese universo de mujeres y hombres de bata y filipina blancas hubieron de ir por los pasillos de hospitales e instituciones en busca de un trabajo que comenzara a darles renta después del esfuerzo que hicieron junto con sus familias para tener una profesión.
Muchos de ellos terminan en los consultorios adjuntos de farmacias genéricas o de similares, con sueldos que no superan los 10 mil pesos.
Son ellos los que desmienten la falacia que esparce a cuatro vientos López Obrador, pues la mayoría de ellos hicieron sus servicios sociales e internados en clínicas y hospitales distantes, en muchos casos expuestos al crimen organizado que hacen de ellos cera y pabilo de sus antojos.
También lo desmiente el hecho de que una proporción termina como médicos de pueblo, con su modesto consultorio pero jugando un importante papel terrenal de la salud , paralelo al que espiritualmente juegan en las comunidades los curas. Pregunten en un pueblo quiénes son los personajes influyentes, además del edil en turno y el jefe de la policía.
Pregúnteles a esos médicos cómo viven en los pueblos, no a Jorge Alcocer o López Gatell, aburguesados por los cargos burocráticos bien pagados o por las instituciones como Nutrición donde el veterano Alcocer ha atesorado sus clasistas tesoros académicos.
LA TRAMPA OBRADORISTA.
Alguien con buen ojo burocrático le ofreció a López Obrador una salida más o menos decorosa del lío en el que se metió con la comunidad médica por insistir caprichosamente en cumplirles a los cubanos, con eso de contratarles a 500 de esos esclavos que aquel régimen tiene en los profesionistas de la isla.
López Obrador no lo midió en principio, sobre todo si en la parte alta de la ola de Covid 19 su protegida Claudia ya había traido 510 médicos cubanos para enfrentar la crisis hospitalaria que se presentó en la CDMX y el Valle de México.
No midió la ola de indignación que levantó el anuncio de la nueva contratación de isleños.
En control de daños, le ofrecieron sus colaboradores el remedio y el trapito:
Puso el martes anterior a remate 13,765 plazas para especialistas en diversas partes del país y diferentes instituciones de salud.
En favor del anuncio de AMLO hay que señalar un gran acierto: logró librar DOS violaciones constitucionales. La del Artículo 32 que señala la preferencia que deben tenerse en los mexicanos para todo cargo y empleo.
Y segunda, la del artículo 134 que mandata que toda asignación debe ser sometida a un proceso de licitación.
Logra librarla parcialmente al poner a disposición de médicos este paquete de especialidades para mexicanos. Las cinco principales ramas son: Medicina Interna, Urgencias Médico Quirúrgicas, Ginecología y Obstetricia, Pediatría y Anestesiología.
López Obrador ya tiene una salida constitucional: primero se ofrecen plazas a mexicanos y hay un proceso de selección para ocuparlas.
Pero…
Hay varias cosas de gravedad jurídica en el tema de la contratación de los 500 cubanos, lo que López Obrador solo está haciendo para cumplirle al régimen de los Castro, representado por Miguel Díaz Canel.
El Presidente de la República se comprometió públicamente durante una conferencia mañanera a dar a conocer TODA la información acerca de la contratación.
Y la realidad fue otra completamente.
Ni Jorge Alcocer, ni Zoé Robledo se refirieron al contrato cubano y se limitaron en dar a conocer los detalles del ofrecimiento de las plazas para especialistas.
De manera que López Obrador le sigue debiendo al pueblo de México, asuntos torales informativos sobre:
¿Cómo van a revalidarse los conocimientos médicos de los cubanos que va a mandar el régimen de Díaz Canel? ¿Es un acto de fe cubana que TODOS son mejores médicos que los nuestros y están plenamente capacitados? Solo como ejemplo, en Uruguay hace poco les fueron aplicados exámenes de revalidación a oftalmólogos cubanos, y el resultado fue que NO aprobaron la certificación.
¿Cuánto le va a costar al erario el pago de estos cubanos?. Y también deben explicar por qué le pagan al gobierno de Díaz Canel y no directamente a los médicos que vienen a desempeñar un trabajo.
Si el origen de la riqueza y la fuente de empleo está en México, ergo deben pagar sus impuestos en territorio nacional. ¿Cómo van a tributar estos doctores isleños? ¿El SAT les va a perdonar el pago de sus impuestos porque vienen a propósito de un capricho del pastor de las mañaneras?
La otra pregunta es cómo es posible que unos días antes el Presidente de la República haya declarado que toda la información se iba a ser pública y que la respuesta sea dada excusivamente a partir del ofrecimiento de las 13,765 plazas de especialidad.
Sobre los cubanos… ¿NADA?
El Presidente no debe violar el artículo sexto de la Constitución que establece que TODA la información que tienen los diversos niveles de gobierno DEBE SER PÚBLICA y además ofrecida bajo MÁXIMA PUBLICIDAD.
Sobre cuánto va a costar, cómo se va a pagar, por qué se le paga al gobierno cubano, por qué no revalidan sus estudios y por qué no van a pagar impuestos sigue en la opacidad y no se ven condiciones como para que López Obrador y su gobierno apliquen los mandatos del Sexto Constitucional.
Normal para las mañaneras.
Les Deseo un Gran Día de Sol.
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FB Eduardo Arvizu Marín
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